Capítulo 1

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Trabajaba en una gran compañía en el área de informática. Lo suyo eran los sistemas operativos y todo lo que tuviera que ver con ellos.

Si las personas en el lugar lo conocieran más a fondo sabrían que aquello le había costado bastante. Nunca fue el más listo ni el mejor en la escuela, pero luego de una fatídica noche había puesto todo su esfuerzo en un plan y aquello incluía ser el mejor de su clase, quizá tal vez, hasta el mejor de la ciudad o el país si pensaba más allá.

Sus cabellos caían sobre su frente pero no le impedían su visión ni realizar su trabajo adecuadamente.

Si las personas que lo conocían en el pasado lo pudieran ver ahora, estaba seguro que nunca habrían imaginado que el niño de aquella pobre familia pudiera haber llegado tan lejos. Pensó que las personas lo habían subestimado dada su situación, igual que aquel hombre que odiaba y del que juró vengarse.

Nunca había sido una persona rencorosa pero aquello no tenía perdón.

El día estaba gris, al parecer llovería. Las nubes se habían amontonado en el cielo formando una capa esponjosa con distintas tonalidades de grises y el cielo antes despejado se había convertido en una maraña de cuerpos deformes entremezclados. Y antes de alejar su mirada de los cristales que daban la vista al exterior vio un relámpago iluminar la oscuridad del cielo.

Siempre le había gustado la lluvia.

El día podía verse oscuro pero sabía que cuando la tormenta se fuera todo reviviría, al igual que pasaba con la nieve. Pero la lluvia parecía poder llevarse todo con ella, arrastrar lo malo entre las corrientes de su agua provocadas por su caída a la tierra.

Lástima que no podía llevarse un corazón y una vida destruidos por la vida misma.

Apartó la vista y la volvió a lo que había dejado de hacer para comenzar a reanudarlo, ya casi era hora de que terminara su turno.

Cuando salió, el agua había empezado a caer con fuerza. Su paraguas lo cubrió de la lluvia al igual que el maletín que llevaba en mano y pronto pudo ver los faros de un taxi acercarse a lo lejos. Le hizo una seña y el auto se detuvo con cuidado, evitando que una pequeña ola se formara por los pequeños ríos de agua que se empezaban a forman en los márgenes de las calles.

Cuando el hombre hizo un comentario sobre el clima el respondió cortante, dándole a entender que no tenía interés en armar una conversación ese día.

El camino fue silencioso excepto por las gotas que golpeaban con fuerza el cristal y el exterior del auto, haciendo varios sonidos al mismo tiempo, al igual que las llantas disparando el agua debajo de ellas hacia los lados, mojando lo que estuviera a su alcance.

Cuando pidió que cambiara el rumbo el taxista no rechistó pero cuando se detuvo para bajar, el hombre le dijo que si estaba bien dejarlo en ese lugar. El menor asintió y salió del taxi después de abrir el paraguas.

Caminó por las calles en escalinata que estaban a los pies de lo que parecía ser un cerro, donde las personas tenían sus casas. Agradecía que las calles estuvieran pavimentadas o si no se hubiera llenado de fango sus zapatos de vestir color negro o se habría atascado y no podría andar.

Se paró frente a una casa y se quedó de pie mirándola desde una distancia prudente. La luz iluminaba el interior, sabía que había una familia viviendo ahí.

Aquella casa, su casa, su antiguo hogar... le hubiera gustado seguir viviendo ahí y no en un frío departamento en uno de los edificios de la ciudad. Había vivido tantas cosas ahí, tantas historias que aún recordaba con alegría... pero un día todo aquello le había sido arrebatado de las manos.

Había tantas cosas que aún quería hacer, que había pensado hacer pero antes de siquiera pronunciar en palabras sus ideas le habían callado.

Su mundo se había venido abajo, se había desplomado y destruido en un segundo frente a sus ojos.

Suspiró y empezó a caminar nuevamente desapareciendo entre la lluvia y la oscuridad.

Dejó los zapatos en la entrada, apartó su saco y comenzó a aflojar su corbata mientras caminaba por la estancia de su departamento. Paredes gris claro, muebles oscuros y uno que otro blanco, decoraban el lugar.

Afuera la lluvia parecía empeorar luego de salir de la ducha.

Dejó el sobrecito de té en su taza y se la llevó a su habitación. Dejó la taza en la mesita de noche y se acomodó en la cama cubriendo sus piernas con la sábana y poniendo su portátil sobre ellas. Hizo el sobrecito a un lado y le dio un sorbo a su té dejándolo en el mismo lugar antes de empezar a revisar lo que había encontrado.

-Así que el hijo de ese bastardo estudia medicina en la Universidad Haedang...-

No había sido fácil para él encontrar información, después de todo el sujeto sabía cuidarse y dudaba mucho que fácilmente pudieran ubicarlo a él y su familia.

Había reunido un poco de información junto con el perfil del joven, había una fotografía y varias anotaciones que el había realizado en un block de notas. El joven tenía en privado las cosas que estaban en su cuenta personal en una red social pero buscó a alguno de sus amigos que no fuera tan estricto con las reglas y lo encontró.

Revenge {YeHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora