Capítulo 1

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[Atención: La historia se desarrolla después del evento en multimedia, proveniente del capítulo 15 de la Temporada 3. Dejando eso en claro, espero que disfrutes la lectura]

Era el habitual descanso matutino de nuestra secundaria, Teiko. Los grandes grupos de estudiantes empezaban a disiparse mientras cada uno escogía su respectiva mesa, esquivando a la multitud y procurando que su desayuno no cayera al piso.
Yo por primera vez era el primero en llegar a nuestra mesa.
"No quiero seguir viniendo a los entrenamientos"
"No pienso seguir las reglas de alguien más débil que yo".
"Que decepción".
"De todas maneras está bien si vengo mañana ¿No?".
Eran palabras que no salían de mi cabeza mientras contemplaba mi bolsa de dulces intacta, sintiendo la mirada de mi equipo sobre mí mientras iban tomando sus respectivos asientos, pero alguien faltaba... Aka-Chin.

—Aominecchi —Comentó Kise-Chin en voz baja. —Este ambiente desde hace unos días es... Raro.

—Claro que sí, imbécil. El titán desafió a Akashi, es su culpa que esté actuando tan extraño.

Fingí no escuchar, e indiferentemente husmeé en mi bolsa mientras la mirada de Mido-Chin examinaba mi reacción pareciendo estar aliviado de que "no escuchara".
Me sorprendió que Mine-Chin se enterara tan rápido de nuestra discusión, ya que él no había ido al entrenamiento, pero en realidad... Es algo que debía saberse después de todo.

—Aomine-Kun —Recalcó Kuro-Chin dándole a entender que debía guardar silencio.

—Ya entendí, ya entendí —Él soltó un bostezo mientras se recargaba en la mesa para luego comenzar a hablar con Kise-Chin; el ambiente pareció comenzar a animarse cuando Mido-Chin y Kuro-Chin se unieron a la plática. Sin embargo cuando vi a Aka-Chin entrar en la cafetería sentí  un agujero en el estómago.

Él caminó despreocupadamente hacia nuestra mesa, con un aura y una mirada realmente inquietantes.
Kuro-Chin pareció acordarse de algo y desvío la mirada con cierto... ¿Temor?
Intenté controlarme, pero con cada paso que daba mi inquietud aumentaba más. No pude soportarlo, tomé mi bolsa y me levanté, saliendo de ahí lo más tranquilo que pude.
No me importaba que mi equipo me viera como un cobarde por evadirle... No le tenía miedo. Simplemente, estaba decepcionado de mi mismo.
No podía mirarle a la cara.

Dulces Amargos [MuraAka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora