El Accidente

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Hoy era viernes y estaba muy contento y mis padres me dijeron que íbamos a la Catedral de Notre Dame porque el Papa Benedicto XVI iba a celebrar una misa y sinceramente es la primera vez que veré el Papa. Luego, fui al colegio y Louis me dijo que el iba a ir también y me puse más feliz todavía. A la verdad que mi positivismo de ayer antes de acostarme fue muy efectivo para hoy.
Llegué a mi casa muy emocionado y ansioso para ir a la misa y me fui a bañar. Mi mamá estaba cocinando arroz con pollo y habichuelas. De pronto que el aroma llegó al baño, salí, me vestí y fui directo a la cocina a comer. Mi papá se fue a bañar, se vistió y nos fuimos.

Primero, fuimos a buscar a Louis y después a comer un helado,por eso salimos temprano. Llegamos a la Catedral muy tranquilos y tomamos asiento y me encontré con algunas maestras del colegio y las saludé. El Papa llegó y empezó la misa con entusiasmo y alegría. Desde pequeño uno de mis sueños había sido ver el Papa y hoy se hizo realidad. Siempre lo admiraba por ese carisma que tenía cuando ayudaba a las personas más necesitadas. La misa terminó y él saludó a las personas. Yo me tiré una foto con él con las cámaras esas desechables. La mamá de Louis lo vino a buscar porque ella no creía en la Iglesia Católica y ese era el plan original. Papi y Mami se montaron en el carro y nos fuimos a casa.

Tomamos la salida de la autopista rumbo a casa. Por esa carretera se fue la luz y encendimos las luces largas. De repente, vimos una sombra, como si fuera un carro, sin luces prendidas y... ¡Bam! Los carros chocaron. Yo abrí mis ojos y sólo vi a Mami y papi en sus asientos amarrados, sus caras llenas de sangre por doquier y sus cuerpos con pedazos de cristal y las “air bags” sangrientas. Gracias a Dios que tenía un celular y llamé al 911, y llegaron rápido. Eran las 12am y ya estaba en el hospital en sala de emergencias porque me había lastimado también aunque no mucho como mis padres. Me hospedé en la casa de la Tía Marena a lo que mis padres se recuperaban en el hospital. Salía del colegio todos los días corriendo para ir al hospital a verlos. Un martes llamaron al colegio del hospital al mediodía para que fuera allá pero no me especificaron. Estaba feliz pues sabía que mis padres ya los dieron de alta. Llegué al cuarto y allí estaban ellos... ¡muertos! Según los médicos, no se podía hacer nada al respecto dentro del cuerpo ya que algunos cristales habían llegado a algunos órganos. Yo lloré al lado de los cuerpos de mis padres, tanto como para llenar una piscina. Le dije a mi tía cuando llegué a la casa lo sucedido por escrito porque era sorda. Ella lloró desconsoladamente y me dijo que me cuidaría hasta que ella muera. Me dieron ganas de coger una navaja y cortarme en el brazo, quise ir al cielo con ellos, para no sufrir o coger unas pastillas, no lo hice porque no me atrevía. Pagamos los costos del funeral y en realidad, fueron los tres días más tristes que había pasado en mi vida.



Próxima parte pronto!!😁😛

La Soledad Me AcompañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora