Relatos Ocultos

-6- Partes de mí

Aún no podía entender cómo fue que todo terminó así, por un momento pensé que ésto no era real, que todo había sido un falsa ilusión, o una pesadilla sudorosa, pero no, el resultado de tantos arrebatos han concluido en ésto, y se podría decir que en mi propia destrucción.

Pensar en cómo pasó todo ésto me resulta confuso, lo único que recuerdo fue que yo estaba ahí, en ese cuarto al lado de Martín, y ahora él ya no ésta. 

Su madre me dice convencida que todo fue un error, que no debería de culparme, pero sigo perturbada, y mientras observo su semblante pálido y ese hermoso traje que le han puesto para enterrarlo, sigo culpándome,.

Hace dos días atrás me encontraba en el club con mi mejor amiga, Alessandra, estábamos aburridas de todo lo cotidiano y de lo trivial, y nos pusimos en contacto con unos chicos para ver si podíamos hacer algo en la noche, queríamos de alguna manera sucia y bizarra vivir la vida con todo, la idea era juntarse en el apartamento de Alessandra y llevar algunas cosas para nuestra entretención. Yo llevaba la yerba suficiente como para dejar en lo alto a toda una legión, y mi amiga mucha coca, y algunas otras sustancias psicodélicas. En realidad no eramos muchos, sólo cinco adolescente completamente descarriados, y nuestro panorama para esa noche, era mucha droga, sexo y alcohol. 

Una vez dentro de ese magnífico penthouse que alquilaba de por vida la familia de Alessandra, empezamos a divertirnos, pero al parecer ella tenía una idea errada de lo que yo quería hacer, e inmediatamente al llegar todos nuestros invitados, nos retiramos a su cuarto, adentro estaba oscuro, había una cámara escondida en su buró, y yacía Martín recostado en su cama semi desnudo. 

-Vamos Helena, siéntate -Me decía Martín palmoteando la cama de Alessa con una leve sonrisa.

Yo lo miré de forma extraña, a él y la mi amiga que fingía atender otras cosas, no entendía muy bien cuales eran las intenciones de ambos, pero no quería involucrarme.

-Oye, vamos, relájate, ven y por qué no te sientas a mi lado, ponte cómoda mientras Alessa viene con el cocktail, te va a poner a mil esta noche. -Me dijo Martín impaciente.

-Sí, me encantaría que nos pusiéramos en proceso, pero no sé que tienen pensado -Le dije algo confundida.

-Mira, esa es la idea, ven a compartir conmigo. Y sacó del velador una pequeña bandeja de plata con tres líneas de coca. Yo me senté a su lado, como siempre él había querido y le dí una primera jalada a la bandeja, luego era el turno de él. En un par de minutos él y yo ya estabamos a mil. 

-Dime que no te excita la posibilidad que está latente hoy -Me dijo algo sudoroso.

-No entiendo a que te refieres -Le contesté.

-No te hagas la que no sabes, le dije a Alessandra que quería estar contigo a solas, porque hace tiempo me gustas.

-No tenía idea.

-Es verdad, y que bueno que ya se fué, porque me gustaría hacer algunas cosas aquí contigo.