Primer encuentro con el lobo.

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1 de enero de 2010

Los aullidos de dolor no me dejaban dormir. El miedo me gobernaba, no quería salir de mi habitación. ¿Quien estará herido? ¿Quienes no volverán a observar la luna llena?

Nadie estaba el la gran casa del Alfa, sólo su hijo, pero el no me hablaba. El regreso hace una semana y sólo lo pude ver una vez,el es como un príncipe azul. Es hermoso y creo que me gusta. ¿Te puede gustar alguien de verdad con solo verlo una vez? No, eso solo le pasa a las princesas o a las lobas, yo soy una simple humanita de nueve años.

Salí de mi habitación. No quería estar sola, tengo mucho miedo. Camine silenciosamente hasta la habitación de mi príncipe secreto. Abrí la puerta silenciosamente y me adentré a la habitación. Primer reto cumplido, ahora viene el difícil. La cama era demasiado de alta para mi, trepé la mitad de mi cuerpo e intente subir la otra mitad, pero me agarre de las sábanas y estas se deslizaron. Caí al piso y las sábanas sobre mi. Un gruñido se escuchó por encima de los aullidos.

- ¿Que quieres, princesita? - Una voz profunda y melodiosa como la de los príncipes habló. Alguien retiró las sábanas que tapaban mi rostro. Mis mejillas ardían y baje la mirada. El hijo del Alfa estaba sin camisa en la cama.

Mis mejillas cada vez estaban más rojas, recé para que mi flequillo oscuro tapara mi rostro. El hijo del Alfa agarró sus sábanas y luego me agarró por debajo de las axilas sintiéndome a su cama.

- Hay mu... muchos aullidos. Tengo miedo. - Mientras yo hablaba no lo miraba. Tengo miedo, pero me avergüenza mirarlo. ¿Que pensé cuando intenté subir a su cama? Maldito miedo.

- Eres muy inocente, pequeña. No debes preocuparte por eso. Llevas años viviendo entre nosotros y si escuchas bien verás que no son nuestra manada la que aulla. - Despeino mi cabello y me puse más roja. El rió mientras pellizcaba mis mejillas.

- Lo siento. Tengo que volver a mi habitación. - Intente irme, pero un aullido me asustó, causando que abrazará al hijo del Alfa.

- Te quedarás, Zamira. Somos como hermanos. - Dijo. Una sonrisa burlona apareció en su rostro. Sonreí. ¡Yo era como su hermana! El me aceptaba.

- ¿Cual es tu nombre? - Pregunté. Las chicas mayores decían que su nombre era hermoso, pero nunca lo he escuchado.

- Keyzar Volk. - Beso mi mano y yo me sonroje. - En el pueblo tienen razón eres muy tierna y graciosa.

Creo que voy a explotar. Mi estómago se remueve intranquilo y creo que mis ojos brillan. Me dijo tierna.

- Tu nombre es lindo y tu también. ¿Has encontrado a tu pareja? - Lo mire curiosa y algo avergonzada. El agarró un mechón de mi cabello y comenzó a darle vueltas.

- Quizás. Es hora de dormir, princesa. - Lo mire un poco mal por no darme mi repuesta. Me acomodé en su cama y el me arropó.

- No quiero ser princesa, quiero ser una loba. - Dije antes de cerrar los ojos. Los aullidos ya no se escuchaban. Sentí como me depositaban un beso en la frente y un suave susurro.

- Duerme, mi pequeña compañera.













Zamira, la Entretenida.

Love Of VolkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora