Capítulo 8: La Llegada.

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Narra ______.

Desperté. Era de noche pues pude ver la luna desde la pequeña ventana…

Entonces, en ese preciso momento me di cuenta de que la venda, que me había sometido a tanta oscuridad, ya no estaba.

Estaba tan feliz. Podía divisar algunas cosas pero no lo hacía muy bien, todo lo que veía eran sombras, todo en una tétrica escala de negros y grises. Quería ver cómo me encontraba, pues a veces me  daba la sensación de que partes de mi faltaban y mi mayor temor era que hubiesen vendido alguno de mis órganos. Completa… Perfecto. Pude darme cuenta de que era la misma habitación donde había estado aquella vez. La verdad creo que nunca salí de allí. Luego de reconocer el lugar, se me ocurrió la idea de irme… escapar. Quise levantarme pero no pude, el frío había adormitado por mucho tiempo mis débiles piernas. Me frustré, sólo quería salir corriendo de esa horrible habitación.

Xx: ¿Necesitas ayuda?

Mi corazón se aceleró, mis pensamientos se quebraron y estoy segura de haber emitido algo parecido a un gemido, sin embargo, sentí un alivio. Era la voz de Ace. Levanté mi mirada y una silueta aparecía lentamente desde la esquina más oscura de la habitación. La luz de la luna entraba por la pequeña ventana pero aún así no podía ver como era él pues estaba a contra-luz. Ace se acerco un poco más hasta donde me encontraba. Yo estaba afanada tratando de ver cómo era su rostro pues lo único que recordaba era esa hermosa sonrisa que sorprendentemente era lo único que podía ver con claridad; sus labios seguían siendo ligeramente rojos y sus dientes blancos y perfectos. Se reía. Estaba tan ocupada detallando cada facción de su sonrisa en mi mente que olvidé por completo responder a su pregunta.

Ace: ______, ¿estás bien?- Seguía esforzándome por ver sus ojos.

Tú: ¡Claro! Quiero levantarme, eso es todo- intenté sonar lo menos desesperada por ayuda posible.

Ace: Ok, levántate- creo que sabía que había algo mal conmigo, sonaba preocupado y eso me gustaba.

Tú: No puedo- dije la verdad, algo dentro de mí decía que debía ser honesta con él- el frío ha adormitado mis piernas y no puedo levantarme.

Yo estaba muerta de vergüenza, de seguro él ahora pensaba que era una chica a la que siempre tienen que sacar de sus problemas. Bajé mi cabeza, pero fue peor pues me encontraba en ropa interior, sentí más vergüenza aún, esta vez creo que él se dio cuenta y rió un poco. Yo temblaba pero no supe si era por el frío o por lo nerviosa que me sentía cada vez que estaba cerca de Ace. No me atreví a alzar la mirada.

Ace: Te ayudaré- usó un tono dulce.

Tú: No- me apresuré a decirle.

Rió. Se acerco más a mí, podía sentir su respiración en mi cuello y susurró a mi oído.

Ace: no te estaba pidiendo permiso- estaba atontada.

Esas palabras bastaron para que quedara atrapada en él.

Ace me tomo del brazo y me alzó con mucha delicadeza. Finalmente estaba de pie pero no pasó mucho tiempo para que mis piernas volvieran a debilitarse y temblar de frío. Mi cabeza comenzó a dar vueltas y unas nauseas terribles recorrieron mi ser. Caí.

Ace: ¿Te encuentras bien?- creo que se sentía culpable- no debí soltarte.

Tú: sí, estoy perfecta, sólo fueron mis piernas las que me hicieron caer. No me ha pasado nada- Mentí. Me había golpeado muy fuertemente en la cabeza.

De nuevo, sentí mucho frío, se me era imposible moverme. Ace se dio cuenta así que tomo la chaqueta que tenía puesta y me cubrió.

Ace: ¿mejor?- preguntó dulcemente.

Tú: mucho mejor- respondí casi de inmediato.

Ace: ______, hay algo que debes saber- sonaba preocupado esta vez.

Tú: ¿y qué se supone que es?- pregunté extrañada y algo confundida.

Ace: No te acerques al que más crees conocer.

Tú: ¿y eso qué significa?- ahora si estaba bien confundida.

Ace: No hables con el que siempre quiere hablar.

Tú: pero…

Ace: y sobe todo… no te enamores de quien crees amar- me interrumpió.

Tú: ¿Qué sucede contigo Ace?- estaba extrañada, nunca lo había escuchado hablar así- No entiendo de qué estás hablando.

Ace: recuerda lo que te digo ______, y así no te perderé…

Tú: ¿acaso cuándo me tuviste?

Ace: Ya sabes la respuesta- mofó.

Tú: estoy muy segura que no- él seguía hablando incoherencias.

Ace: Déjame recordarte- río

Se acerco más y más hasta mí, estábamos frente a frente… Volví a sentir su respiración muy cerca a mí. Me dio un beso en la mejilla y luego mis labios y los suyos se encontraron. Me besó.

Ace: Ahora…

Tú: ¿qué?- quería seguir besándolo.

Ace: Ahora te tuve…- Rió.

En ese momento la puerta se abrió de un golpe y Jefe entró.

Jefe: ¡SUFICIENTE!- gritó mientras miraba a Ace.

Ace: Lo prometiste- trató de calmarlo.

Jefe: Se acabó tu tiempo- estaba muy enojado.

Mi corazón latió fuerte y mi cabeza dolía demasiado por la caída. Pasé mi mano por ella y me di cuenta de que me había golpeado tan fuerte que tenía rota la cabeza. Vi mucha sangre. Ace y Jefe se seguían gritando y yo comencé a ver borroso. Vomité. Ellos no se dieron cuenta. Me sentía terrible.

Tú: ¡ACE!- grité con todas mis fuerzas, las pocas que me quedaban.

Ellos dejaron de discutir. Yo caí. Ace corrió hacia donde me encontraba, sentí sus pisadas. Seguía viendo todo borroso. Ace se agachó para recogerme y su rostro estaba iluminado todo por la luz de la luna. Me desvanecí…

Narra Jefe

 

Creo que este chico tenía razón… será más divertido de lo que pienso… de lo que él piensa.

Freedom - Harry y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora