Capítulo Seis: El x de tacones

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Con cada paso que mis piernas daban, sentía desde mi nuca una inexplicable presión de ser vista. Trataba a toda costa de evitarlo, ya que es normal que haya mucha gente en esta zona de la cuidad y a esta hora.

_Cálmate Ariel, seguro que es una persona cualquiera caminando en tu misma dirección- pensé. Pero siempre que me fijaba atrás de mí para ver si alguna persona caminaba detrás, no encontraba a nadie.

Saque mis auriculares del bolsillo de mi abrigo y empecé a escuchar música para distraerme un poco.

Es común que gente y autos pasen por estas calles tan transitadas, pero lo que más me llamaba la atención era que cada persona que iba caminando hacia mi dirección cruzaba la calle quince metros antes de que yo las pace por al lado.

_Seguro que eso es casualidad- pensaba. La verdad eran frases de auto- tranquilidad que usaba para la ocasión y esta era una.

Se terminó la canción que estaba escuchando y de repente, escucho con suma claridad como unos pequeños tacones son lo único que se escuchan a mi espalda. No gritos, no voces y ningún suspiro que se oiga... Solo el peso de un cuerpo sobre unos tacones.

Mantengo los auriculares sobre mis oídos pero sin escuchar ninguna música, así con máximo disimulo escucho esos despampanantes tacones.

Ya voy caminando nueve calles y "x con tacones" todavía no dobla ni una bendita cuadra para cambiar y borrar de mi mente las miles de negativas escenas que terminan esta historia.

Mi pulso se acelera ya como última alternativa acelero el paso a mi caminata para dejar de oír por un segundo esos tacones ser aplastados por el asfalto. Pero lo que obtengo no me lo puedo creer ni yo misma, "x" acelero sus sonidos creando que mis oídos en segundo exploten y mi corazón se angustie mucho más rápido de lo que esperaba.

Sujeto lo más que puedo las correas de mi mochila a mi espalda por la idea arriesgada e inesperada que se me ocurrió, para ver si me está siguiendo o no.

Pidiendo permiso y en algunos casos empujando, empiezo a correr por las siguientes dos calles. El también corre, ahora sé que es un "el" en la forma en que insulta a las personas al no dejarlo pasar, con su grave voz que lo deja a el mismo al descubierto.

Corriendo por mi vida me lleve arrastrando mi miedo y valentía (además de a una anciana en edad). Pido incontables vece ayuda a cualquiera que pasa por al lado mío, pero todos están metidos en sus propios asuntos que no tienen tiempo para otro persona como yo.

Cruzo la esquina que divide dos calles restándome una faltante, me doy vuelta por un minuto y lo veo corriendo hacia mí. No es una persona... es una pared, una muralla, lo que sea, pero no una persona normal. El semáforo se puso en rojo en último segundo de la oportunidad de que el me atrapara. Empiezo a correr de vuelta, pero esta vez a la misma vez que me saco la mochila de la espalda (todavía corriendo) y saco del bolsillo más pequeño de mi mochila una de las miles de copias de la llave de mi casa y la sujeto con todas mis fuerzas que mi mano presiona, porque en este momento una llave es la única solución que me puede resolver este problema.

Llego a la vereda de mi casa con la respiración agitada, abro el gran portón negro de mi casa, y corro hasta la puerta de mi casa. Es más que obvio que "x" ya me dejo de correr hacia rato al entrar a un barrio privado, pero mi adrenalina y miedo combinados eran os que ahora me corrían. Llevo con el pulso irregular y lucho por dejar de temblar para poder colocar la llave en la cerradura, lo logro y alto o empujo la puerta para pasar adentro de la casa a la vez que cierro la puerta. Con el cansancio, bajo la cabeza y espero hasta que mi pulso se normalice.

Ya con mis respiraciones normales, subo la cabeza y me encuentro con mi madre, mi padre y mi hermano mayor mirándome atónitos con la misma expresión en su cara y ganas de decir lo mismo, pero al final lo dice solo mi padre. Mi padre mi miraba atónito esperando a que salga alguna explicación de mi boca a la vez que se acomodaba sus lentes de lectura que se notaba que estaban en uso, mi madre estaba con cara triste por lo que supongo que habrían pasado miles de escenas por su mente y m hermano estaba al lado de ellos, pero con la diferencia que no sabía cómo estaba porque no mostraba ninguna expresión en su rostro, pero si sabía que antes de que yo viniera estaba comiendo una manzana por el resto que estaba en su mano.

_ ¿Qué te paso, hija?- me dice mi padre atento, pero con muchísima intriga y preocupación en su voz.

_Nada. Solo eso soy capaz de contestar en este momento- le dije un poco en shock. Y la verdad era que era la primera vez que me intentaban ¿Robar? Bueno era la primera vez que me pasaban estas cosas, aunque no estoy segura de decir que va a ser la última.

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2016 ⏰

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