Capítulo 9

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"Ríe y corretea torpe alma, ve el cielo, las hojas moverse de los árboles y respira por última vez porque cuando mis pasos te alcancen, no habrá salida"


"El color del cielo parece tan diferente, ¿lo ves?... las estrellas están brillando esta noche para despedirte, para recordarte una última vez que su luz alguna vez cubrió tu cabeza mientras caminabas bajo la oscuridad, para recordarte que la propia luz que brilla en tus ojos se extinguiría al igual que haría la de ellas algún día..."


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El sonido de la alarma le despertó de su letargo, aquella sería la última vez que le vería. No se consideraba una persona cruel después de todo, tal vez se aventuraría a decir justa.

Sus cabellos negros se mecieron delante de su frente, sus mechones oscuros algo despeinados cubrieron parcialmente sus ojos. Se puso una playera moderna, unos jeans y se calzó unos tenis converse.

Tenía planes ese día, varios a decir verdad, pero no le preocupaba, últimamente su vida estaba llena de ellos para bien o para mal.

Kyuhyun estaba saliendo de una de sus clases esa mañana cuando repentinamente alguien le jaló de la muñeca y le hizo trastabillar hacia su izquierda cuando pasaba por uno de los pasillos de uno de los tantos edificios del campus.

-¿Quie...?- había soltado sin poder terminar luego de ser tomado por sorpresa, pero esta solo se incrementó cuando unos brazos rodearon su pecho y su espalda chocó contra el pecho de alguien.

-Hola...- susurró con aquella voz grave y sensual que le erizó los vellos de la nuca, sintió su aliento golpeando su cuello y un cálido beso fue depositado en este haciéndole sentir perder la fuerza -¿te comió la lengua el ratón?- preguntó con aire divertido al notar el mutismo del menor, nunca le había visto tan callado y se dijo que hubiera sido bueno saber aquello antes, así tal vez podría haberle callado muchas veces cuando su voz se tornaba tan molesta e insidiosa, cuando sus caricias se volvían repentinos toques que le laceraban la piel.

-Hyung- murmuró sintiendo su corazón latiendo por la sorpresa y por la sensación que aquel simple roce sobre su piel le había provocado. Se preguntó en que momento había empezado a ser tan débil y vulnerable ante aquel hombre que le sostenía -¿qué haces aquí?- fue lo único que pudo preguntar en ese momento aunque su corazón le pedía gritar y olvidar aquella estúpida pregunta que salía de sus labios.

-Vengo a secuestrarte- murmuró en su oreja haciendo que un escalofrió recorriera el cuerpo menudo que estaba entre sus brazos.

-Tengo clases...- ¿enserio Kyuhyun? ¿Es en lo que puedes pensar en este momento? Se pateó mentalmente por ser un estudioso y ratón de biblioteca que ponía excusas cuando un hombre atractivo y sexy como Jongwoon soltaba aquellas palabras de la nada.

-¿Clases?... es una lástima- hizo un puchero con sus labios, recargando su barbilla en el hombro del menor –pensé que podrías escaparte conmigo de tus clases, ir a la playa y comprarte uno de esos postres infantiles que tanto quieres y no te atreves a comprar...- sonrió ante lo último, recordó aquella vez que había sorprendido al menor viendo a través del cristal de un local unos helados con figuritas y tontas niñerías, si... era una heladería especializada en niños.

Usaban algo de nitrógeno líquido para hacer los helados en segundos, del color que quisieras y con el sabor que eligieras. Al parecer era una sucursal reciente que habían abierto en Seúl -siendo la primera abierta en los Estados Unidos- y que había llamado mucho la atención del público, especialmente de las familias con niños pequeños.

-¿Me comprarías un helado?- a veces se preguntaba por qué era tan infantil, ni siquiera parecía un adulto que estaba estudiando para ser médico.

-Puedo comprarte los que quieras- Kyuhyun se giró con una sonrisa de estúpido niño mimado al que le dan lo que quiere y Jongwoon le besó sin tapujo alguno, sin importarle si alguien más los veía en los pasillos dando esas demostraciones de afecto tan temprano.

Deslizó los dedos de su mano izquierda entre sus cabellos marrones y le acercó más a su boca, para luego usar su mano contraria para apegarlo más a su cuerpo, tomándolo de la cadera. Kyuhyun no se opuso, no mostró resistencia y siguió el ritmo que el mayor había impuesto en aquel beso juguetón que resultaba delicioso para su persona.

Le sintió sonreír entre el beso y le imitó; ojos negros, ojos marrones, un pequeño beso, dos pequeños besos, tres pequeños besos... un beso largo y profundo.

Le abrió la puerta del auto y le quitó la bata blanca echándola en los asientos traseros diciéndole que no la necesitaría.

Kyuhyun se veía feliz.

Revenge {YeHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora