Capítulo 7

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•Nota: el capítulo es sobre el pasado de Jongwoon y por qué odia al Sr. Cho.


El sol bañaba con sus rayos todas las cosas a su alcance, pequeños rayos pasaron a través de las cortinas golpeando su rostro durmiente y un movimiento suave agitó su hombro.

-Yesung- susurró la voz de forma cariñosa –yesunggg...- sonrió acariciando su mejilla haciendo que sus ojos se abrieran lentamente mostrando dos orbes oscuros –buenos días dormilón- le sonrió su madre dándole un beso en la frente –es hora de levantarse para ir a la escuela- talló sus ojos y se giró a ver a su hermanito dormido a un lado de él mientras su madre se levantaba de la cama y salía de la habitación diciéndole que el desayuno ya casi estaba listo.

-Jongie-ah- le llamó acomodando sus cabellos –Jongie-ah, despierta- el menor abrió los ojos apenas y Jongwoon le dio un beso en la frente –es hora de levantarse para ir al kínder- el menor hizo un puchero, el mayor sonrió y le dio un beso en la mejilla.

Al ver que no tenía intenciones de levantarse el mayor lo tomó entre sus brazos y empezó a llenarlo de besos; un par de besos en las mejillas, en su frente, en la nariz y un último beso en la boquita.

-¡Hyung!- se quejó luego del último beso.

-¿No te gustan los besos? Yo sé que si...- se burló y le dio otro pequeño beso en los labios.

El menor infló los mofletes y empezó a despeinar el cabello del mayor haciendo que este riera.

-Yo también puedo hacerlo- le dijo empezando a darle besitos en las mejillas a su hyung.

A Yesung no le molestaba, le gustaba que su hermanito de cinco años le diera besos, Jongjin siempre había sido un niño muy cariñoso pero no le gustaba que le diera besos en los labios porque decía que solo las ommas eran las que podían dar besos así, tal vez tenia razón pero Jongwoon quería mucho a su dongsaeng.

-¡No me des más besos!- fingió quejarse cayendo acostado en la cama, mientras su hermanito se arrodillaba a su lado y le daba besitos de forma insistente para "molestarlo".

-La próxima vez te daré más si vuelves a hacerlo- lo amenazó de forma tan linda que Jongwoon no pudo resistirse a abrazarlo, su pequeño hermanito era la cosita más linda que había visto en su vida.

-¿Hacer algo como esto?- y le dio otro beso en la boquita para luego alejarse corriendo.

-¡Omma!- gritó.

-¡Yesung-ah deja de amar tanto a tu dongsaeng!- se escuchó el grito divertido de la mujer a lo lejos en respuesta a las protestas de su pequeño.

Luego de desayunar Yesung ayudó a su hermanito a vestirse con el uniforme y ambos salieron de la casa al lado de su madre.

El mayor tenía once años así que estaba cerca del último año de primaria por lo que tenía que dejar a su dongsaeng solo mientras iban a clases. No le agradaba mucho la idea de dejar al menor sin su protección pero tenía que hacerlo.

Sus pequeñas manos iban tomadas una a la otra mientras caminaban con su omma. Al ser el hermano mayor estaba designado a la tarea de velar y cuidar a su hermanito, así como también a su omma al ser el único hombre mayor de la casa cuando su padre se iba a trabajar a la estación de policía.

Se habían mudado de Cheonan en el comienzo del ciclo escolar para que ambos pudieran ser inscritos en escuelas del distrito ahí en Seúl, a su padre le habían ofrecido un cambio y como la paga era un poco más alta había aceptado.

Yesung pensaba que su padre era el hombre más increíble que existía así como la mejor persona del mundo y no estaba muy alejado de la realidad, su padre había sido un hombre muy querido en su pueblo. En Cheonan sabían que si tenían cualquier problema podrían contar con la familia Kim, no solo su padre era muy querido sino también su madre.

Sus padres se habían conocido cuando eran jóvenes, primero se habían hecho amigos y con el paso de los años el cariño que se tenían fue creciendo hasta que se transformó en amor.

Cuando ambos se casaron, las dos familias habían estado muy felices porque sabían que tanto uno como el otro eran personas amables que se preocupaban por los demás, así que estaban seguros que habían estado hechos el uno para el otro.

Apenas tenían alrededor de dos meses viviendo en Seúl y aunque apenas se habían acostumbrado, la ciudad también era bonita y tenía lo suyo, aunque Yesung y Jongjin preferían su antiguo hogar en Cheonan porque había muchos lugares para explorar y correr al aire libre durante las tardes, así como jugar con otros niños.

-Cuídate, vendré por ti a la hora de salida- se inclinó y le dio un beso en la mejilla.

Yesung se despidió de ambos a lo lejos moviendo su mano hasta que pasó la puerta de la entrada de la escuela.

-Ahora sigues tú- sonrió tomando la mano del pequeño Jongjin para caminar al kínder.

Revenge {YeHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora