Capítulo 8

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Llevaba cinco días sin ir al colegio. Había pasado toda una semana y no había visto a nadie de mi equipo de baloncesto. Mi hermano no me dejaba salir de mi hogar, y mi demás hermanos estaban de acuerdo en que debía descansar unos días.

Suspiré pesadamente entre toda la basura acumulada y el desorden que estaba presente en mi habitación. Nunca fui organizado ni mucho menos responsable como lo era Aka-Chin. Pataleé las prendas sucias que estorbaban en mi cama haciendo que estas cayeran al piso para ser amontonadas y me giré nuevamente para intentar dormir. ¿Qué hora era? 11 de la mañana aproximadamente.
Apegué mi almohada a mí, sujetándola fuertemente con mis brazos mientras me encorvaba para cubrir mi rostro, para ver completa oscuridad por al menos un momento.
La poca presión en mi rostro poco a poco hacía que mis pulmones exigieran oxígeno, levanté ligeramente la cabeza para tomar aire y luego recosté la cabeza de lado; sintiendo un alivio al dejar de respirar por un momento, ya que después de todo necesitaba tranquilizarme.

Aka-Chin de verdad fue amable conmigo... No me ignoró cuando estuve con él, incluso se preocupó. Casi parecía que la pelea de hace unas semanas jamás ocurrió, claro que sin contar su voz y fría mirada.
—Ah, lo estoy haciendo de nuevo... —Dije en voz alta al girarme para tener una posición más cómoda. —¿Pensar en Aka-Chin todo el día será malo?

Era extraño, eso no podía negarlo, pero no creo que fuera malo; aún si de vez en cuando provocaba pequeñas lágrimas el pensar en ese chico pelirrojo. No podía quejarme, yo... Quería estar a su lado. Sí, por eso seré fuerte y haré las paces con Aka-Chin el Lunes.
Me incorporé, con una sonrisa decidida que pronto desapareció cuando mi cabeza encontró una estantería de libros sobre mi cama. —Duele... —Me quejé mientras pasaba mi mano sobre el golpe, intentando calmar el dolor.
Escuché los libros tambalearse y al ver como estaban dispuestos a caerse encima de mí, los detuve con la mano. Suspiré aliviado y los acomodé, ojalá el resto de mi habitación estuviera así...

Me senté en mi escritorio y encendí la laptop, husmeando una que otra cosa trivial; mi teléfono que estaba a mi lado vibró varias veces y con algo de molestia por el constante zumbido, lo tomé y puse la contraseña para ver los mensajes.

11:47 a.m
4 mensajes nuevos.
Kise-Chin ♪('ε ): Murasakibaracchi!!! ¿Cómo va todo? Tu accidente estuvo feo por lo que escuché, veré si encuentro dulces para cuando vuelvas, mejórate!

Kuro-Chin (-_-): Kise-kun tiene razón. Esperamos verte pronto por aquí. Mucha suerte con tu rehabilitación Murasakibara-kun.

Mine-Chin (^): Oi, titán mejor cúrate pronto, faltas en el equipo.

Aka-Chin (`∧'): Cuídate Atsushi.

No quería aceptar que algo tan simple como eso podría hacerme llorar, pero mis ojos cristalizados no pudieron dejarme escribir bien mientras tenía una pequeña sonrisa en mi rostro.

Mensaje enviado.
11:49 a.m
Yo: Gracias ♪(v^_^)v

Dulces Amargos [MuraAka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora