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La reunión culmino y todos mis compañeros dejaron la sala de conferencias rápidamente para dirigirse a sus respectivos puestos, quedando solo Kourt, Kasey, Hunter y yo. La tención era palpable, Kourt intentaba establecer una charla casual con Kasey pero esta era demasiado forzada, la rubia no tenía intenciones de hablar con Kourt; Kasey era un completo estereotipo de rubia americana, era alta y con un rostro hermoso, pero claramente estaba más interesada en sus uñas que en la conversación que mi amiga intentaba establecer con ella.

En cambio yo observaba al chico que tenía frente a mí revisar algunos papeles en su maletín, Hunter se veía totalmente diferente en el traje azul marino que estaba usando; este abrazaba sus brazos resaltando sus músculos y su espalda en forma de "V", su cabello no se encontraba alborotado como el día que lo conocí, este se encontraba perfectamente peinado haciéndolo aparentar solo un poco mas de veintitrés años.

-Una foto te durara mas –Dijo Hunter a un de espaldas viendo su maletín.

-Solo me preguntaba que hacías aquí, es demasiada coincidencia ¿no crees? –La presencia de Hunter me traía malos presentimientos, llegar de repente a mi vida y que después mágicamente trabaje conmigo

-La vida está llena de ellas –Dijo dándose la vuelta para quedar frente a mí. Hunter era alto, pero con mis tacones de diez centímetros no me sentía tan pequeña a su lado.

-Tienes veintiún años y de repente eres sub-gerente en diseño en esta empresa, sin siquiera pasar por pasantías o ser asistente.

-Ya veo a donde quieres llegar Leah, estoy aquí por mi talento. Había entregado mi currículo hace dos meses atrás y el señor Jefferson me llamo ofreciéndome un puesto como diseñador de campañas publicitarias para la compañía, pero yo ya trabajaba de eso así que lo rechace, cuando tu compañera pidió el reposo el me llamo ofreciéndome el puesto temporalmente, y si me va bien, será permanente.

-Así que seguramente te acostaste conmigo para que te pusiera las cosas fáciles ¿no? –Yo me había ganado una reputación en esta empresa, había luchado para estar donde estaba; Muchos me conocía por lo estricta que era con mi trabajo o lo exigente que era con los diseñadores, aceptaba solo lo mejor de lo mejor por lo cual me convertí en "una de las mejores gerentes que "Kyland&co" ha tenido" citando las palabras del señor Jefferson.

-Me acosté contigo sin saber que trabajaríamos juntos. No si eso me pondría las cosas más fáciles –Hunter se acerco a mí lentamente haciendo retroceder hasta que sentí la mesa tras mis muslos.

-¿Por quién me tomas, Hunter? –Pregunte ofendida.

-Bueno –Vacilo unos momentos –basándome en lo poco que se de ti, y tomando en cuenta que tuviste sexo con alguien que solo sabias su nombre... ¿En verdad quieres que lo diga? –sin pensarlo dos veces mi mano impacto su rostro acompañada del estruendoso sonido del golpe. Hunter rodeo mi muñeca –que aun se encontraba en su rostro- fuertemente pero no lo suficiente como para hacerme daño. Sus ojos grises se habían oscurecido y su ceño había cambiado, el rostro fresco y coqueto que siempre lo acompañaba se había ido, su semblante era escalofriante.

-Nunca vuelvas a hacer eso, Leah –El tono de voz de Hunter era firme y sereno –Nunca ¿Entendiste? –El no había soltado mi mano y su mirada no dejaba la mía; no podía mentir, me había intimidado por completo. Su calma estaba llena de rabia en algún sentido -¿Entendiste? –Replico esperando una respuesta de mi parte.

-Si –Desvié mi mirada de sus ojos a mi muñeca que seguía encarcelada por su mano –Ahora suéltame –Dije firmemente, hunter prácticamente arrojo mi mano. Tomo su maletín y dejo la sala llevándose a Kasey con él.

La voz de Kourtney irrumpió el tenso silencio que se había creado tras la discusión con Hunter –Eso –Hizo círculos en el aire –Eso fue intenso amiga mía, ¡Vaya drama! Incluso fue más dramático que tus novelas baratas –Solté un suspiro intentando liberar la tensión que se había apoderado de mi cuerpo

-No voy a hablar de eso aquí, Kourt –Dije alisando arrugas inexistentes en mi falda tubo. Acomode unos mechones de pelo tras mi oreja y me dirigí a la puerta.

-Vaya primer día, no puedo imaginarme los siguientes meses –Dijo Kourtney al salir tras de mí.

...

Las jornadas de trabajo de esa semana transcurrieron amenas y sin ningún encuentro con Hunter, solo nos veíamos de lejos o cruzábamos miradas en el pasillo. Había sido una semana tranquila. Terminaba de enviar algunos documentos al señor Jefferson cuando la puerta de mi oficina fue abierta acompañada de unos leves "toc, tocs". Esperaba que fuera Kourt, pero en cambio era Jhael el que entraba a mi oficina con su perfecto traje vinotinto de algún diseñado sumamente costoso, su calzado italiano, su perfecto peinado y su perfecta sonrisa.

-Hola Clark, espero no estés ocupada –Dijo tomando asiento frente mi escritorio –Acabo de llegar a la ciudad y pensé en visitarte ¿No te molesta, verdad? –Me regalo una sonrisa de lado. Su presencia no me molestaba pero tampoco me alegraba el día ¿Cómo se supone que actúes con tu ex? ¿Cómo si nunca hubiese pasado? No lo creo.

-No, tranquilo. Solo déjame cerrar algunas cosas aquí –Termine de enviar el documento y cerré la sesión de mi E-mail. –Ahora si –Dije prestándole atención -¿Cómo estas Jhael?

-Todo muy bien, ya sabes, lo de siempre –Dijo casual –Me entere de que tienes nuevo compañero, tuve la oportunidad te hablar con él hace unos momentos. Un tipo genial, le invite unas copas y tu deberías de venir –Iba a negar su propuesta pero este continuo –Ya le dije a Kourtney y ella dijo que sí. Yo se que tú tienes la tradición de los bares y hoy es viernes. No acepare un no –Kourt la traidora ya había aceptado y me negaba a pasar un viernes en la noche sola en mi casa como una solterona llena de gatos.

-Está bien Jhael, pero solo si tu invitas –Dije forzando una sonrisa.

-¿Estamos bien, no? –Pregunto –Podemos seguir siendo amigos, no quiero incomodarte.

-Oh, No lo haces Jhael, estamos muy bien, no te preocupes.

-A las 8:30 pasare por ti y por Kourt, sean puntuales –Jhael mas que nadie sabía lo puntual que yo siempre era, pero también sabía lo impuntual que Kourtney era. Jhael se puso de pie y me guiño un ojo mientras me recordaba la hora a la que pasaría por nosotras. Unos segundos después de que Jhael cerrara la puerta, esta fue abierta nuevamente revelando la cabeza de Kourtney mientras gesticulaba "Te amo" y dibujaba corazones con sus dedos, acción que correspondí mostrándole mi dedo medio y susurrando la palabra "traidora".

A las cinco de la tarde Kourtney y yo ya estábamos camino a nuestro apartamento, ella venia bailando las canciones que sonaban en la lista de reproducción de su ipod mientras que yo tarareaba las que conocía. A pesar del ambiente de este día era alegre tenía un mal presentimiento sobre este viernes. Como si tanta paz solo podía traer un desastre y sabia que ese desastre solo lo podría causar una sola persona con una sonrisa arrogante roba suspiros: Hunter Blake.

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