Siempre me preguntaba que brutal sería mi vida si tuviera un hermano y yo digo que esas personas que tienen hermanos o hermanas tienen una bendición. Mis amigos de la elemental me decían que estaban hartos de sus hermanos y yo en mi mente pensaba:
-¡Coño!, ¡por lo menos tienen un hermano, yo no tengo ninguno!-.
Yo vivía en Francia y era un chico con notas agradables, no las mejores, pero agradables. Un día llegué a mi casa de la casa de mi amigo y mis padres estaban en la mesa del comedor reunidos y me dijeron que fuera a donde ellos. Tomé un asiento y empezaron a disputar de un tema que desde que abrieron la bocota mi mente se fue al espacio. Gracias a Dios que discutían con tono paciente y agradable. En ese preciso momento Mami le dijo a papi:
-Mi amor, acuérdate que nosotros somos inmigrantes puertorriqueños y tenemos menos derechos que los nativos de aquí-.
Literalmente, eso fue lo único que escuché y según mis padres ellos iban a hablar de cómo iba en la escuela. Me sentí un poco decepcionado y triste. Para ese tiempo tenía unos 11 años (estaba en sexto grado). Al otro día me levanté para ir a la escuela. Era un lunes horrible como todos porque me da flojera levantarme. Me bañé, desayuné, me cepillé los dientes y luego me vestí y llegué al colegio. Mientras pasaban las clases, todo lo que pensaba era de qué manera les diré a mis amigos que era puertorriqueño. Cuando sonó el timbre para salir a almorzar corrí lo más rápido que pude al comedor porque estaba tan hambriento que me podía haber comido una vaca entera. Cuando terminé de almorzar, salí del comedor y mis dos amigos y yo fuimos a la biblioteca para coger aire acondicionado y charlar como siempre hacíamos. Mis amigos se llaman Louis y Pierre.
-¿De que charlamos hoy? Anime... Series... Videojuegos...-
nos preguntó Pierre.-Tengo algo muy importante que decirles, necesito confianza de ustedes- dije yo.
Ellos ya sabían que era algo diferente e inusual.
-Soy puerto...rriqueño- susurré.
Ellos se quedaron tan sorprendidos, imagínate, podías verle las tráqueas secas como el desierto.
-¿que pasa que están tan sorprendidos? Dijo la bibliotecaria. -
¿que..salió un...videojuego nuevo y lo tengo?- dijo Louis dudoso.
La bibliotecaria no se comió el cuento pues sabía que Louis era un chico muy pobre mientras Pierre tenía tanto dinero que ni quemándolos se acababan. Salimos de la biblioteca porque tocó el timbre para entrar a los salones. Luego, sonó el timbre de las 3 y nos fuimos a nuestras casas. Nos conectamos por MySpace los 3 para hablar del tema. Louis le habían dado una computadora porque ganó unas competencias de matemáticas. Ellos me dijeron que puedo confíar en ellos para lo que sea y me sentí seguro.
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La Soledad Me Acompaña
General FictionCarlos es un chico que vive en Francia y pasa por situaciones muy difíciles y algunas imposibles de olvidar y pasa la peor adolescencia que uno se pueda imaginar. Tiene dos mejores amigos que poco a poco se separan por situaciones inexplicables. Uno...