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-Oh, mierda –Dije al sentir las palpitaciones de mi cabeza, todos los sábados lo iniciaba de la misma forma: con resaca. Lleve mis manos a mi cabeza y me di un suave masaje intentando aliviar la presión.

El olor a café entro a mi habitación incitándome a levantarme de mi cama, cubrí mis pies con mis suaves pantuflas y tome mi camino hacia la cocina.

-Estas hecha un desastre –Dijo Kourt al tenderme una taza de café y una pastilla para el dolor de cabeza. Kourt lucia su cabellera cobriza en un moño alto, su rostro estaba limpio y sus pijamas perfectas, en cambio yo, tenía mi cabello hecho todo un desastre, mis ojos estaban rodeados de negro debido al maquillaje corrido y me encontraba con la misma ropa de ayer. Como había dicho Kourtney, era un completo desastre.

-Deja de criticarme, y aliméntame ¿Qué hora es? –Dije casi gruñendo.

-Tienes demasiado mal humor para haber tenido sexo anoche, y son las diez –Ella me extendió un plato con dos sándwiches y se subió a la misma encimera donde yo había estado con Hunter -¿Fue aquí, cierto? –Dijo viendo asqueada el lugar donde se encontraba para luego bajarse rápidamente y limpiarlo.

-¿Zac te dejo su número o algo?

-Oh, mi pequeña principiante. Eso que tuviste anoche se llama "polvo de una sola noche" por algo, sin compromiso, si ir a una cita, sin esperar volver a verse –Kourtney termino de limpiar la encimera y volvió a sentarse sobre ella –A veces puede ser tan bueno que querrás repetirlo, y al parecer eso te sucedió a ti. Pude escucharte desde mi habitación.

-No voy a negártelo Kourt, eso fue fantástico ¡Jamás lo había hecho en la cocina! –Dije casi chillando, Hunter me había hecho sentir muy, muy, muy bien. Me había dejado con ganas de más -¿Qué tal Zac?

-¿Quieres que te hable del fantástico sexo oral que tuve con detalles, o solo quieres que te diga que fue fantástico? –No pude evitar reír ante su comentario, ella era capaz de incomodar a cualquiera.

-Me conformo con saber que estuvo bien –Lleve la taza de café tomando un sorbo de este –Kourt, jamás había hecho eso.

-¿Qué? ¿Tener sexo en la cocina? Ya lo habías dicho.

-No, tener sexo con algo que no conozco.

-¿Te arrepientes? –Pregunto.

-No, no podría, lo disfrute demasiado. El fue rudo pero delicado al mismo tiempo. Sabía que partes debía tocar y como –Dije recordando la noche anterior.

-La practica hace al maestro, ten por seguro que es un completo mujeriego.

-¿Hunter y Zac son amigos? El no me dijo nada sobre él.

-Son primos –Dijo después de haberle dado una mordida a su sándwich- ¿Sabías que te acabas de convertir en una asaltacunas?

-¿Qué? –Pregunte confundida.

-Sip –Dijo pronunciando la "p".

-No comprendo.

-Hunter tiene veintiún y tú veintiséis, pero tranquila puedo guardar tu secreto.

Después de haber culminado el desayuno Kourt y yo comenzamos el aseo del apartamento, Katy Perry a todo volumen, escobas y trapeadores por todo este. Nuestro apartamento era espacioso, moderno pero acogedor, tenía un muy buen sueldo por lo cual podía costeármelo. Mientras limpiaba no pude evitar sentir un poco de remordimiento, el día de ayer había roto con mi novio para luego salir a los brazos de otro hombre ¡Que apenas conocía! Si Jhael hubiese sido mejor novio me hubiese dolido más. El remordimiento solo me duro unos minutos cuando mi madre llamo avisando que pasaría a cenar junto con mi padre.

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