-1- Obsesión

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Muy temprano por la mañana Paula se alistaba para ir a clases como todos los días. Su uniforme consistía en una pequeña falda mucho más arriba de la rodilla, una blusa que ella misma había entallado para que le quedara más ajustada y un corbatín encima de la blusa que parecía casi un listón.

Aun era verano, la mañana estaba clara y Paula se dirigía para tomar el autobús que la llevaría hasta su escuela. El trecho desde su casa hasta el primer paradero era mas o menos largo, tenía que recorrer por lo menos unas seís cuadras para poder alcanzar el autobús a tiempo, así que al salir de su casa se empeño a caminar con mucha prisa.

Manuel ese día se había levantado temprano para consiguir el autobús a tiempo, que lo llevaría hasta su trabajo como todos los días. Era un hombre de mediana estatura, de contextura normal pero con una nariz prominente, éste último rasgo físico muy acentuado en su rostro incrementaba la inseguridad en su personalidad, haciendo que se volviera un hombre reprimido y muy poco agraciado, y trayendo a la vez muchas burlas desde que era pequeño y mala suerte en el amor, por lo que actualmente él en ese tema se sentía un tanto frustrado.

Al subir el autobús tomó haciento para el lado de la ventana y sin tanto esfuerzo, se durmió. Pasados unos cinco minutos el bus hizo una parada que le provocó un gran sobresalto, haciendo que se despertara abruptamente.
Adormilado aun miró para el frente donde se encontraba el chofer, pudo divisar cómo un montón de estudiantes subían al bus y pagaban su boleto, entre ellos se subió una chica de estatura baja, que llevaba una pequeña falda y se encontraba escuchando música. El autobús automaticamente se repletó y aquella chica que le causó tanta curiosidad cuando apenas puso un pie en el autobús, tuvo que irse parada por razones obvias.

En todo el trayecto restante hasta la bajada de la chica, no pudo sacarle la vista de encima, haciendo que ésta se sintiese incómoda tanto así como para darle la espalda y mirar para otro lado donde no notara la presencia tan molesta de aquel hombre que la veía de manera acechante.

-¿Quién será?- Se preguntó mientras la seguía observando cómo se alejaba desde la ventana de aquel bus.
Fué entonces cuando se dio cuenta que debía verla de nuevo, no podía dejar pasar de largo a una mujer así, ya más o menos sabía el nombre de la escuela que asistía, o por lo menos lo sospechaba, se había fijado muy bien en el uniforme que llevaba puesto y coincidía con el tipo de uniforme que llevaban las chicas de la escuela seís, pero de todas formas igual lo averiguaría, sólo para poder así verla de nuevo, conocerla, saber quién era ella, en donde vivía, qué le gustaba hacer, en fín, quería saberlo todo, tenerlo todo y esta vez nadie se daría cuenta, esta vez lograría su objetivo; tenerla a ella sí o sí.

Eran las 15:45 de la tarde, Manuel estaba sentado en una banca, miraba el reloj y esperaba ansioso a que sonara la campana de la escuela que estaba en frente de la plazoleta donde él se encontraba. Al sonar el timbre que se escuchaba claro desde ahí, pasados unos segundos empezaron a salir de a poco los niños. El cuadro era típico; las ausiliares abrían la salida de la escuela y salían a choques los niños. A muchos los iban a buscar sus padres, pero los más grandes ya tenían la edad suficiente como para tomar el autobús rumbo a sus casa.
Manuel miraba muy atento a ver si podía ver desde el sitio en que se encontraba a aquella chica que se había vuelto su fijación.

Pasada una media hora, salío por ese portón un grupo de jovencitas, todas con sus mochilas, iban riéndose y bromeando, había entre ellas una que destacaba con claridad; pequeña, de hermosa figura, pelirroja y llena de pecas, era ella sin duda.

Las intensiones de Manuel con aquella encantadora joven no eran muy cuerdas que digamos, tenía propuesto estudiarla, saber todo sobre ella, y era un logro importante para él saber a qué escuela asistía, pero ahora quería más, así que se puso de pie y empezó seguirla sin que el grupo de muchachas lo notaran.

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