La Fortuna existe!

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Han pasado ya tres días, desde esa "noche especial" en la que Pedro y María, pudieron disfrutar de una rica cena calientita, los días siguientes se sintieron mejor, María ha dejado de llorar por las noches e incluso Pedro, comenzó a pensar, que no había nada de malo en su trabajo, le retribuía lo suficiente para comprar materiales, para alimentar a María y poder ahorrar para su escuela, además de todo, no tenía que dejar a María sola, la podría tener todo el día consigo, disfrutándola, viéndola crecer, conversando con ella y ayudándola a ver, que el mundo es bueno si sabes comprenderlo, si lo respetas y te esmeras por ser mejor cada día.

- Vamos María, hoy si es Domingo, podremos disfrutar otra vez de unos ricos taquitos terminando el día - dice a su niña quien ya está lista para salir, lleva su cabello recojido, no trenzado pero si con su listonsito bien amarrado, e incluso lo espera ya agarrando la perilla de la puerta.

-Si! , vamos papá !, hoy será un día genial!- dice poniéndose de puntitas e intentando abrir la puerta.

Durante el camino, se escuchan sirenas, vienen de lejos, de diferentes dirección, gente que pasa va conversando , que ha habido otro robo a un banco, sería ya el tercero en lo que va de la semana, "Pero como es que nadie lo puede detener!"- dice un joven acompañado de su novia, - dicen que es un solo chico, que es delgado y sabe correr  muy bien e incluso brincar bardas, pero nadie ha visto su rostro... - dice la chica quien pasa junto a María, la mira y le sonríe . - Y si nadie ha visto su rostro como saben que es el mismo ? - pregunta incrédulo el novio. - Dicen que por los zapatos...- se alejan caminando entre el bullicio de la ciudad.

-Papi, la policía puede castigar a ese niño que se está portando mal ?- pregtunta María, quien va de la mano de su padre, caminando y de vez en vez , dando brinquitos para "ir mas rápido".

- si mijita, solo quieren estar seguros de quien es, porque por unos zapatos se pueden confundir y castigar a alguien que se ha portado bien - dice Pedro a su niña, mientras han llegado a su lugar de trabajo.

-si es cierto, aquí han venido señores que tienen los mismos zapatos que los señores a los que atiende Ramón - dice señalando a su amigo y vecino de trabajo.

-Cómo te fijas María, yo a veces ni cuenta me doy de que zapatos traen, solo veo el color.- dice Ramón sonriendo hacia la niña, mientras da bola a un cliente.

Se escuchan cada vez mas fuerte las sirenas, las personas comentan que siguen persiguiendo al chico que ha robado el banco , María mira a su alrededor, está un poco inquieta, tal vez asustada, aunque casi a diario ha escuchado sirenas, nunca las había escuchado tan fuerte, tan cerca, Pedro la mira, y se le ocurre algo para distraerla.

-María, que te parece si hoy tienes tu primer cliente.- dice Pedro sonriendo mientras mira a María, señalando para que ella ocupe el banco.

-De verdad?- pregunta María, entre entusiasmada y sorprendida.

-Claro mija, te he enseñado muy bien, además yo aquí voy a estar, ahora me toca verte a ti, y si tienes dudas yo te ayudo - dice Pedro sentándose en el suelo sobre el periódico que siempre usa María.

-papi, desde aquí te vez mas chiquito.- Dice María jugando ya sentada en el banquito.

-no me veo chiquito, lo que pasa es que estás creciendo María - ambos se ríen y sin darse cuenta en que momento, un cliente ha tomado ya asiento.

-anda María - dice Pedro señalando al cliente, quien sostiene uno de los periódicos que había a un lado.

-Buenos  días Señor Cliente, quiere que le de bola? -pregunta María con voz un poco temerosa y algo inaudible.

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⏰ Última actualización: Apr 14, 2016 ⏰

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