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          Comenzaré esta historia diciendo que no todos tenemos la suerte de tener un padre y una madre amorosa, a veces solo tenemos que vivir la realidad de no compartir nuestra vida con los que más queremos, la crianza de un ser humano es imprescindible para su desenvolvimiento en la comunidad que le rodea, ahora, ¿qué pasaría si tu vida fuera totalmente controlada por quienes te engendraron? Imagina por un momento que tu opinión no vale, que lo que sientes no importa, que toda tu vida debe girar en torno al gusto y beneficio de tu familia, esta es la historia de Selene, me gustaría decir que era una chica normal, ordinaria, pero no era así, el ser humano tiene la extraordinaria capacidad de adaptarse a casi cualquier situación y de evolucionar con ella, y fue esto lo que se vio obligada a hacer Selene en el transcurrir de su vida, adaptarse a cada entorno que tuviera la oportunidad de experimentar.

          Esta chica desde muy pequeña empezó a moldear su carácter, a comportarse según la ocasión y el momento lo ameritaran, si estaba en la escuela era muy cumplida y pulcra, terminaba sus trabajos con excelencia, se involucraba con todos los grupos que estuvieran formados a su alrededor, podía charlar con los "chicos malos", pero también hacer trabajos con los "nerds" y asistir a alguna salida con los "populares", no tenía problemas para hacer amigos, Selene era del tipo de persona que se hacía querer a donde llegara.

          Tenía una sonrisa amplia, casi siempre, dibujada en su rostro pero, al mismo tiempo ponía mucha seriedad y se interesaba por los temas de discusión en clases, era atenta, le gustaba aprender, ella creía que el aprendizaje jamás podría ser una pérdida de tiempo, podía reírse de cualquier tontería, de cualquier chiste estúpido y vacío, a carcajadas tan fuertes como para que toda la institución se enterase. Era muy lista, y aunque intento con muchas fuerzas parecer ordinaria o común, no lo lograba, es que ella no lo era, no podría serlo, había algo en ella, algo que de cualquier manera la hacía resaltar, como por ejemplo, su risa tan potente, de solo escucharla uno también quería reírse, o en clases cuando los profesores preguntaban algo y ella no podía evitar levantar su mano para responder, participaba vivamente en los debates académicos, recordaba siempre las fechas importantes para los que le rodeaban aunque tuviera un año o solo una semana de conocerlo, llevaba su uniforme pulcro, planchado, pero siempre se colocaba algún broche o alguna chapa.

          No podía evitar ser diferente, y aunque se sentaba y se levantaba cuando se lo pedían, reía, y lloraba cuando era necesario, era obvio que no era lo que aparentaba ser, parecía muy confiada pero de hecho no lo era, solía decir de su vida fuera de la institución lo que era conveniente, tanto como para que no hicieran muchas preguntas y se inmiscuyeran en sus asuntos.

          No salía demasiado con sus compañeros, solo un par de veces en el año, lo suficiente como para que nadie sospechara nada, sus profesores la creían excepcional. Muy pocos conocían de su vida en casa, y es que ella era muy misteriosa, pero sabía envolver a la gente de tal manera que parecía que no era así, que su vida era la de un libro abierto, parecía perfecta, a vista de la mayoría por sus notas, su comportamiento y manera de ser no había nada malo ni erróneo en su vida, todo parecía demasiado maravillado como para ser cierto, aunque era así, no muchos se preocuparon por saber en verdad que escondía Selene, el por qué evitaba ciertas conversaciones, el por qué se incomodaba tanto cuando preguntaban algo referente a su hogar.

          Tenía problemas con estarse quieta, necesitaba siempre estar moviendo rápidamente la pierna derecha si estaba sentada o estar agitando el pie, y si estaba parada entonces golpeteaba rápidamente los dedos contra su pierna o caminaba de un lado a otro sin parar, la exasperaba la espera, para ella se volvían como momentos de agonía. También tenía otros defectos, hacia muchas cosas por impulso, era como si a pesar de intentar con todas sus fuerzas controlarse su cuerpo no le hiciera caso, tenía la compulsión de leer todo lo que se atravesara en su camino, de contar las letras y las palabras de lo que leía, era una maña que adquirió desde muy pequeña, pero que iba enriqueciendo su cultura y su dialecto, esto se lo debía a un ejercicio que hizo su maestra del segundo grado con todo el alumnado, los puso como en una competencia a ver quién leía más rápido toda una revista y luego quien contaba más rápido todas las palabras que habían en la misma, todos los niños menos Selene olvidaron este ejercicio, Selene no ganó la competencia pero volvió esto un hábito, esta "maña" la impulsó también a escribir y era muy buena y muy constante, era la única manera en la que se sentía ella misma y recordaba quien era fuera de lo que todos le pedían que fuera.

 También tenía otros defectos, hacia muchas cosas por impulso, era como si a pesar de intentar con todas sus fuerzas controlarse su cuerpo no le hiciera caso, tenía la compulsión de leer todo lo que se atravesara en su camino, de contar las letras...

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Ella & ElDonde viven las historias. Descúbrelo ahora