☹capítulo nueve☹

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so i, i turn 'round
oh baby don't care no more, i know this for sure
i'm walking out that door - last nite, the strokes.


—definitivamente esto no tendría que haber sido así. —sus manos cubrían su rostro, recargando su espalda en el asiento— me siento tan avergonzado.

harry sonrió, dejando una mano en el muslo de louis, quien se sentía a llorar.

—está bien, ¿sabes? no es gran cosa. 

—¡vomité en la puerta de tu casa! ¡manché los zapatos de tu madre! diosdiosdios eso no tendría que haber pasado, vomitar en este día no estaba en mis planes.

suaves risas comprimidas por una almohada salieron del rizado— no creo que alguien planee algo así, ¿sabes?

louis tiró de las piernas del rizado, haciendo de cayera sobre él en la cama, hundiendo su cara en su cabello con aroma a coco y frutas.
luego de esa vergonzosa escena, la madre del pequeño lo había llevado al sillón de la sala, ofreciéndole un poco de agua y algo de fruta picada mientras harry revoloteaba a su alrededor lleno de preocupación.

que su sorpresa para hoy no era esa, claro, él tenía algo mucho mejor para su pequeño con hoyuelos.

—te tengo una sorpresa, tonto —jugueteó con un rizo, estirando y soltando, viendo como volvía a su forma natural— ¿vamos? que es buena, creo.

harry se lo planteó un poco, no es que no quisiera ir con louis por ahí, si fuera por él lo acompañaría al fin del mundo. incluso si quiere a conquistar a este.
pero que estaba enfermo, se recordó, había bautizado la entrada de su casa y seguía, seguramente, algo mareado.

—pero tu pancita está enojada, lou.

si, que era un tipo de mierda el no poder hacer gran cosa, pero le bastaba con tenerlo ahí, olfateando su cabello y acariciando su pequeña cintura. que le daba un ataque al corazón si seguía haciendo eso.

el castaño mordió despacio el lóbulo de su oreja, mandando escalofríos por todo su cuerpo.

—vamos, te gustará.

[...]

harry estaba ansioso, con los ojos vendados depósito toda su confianza en louis, dejándose llevar en el auto a donde quiera.
sentía el aire golpear sus desnudas mejillas, enfriando un poco su caliente piel, producto del sonrojo.

—¿cuánto falta, lou? —iban, si sus cálculos no fallaban, al rededor de una hora, o al menos era así para él.

—bebé sólo pasaron treinta minutos, espera otros diez —bebé.

ay, su corazoncito.

golpeaba sus dedos en sus rodillas al ritmo de la música que soñaba en el auto, moviendo sus labios al compás, a veces mordiendolos por el nerviosismo. cosa que no pasó de alto por louis.
llegaron en veinte minutos más.

el castaño bajó rápidamente del auto, subiendo la puertita del baúl.

—tendrás que esperar unos minutos más, sólo un poco.

con agilidad bajó todas las cosas y las acomodó con ligereza y cuidado sobre la arena dorada, asegurándose de que todo se viera perfecto.

con entusiasmo volvió hacia harry, abriendo su puerta y tomandolo en brazos, escuchando un chillido de parte del rizado por la sorpresa, agarrándose fuertemente del cuello del chico.
caminó a pasos lentos, admirando la carita sonrojada del pequeño, sus mejillas calientes y rizos rebeldes moviéndose por la brisa por su cara.

era su lindo bebé.

se sentó con él en sus piernas, abrazando su cuerpo, siendo recibido por un ansioso harry que buscaba calor corporal. y le quitó el pañuelo de sus ojos.

—lou...

estaban sobre una manta de color azul sobre la arena, una canasta de mimbre en el centro y una lámpara vieja a gas a su lado.

—no es nada extravagante o lujoso... sólo quería que fuéramos tú y yo aquí, algo apartado y tranquilo. ¿te gusta?

no contestó, puso una pierna en cada lado de su cadera y lo abrazó, lo más fuerte -pero sin lastimarlo, tampoco es que pudiera- que sus brazos le permitieron.

—es lo más lindo que alguien hizo hecho por mi.

aún con harry en sus piernas y rodeandolo, alcanzó a abrir la pequeña canasta y sacar unos cuantos contenedores.
sándwiches, jugo, fruta y alguno que otro dulce.

—hay sándwiches de pavo con queso y tomate, algunos de verduras también. fresas con chocolate, jugo de manzana y-

—¡fruta picadita! —exclamó, dándose vuelta y tomando un pequeño táper lleno de -tal vez- una ensalada de frutas.

comieron todo casi con desesperación -recuerden que louis vomito su almuerzo- y no dejaron prácticamente nada, ni la fruta picadita.

ambos se daban de comer las últimas fresas con chocolate que quedaban.

ya de noche, louis encendió la lámpara de gas, dejando todo levemente iluminado, lo suficiente como para hacer cómodo el tranquilo ambiente.
dejó a harry ahí y fue corriendo al auto, trayendo consigo un estuche negro. la guitarra.

volvió a sentarse con la guitarra en sus piernas cruzadas, esta vez al frente del rizado, mirándolo a los ojos.

—quiero que esto sea especial para los dos, así que sólo escucha.

would it be a sin if i can't help falling in love with you?

el canto era suave, como si fuera un secreto entre ambos, louis acariciaba las cuerdas con una delicadeza increíble que era magnífico.
casi celestial, llenando sus oídos de las dulces palabras qué, tal vez sin saber, venían desde lo más profundo de louis.

take my hand, take my whole life too for i can't help falling in love with you.

su voz era un sueño, tan suave y llena de sentimientos que el rizado se sentía al borde del llanto con sus ojos aguados y las manos temblando. su corazón latía y pedía a gritos que louis dejara esa cosa y lo abrazara toda la noche, llenando de besos su cara como siempre lo hacía.

relamia sus labios y movía sus dedos con nerviosismo, casi seguro de lo que estaba pasando.
y es que su corazoncito amenazaba con salir corriendo de su pecho, gozoso de felicidad. tal vez demasiada, casi al punto de morir.

for i can't help falling in love with you.

¿serías mi novio, harry?

—no.

o bueno, tal vez louis lo haría.

bueno, todo mal conmigo por dejar así la fic ik, no tengo perdón de satan sorry.

amo a elvis tenía que poner esa canción.

ayayayay espero que les guste la portada

indie songs for a withered heart | l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora