Marcado ~

1.3K 116 17
                                    

− Muéstrame tu fuerza, niño... − pareció como si ese día hubiese sido escrito dentro de una de las páginas del horrible destino, el clima lúgubre y tenso hizo que ambos hombres se vieran envueltos en la niebla esperando en silencio el momento en que aquello fuera a comenzar.

− ¿No vas a transformarte? – pregunto Guillermo al hombre frente a él, caminaba lentamente con esa sonrisa alegre mientras acercaba su mano hacia la pared a su lado; formando un camino con su dedo, nada más que el crujir de sus pisadas en conjunto con las gotas sobre su cuerpo, estaba solo y desarmado, por lo menos hasta que ese caño llegase a su poder.

Pegada a la pared, fría y cubierta con una ligera capa de óxido, arranco la tubería de un simple movimiento. Balanceándola sobre su mano ante el silencio del demonio, esperando el momento indicado para que la bestia atacara.

− Al menos finalmente puedo pelear contra algo sin querer cerrar los ojos de por medio – sin respuesta de por medio, el cazador con la capucha empapada cubriéndole la mitad del rostro decidió ser el primero en golpear.

Aquella caminata tranquila pasó a segundo plano cuando el niño arremetiera contra él a toda velocidad, centrando toda la fuerza de su cuerpo en el brazo, el objeto golpeó sobre la palma del demonio cuando este se cubriese y lo hiciera retroceder debido al estacazo.

− Eso no...− Samael estuvo a punto de burlarse al ver como la tubería rodó al suelo y el chiquillo retrocedía ante su dureza, pero fue en el momento que aquella pieza de metal toco el asfalto que la bota de Guillermo impacto contra su quijada.

Rasgando la piel de su barbilla, el crujir de su cuello al igual que sus dientes golpeando dentro de su mandíbula aquella patada vino tan rápido como al niño le fue posible moverse, consiguió hacerlo tambalear sobre sus pasos antes de devolver el golpe.

Usando lo que tenía a mano, uso la fuerza de una de sus garras para hacerse de nuevo con otro de los contenedores pesados a su lado, utilizándolo como maso, dejo caer todo el peso de hierro al conjunto con los desperdicios sobre la cabeza del chiquillo.

− Si esto se queda pegado en mi chaqueta voy a matarte – resultando en quejidos y gritos desde las entrañas de la basura, los golpeteos del niño se abrieron paso entre el metal, liberándose así de la oscura y pequeña presión.

Su escape fue bien recibido por el puño del demonio que lo mando por los aires hacia la calle de a lado, justo donde el primer contenedor había dado a parar, su cuerpo rodo por entre los charcos de asfalto raspado hasta impactar con la barrera de metal.

Las paredes del local rechinaron empujándolo dentro de la tienda y sus entrañas dieron un vuelco completo a estómago cuando el demonio volviera a impactar esta vez en su pecho, ayudado por la pieza de metal atravesó su cuerpo en un abrir y cerrar de ojos, hundiéndolo en el metal mientras de su boca salía disparado un rio de saliva y sangre.

La alarma sonó, alertando los oídos de Guillermo haciendo que se levantara y golpease su frente contra el rostro del hombre sobre su cuerpo; haciéndolo a un lado, el traqueteo de su nariz acompañado por la sangre oscura derramarse sobre su pecho fueron los que hicieron que aquel baño sobre los desperdicios junto con la barra atravesando su cuerpo hubiesen valido la pena.

− Vamos anciano, sé que tú puedes... − exclamó él, al compás de sus piernas huyó del lugar, no deseaba tener a mas demonios sobre su cabeza esta noche. Recorrió una buena distancia, jadeante aun intentando controlar su respiración debido al objeto clavado sobre su vientre, pudieron ser casi tres manzanas que marco en un pequeño camino de rojo hasta que de nuevo un obstáculo bloquease su camino hacia la salida de la ciudad.

Hunter ~ FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora