Quiero encontrar la fortuna ya!

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-Y así es como debes hacerlo, ves, es fácil, pero recuerda...

interrumpe María para completar la frase.

-"Busca el zapato que fortuna te traerá, frota y frota que algún día llegará" - dijo con una gran sonrisa, mientras con un cepillo de casi imperceptibles cerdas frota su diminuto zapato.

-Muy bien María, ha llegado el primer cliente, ya sabes lo que tienes que hacer....

-Buenos días señor, bienvenido - dice jugueteando con sus manos y mirando hacia el suelo...

-Buenos días pequeña, como te llamas? - pregunta el cliente...

-María, - responde el padre, quien tiene a la niña detrás de su espalda, escondida.

-No te escondas María, mira, las niñas buenas sonríen a las personas, tu eres niña buena verdad ?- dice el cliente mientras hojea sin interés el periódico que tiene entre sus manos.

De inmediato, al escuchar esas palabras, la niña sale y sonríe aun con pena y sin mirar directamente a los ojos al cliente.

-Que educada eres María, tu papá debe estar orgulloso. - toma su periódico y se dispone a leer.

Mientras tanto, maría, se sienta en el suelo, a un lado de su padre, sobre una hoja de periódico viejo, hace lo que puede por ayudar, le pasa la brocha, el cepillo, lo que le pida su papá.

Después de un rato...

- Listo señor -dice Pedro, quien ha terminado de lustrar los zapatos.

-Gracias aquí tiene, y esto, es para María, debe tener hambre, cómprele una concha por ser tan buena niña.

Al escuchar esas palabras, María, se levanta del suelo, sacude su mano en su vestido rosa de tirantes, la extiende y se despide del cliente...

-Muchas gracias, aunque su zapato no es mágico, tenía un poco de fortuna, gracias por regalármela .

El cliente mira sorprendido a María, quien se despide de ella estrechando su mano, mira a Pedro y le sonríe diciendo - ojalá todos vieran fortuna incluso en donde no la hay , que tenga un buen día.

-Vamos papá, tengo hambre, y ya se ha ido el primer cliente, podemos ir a comprar un pan?

- espera María que aquí viene otro - sentándose de nuevo en el banquillo , dice pedro a su niña , quien estaba impaciente por cruzar la calle para llegar a la panadería, de donde provenía un aroma tan agradable, tan cálido y exquisito, como el que sólo un pan recién hecho puede tener.

- está bien papi, seré buena, tal vez hoy sea el día en que encontremos ese zapato mágico.

Pedro realiza su trabajo,pasan las horas, un cliente tras otro, y entre cliente y cliente, María lo observa, y le señala con los ojos y levantando sus cejas, para saber si a caso, su padre ha encontrado ese zapato de la fortuna.

- María, ya tienes mucha hambre verdad? 

- si papi, pero que tal si vamos a la panadería y nos perdemos al cliente que tiene el zapato mágico? -preguntó preocupada.

-No María, no pasará, vamos rápido, si no nos tardamos , no perderemos a ningún cliente.

María dudosa pero con demasiada hambre, observa a su padre y no quiere decir que si...

pero un compañero bolero, y además amigo , que se encuentra a un lado del espacio reservado para Pedro y María escucha la conversación y dice...

María, anda rápido con tu padre, que si viene un cliente, gritaré muy fuerte para que vengan y no pierdan su zapato mágico - le dice sonriendo y apresurando a la niña ,

-Gracias Señor Ramón.

Cruzan la calle velozmente, María con tanta hambre no sabía que elegir, volteando de vez en vez por si a caso un cliente llegaba y a Ramón se le olvidaba gritar.

-Cual quieres María? - pregunta su padre, quien ha elegido un bolillo calientito .

-La concha papá, porque será comprada con la fortuna de ese señor.

Pagan su desayuno , comida y probable cena, porque Pedro tiene que comenzar a ahorrar, ya que ademas de los gastos como agua, luz, y piso en su trabajo, en unos meses, María tiene que ingresar al Kinder, y aunque es de gobierno, no tienen el dinero que se requiere para la colegiatura y el uniforme, así que solo dan una comida al día, no importa lo difícil que sea, Pedro haría todo por un futuro mejor para María.

-vamos papá que puede venir alguien -dice María, quien jala de la mano a su padre para apresurarlo.

-ya volvimos, muchas gracias Ramón ...

-No se preocupen, cualquier cosa que necesiten para eso son los amigos que no María?

-Gracias Ramón - dice María, ofreciendo de su pan a Ramón incluso antes de probar bocado.

-No María muchas gracias pero ese pan es tuyo, anda, cómelo ahora que está calientito.

-pero tu nos ayudaste Ramón, cuando encuentre el zapato mágico no te daré solo un pedazo, te llevaré a comprar el pan que tu quieras.

Pedro mira a María y piensa en que pasará, cuando crezca su niña y se entere que jamás encontrará un zapato mágico, y que muy probablemente, faltarán muchos años y esfuerzo para que pueda regalar así el dinero.

-Está bien María, solo un pedacito, porque ya es mi hora de cenar, muchas gracias, mañana cuando compre yo uno, te regresaré este pedacito.

sonríe María con los cachetitos hinchados.

- Vámonos María, ya es muy tarde.- dice Pedro recogiendo sus herramientas de trabajo.

- pero papá y si viene otro cliente?

-no María, ya es muy tarde, incluso es mas tarde que ayer

-está bien.

María ayuda  a su padre, cargando su pequeña cajita en donde guarda su cepillo y asiento (periódico viejo). Al llegar a casa, después de un día tan pesado, María , casi con los ojos cerrados, se recuesta en su cama y dice en voz alta.

-Papi, hoy fue un buen día, siento que la fortuna está mas cerca, buenas noches.

-Buenas noches mi angelito .- dice pedro, dándole un beso en la frente y pidiendo , encontrar un trabajo mejor, para darle a María una vida buena.


Fortuna a tus pies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora