Veo la llamada perdida y agrego el número. Ya son las cuatro de la tarde y iba a ir a su casa pero me he dado cuenta de que no tengo su dirección, así que decido enviarle un whatsapp.
Trixx.👽:¿Cómo coño quieres que este en tu casa a las 16:30 si no me das la dirección, tonto del culo?
Dejó el móvil sobre la mesa del salón y me voy a lavar los dientes, cuando vuelvo ya me a respondido con el nombre de la dirección y poco después me vuelve a sonar el móvil.
Daniel Oviedo:¿Y cómo que tonto del culo? Te vas a enterar, ya verás.
Trixx.👽:¿Perdón?
Daniel Oviedo:Perdonada.
Daniel Oviedo:Tienes cara de no gustarte las cosquillas. Lo dejo caer.
Trixx.👽:Qué miedo me das hijo.
Daniel Oviedo:Debería ser así. Vente ya anda, que me aburro.
Trixx.👽: Son las 16:10 y vives prácticamente en la calle que continúa la mía, voy a llegar antes de y 15.
Daniel Oviedo:Que te vengas te he dicho hombre🙄
Trixx.👽: A mi tú no me das órdenes, pero voy a ir porque no tengo nada mejor que hacer.
Daniel Oviedo: Buena chica👏🏻❤️
Que me a puesto un corazón tío.
Trixx.👽:Pues ahora te esperas hasta y media.
En verdad estoy cruzando la calle sabéis, pero que sufra.
Daniel Oviedo:¿Qué?
Daniel Oviedo: Nonononono.
Como ya estoy casi en su puerta, decido dejarlo en visto, haber que pasa.
Daniel Oviedo: ¿Trixie?
Toco la puerta de su casa y a los minutos me abre.
-¿Cómo te digo que me llames Trix?-Digo sonriendo.
-Ah, sí, claro. Yo te llamo Trix y todo lo que tú quieras pero creo que se lo querías decir a Dani en vez de a mí.-Se empieza a reír y yo le sigo. Soy tonta, pero en verdad esto me hubiera quedado genial si fuera el el que hubiera abierto.-Está arriba, tercera puerta a la izquierda. Yo me voy ya que voy con So...
-Con Sofía.-Sonrío.-Dile que luego la llamo que no he tenido tiempo.
Asiente y se despide de mí. En la hora de Sociales, después de literatura-que por cierto, este año presiento que me va a encantar esta clase porque ya no aguantaba más al viejo de todos los años.-me senté con Sofía y la he conocido más y me a dicho que le llame esta tarde. Pero la verdad es que cuando llegue a casa comí y después me quede dormida así que no es que haya tenido mucho tiempo.
Subo las escaleras y voy a la tercera puerta a la izquierda, que me la encuentro entre abierta. Miro por el hueco que hay entre la puerta y el marco y lo veo. Está tumbado en la cama, con la misma ropa que lo he visto esta mañana; pantalones negros con rotos y una camiseta básica negra, también.
-Cucú.-Digo con voz aguda, con la cabeza en la puerta sin entrar.
-Jesús tío, déjate de tonterías anda.-Dice rancio.
-Si fuera tu hermano me ofendería, que hayas confundido mi voz con la de él... Tela.-Digo entrando como Pedro por su casa.
Él me mira sonriendo y se sienta en la cama, para después, rodar los ojos divertido. Parece mirar la hora en su móvil y me sonríe.
-Las cuatro y 20.
-¿Vamos a hacer el trabajo o qué?
-Si me lo preguntas a mí no lo hacemos.-Levanta las cejas gracioso.
-Pero si es fácil, tú y yo ya sabemos de todo de lo que hay que hablar.-Digo, sentándome en su cama y el se levanta para coger un portátil que hay en el escritorio y se vuelve a sentar a mi lado.-Lo último que me esperaba de ti era que te gustara una novela tan... Cursi como Romeo y Julieta.-Respondo quitándome la bomber.
-Pues ya ves.-Responde, quitándole importancia y empezamos a hacer el trabajo.
[...]
-¿Lo dejamos así para en clase solo poner las fotos y que no se piense Marta que no estamos haciendo nada?
-Como quieras.-Respondo, cogiendo mi móvil para mirar la hora y el guarda el documento en sus archivos y después, lo pasa a un pendrive.
-¿Te vas ya?-Me pregunta dejando el ordenador el el escritorio.
-No sé, ¿me voy ya?-Le pregunto graciosa.
-No no, si solo son las siete. ¿Bajamos con estos?
Asiento saliendo de la habitación. Sofía y Jesús han venido cuando casi estábamos empezando el trabajo, han venido a saludar pero se han ido a abajo. Empiezo a bajar las escaleras pero me paro al segundo al escuchar que se están liando y me arrodillo en las escaleras. Desde las escaleras hay vistas al salón y bueno, qué si. Subo los poco escalones que había bajado y paro a Daniel que justo estaba saliendo de su habitación.
-Mejor no bajamos.-Susurro.
-¿Porque?-Frunce el ceño.
-Se están liando y no es plan de cortarles el royo.
-¿Como que no?-Se ríe.-Mira, ya verás.
-Daniel no les cortes el royo, tío.
-Que no que no, mira, ya verás.-Dice y me rodea para empezar a bajar las escaleras, se sienta en mitad de ellas y suelta un silbido, como si hubiera visto a una chica guapa. Pero ellos parecen no darse cuenta y siguen a lo suyo.
-Nada, que están muy concentrados.-Dice volviendo a subir. Mira a un lado y hacia otro, con las manos en las cinturas y me coge rápido de la mano y me empieza a arrastrar por las escaleras.
-¡Dani!¡Dani que no!-Digo intentando sonar bajo y el solo se ríe mientras se me baja por las escaleras, pero a medias parece cansarse y me coge colocándome sobre su obró y baja por las escaleras. Cuando llegamos abajo, después de tanta patalea y tanta historia siguen en su mundo y Daniel acaba de abrir las puertas francesas que adornan la entrada al salón.
-Bueno, ¿ya no?
-Tío Dani, que aguafiestas, siempre lo mismo.