Mentalidad de loba y cuerpo de humana

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22 de enero 2010.  2/2

Mis pequeños pies se movieron con agilidad por la orilla del lago. Pensé en lo que el sanador me dijo, pero no había una presa digna. La luna se reflejaba en las calmadas aguas del lago mientras algunos animales nocturnos hacían sus típicos sonidos. Cerré mis ojos e intenté clasificar los sonidos de posibles presas. Este es el momento en el que una presa humana busca otra presa.

- Por favor, Gran Luna, ayúdame a encontrar una presa. Por favor, te lo suplico. - Caí de rodilla mirando la luna y lágrimas comenzaron a deslizarse por mis redonda mejillas.

¿Por que la Luna ayudaría a una débil humana? ¿Por que no me rindo? ¿Por que no nací siendo una loba? Abrí los ojos con sorpresa al sentir como el agua empapaba mis rodillas. Mire la orilla del río donde me encontraba y me lleve una susto al ver el reflejo de un puma.

Todo mi cuerpo se tensó mientras mi mente me pedía a gritos que corriera. El era el cazador y yo su presa. Sus ojos esperaban alguna reacción de huida, pero me quede quieta. Por último sentí como mis sueños me abandonaban junto a una ráfaga de luz. El majestuoso puma saltó sobre mi pequeño cuerpo, sus garras se enterraron en mi piel y justo en ese momento pensé que era mi final.

Cerré mis ojos dispuesta a no ver como me asesinaba, pero sentí como un frío metal se deslizaba cerca de mis manos. El dolor en mi cuerpo se intensificó cuando le di una patada al puma y este se despegó un poco de mi para luego aproximarse a atacar. Con mi pequeña mano agarré en cuchillo y lo puse cerca de mi pecho apuntando al puma. Cuando el fue a completar su ataque mucha sangre cayó en mi cara. El cuchillo brilló con un extraño color verde y luego el animal frente a mi comenzó a convulsionar. Salí de debajo de él y observé cómo del cuerpo del puma salia una niebla verde. Su cuerpo quedó tieso y yo comencé a llorar.

- Lo siento. No debí hacerlo. Perdóname Luna, perdonarme majestuoso puma. Soy una asesina. - La culpa comenzó a comerme mientras observaba el cuchillo en el pecho del puma.

Sin poder controlarlo comencé a chillar y a llorar. Abracé el cuerpo sin vida del puma e intenté revivirlo. Una parte de mi estaba alegre, pero otra sabía que me estaba transformando en una bestia, como los leñadores. Tengo que ser fuerte, no puedo ser débil. Mis manos se llenaron de sangre y sentí como el dolor de las heridas que me provocó el puma aumentaba.

El silbato estaba en el bolsillo de la chaqueta. Lo saqué y soplé, pero no salió ningún sonido. Me levanté y di unos cortos pasos hacia la orilla del lago. Las lágrimas seguían cayendo mientras limpiaba las heridas que me provocó el puma. De repente escuché como algunas ramas a mi izquierda se rompían, voltee mi cabeza y ahí estaba. Otro puma, peo más grande que el anterior. Esta vez intenté huir al mismo instante que el saltó hacia mí.

Todo pasó en cámara lenta. El puma estaba apunto de caer sobre mi cuando un gran lobo saltó hacia el y ambos cayeron a pocos pasos de mi. Por unos cortos minutos pude observar como el lobo sometía al puma, hasta que el puma terminó huyendo muy mal herido. El lobo blanco me miró y gruñó en mi dirección. Oí como otro lobo llegaba y al mirarlo supe que era mi príncipe de armadura peluda.

- ¡Rocco! - Dije con un poco de alegría. Me iba a acercar al recién llegado, cuando unos brazos tomaron con fuerzas mis hombros, apretando mis heridas. Chillé por el dolor y escuché como Keyzar maldecía.

- ¡No puedes dejar de arriesgar tu vida! ¿No entiendes que era una humana? ¡Una maldita humana, princesa! - Mis ojos se abrieron con miedo hacia Keyzar quien me seguía apretando los hombros. Sentí como mi corazón se estrujaba más y luego como algo se rompía en mi interior.

- No le grites. ¿No ves que ella acaba de ganar? ¡Este es su sueño! - El sanador se enfrentó al futuro Alfa y yo corrí a esconderme detrás de su pies. Tenía miedo de Keyzar, el no era un príncipe.

- ¡No huyas de mi, Zamira! ¡Alejarte de él o te juro que no respondo! - Keyzar me dedico una extraña mirada que no entendía. Era como una mezcla de ira y tristeza. ¿Por que el estaría triste?

- Te...Ten... Tengo mi..mie... Miedo de ti. - Mi cuerpo comenzó a temblar y sentí como una corriente fría recorría mi cuerpo. Entonces abrí mis ojos con mucho más miedo de dormirme y busqué ayuda en los ojos de los hombres lobos frente a mi. El aire dejo de correr en mis pulmones y mi cuerpo cayó al suelo como peso muerto.

Love Of VolkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora