Hunter ~ Fanfic

Aurum ~

Los siete príncipes del infierno fueron creados hace muchos miles de años, cuando el rey del caos decidió que su reino debía extenderse, creo a los reyes a su imagen y semejanza al igual que su viejo padre hubo hecho con él. Todos eran seres horripilantes, uno más malvado que el anterior; el séptimo hijo fue quien destacó frente a los ojos de su señor.

Amon, príncipe de la ira se vio liberado sobre el mundo por primera vez cuando la envidia y el egoísmo chocaron para transformarse en este cruel y endemoniado sentimiento.

Todo lo que caía en sus manos, cada cosa que era normal, buena y pura se veía bañado por una oleada de tortura y sufrimiento cuando Amon hacia acto de presencia. Existió solo una vez, una simple pero terrible oportunidad en la que el rey de la ira logró pisar la tierra por primera y última vez.

La historia no ha dejado registro de por qué ocurrió aquello, y muchos de los demonios que presenciaron tan horrendo desfile no vivieron para recordarlo.

Pero lo que sí se sabe son sus consecuencias: la energía de la que está hecha él, los hombres enloquecieron y la ira fluyó incontrolable a través del velo del mundo de la muerte y se desparramó por el mundo.

Fue lucifer quien detuvo a su hijo, uniendo la fuerza de sus hermanos para disputar a el séptimo demonio el control de la tierra.

El rey de todos los infiernos consiguió convertir a su legión de demonios dispersos y mal llevados en el poderoso y masivo imperio oscuro que conocemos hoy, y para su desgracia, el que se encargó de corromper la mente de Amon encerrándolo en su propia ira y deseos de venganza, esperando en lo profundo de su reino para encontrar el momento para atacar.

− Entonces ¿Qué sigue? – Guillermo preguntó, llamando la atención del demonio a su lado.

Habían caminado lo suficiente fuera de aquel suelo carnoso, el olor seco de la nada regreso a sus cuerpos libre de más gases putrefactos y la tierra negra sobre sus zapatos dio por hecho que el reino de la gula había llegado a su fin.

− Pensé que lo sabias, Blaire dijo que pasaste mucho de tu tiempo allá arriba estudiando... – respondió él con una sonrisa ligera sobre sus labios, el cazador solo suspiró.

− Lo hice, pero... al parecer tu sabes muchas más cosas que yo – hizo énfasis en lo último, y cierto recuerdo volvió a su mente. Aquel día en que lo conoció inexplicablemente fue el mismo en que se enteró de sus extraños y distintos orígenes.

− Llevo ya un largo tiempo aquí niño, el suficiente para saber sobre las historias de todos y cada uno de los seres en este lugar – respondió, continuando su camino − Incluyéndote a ti, a la humanidad a tu maestra... a tu padre – la mirada perdida, al frente... los recuerdos podían ser para un demonio mucho más dolorosos que un castigo eterno.

− ¿Ha sí? Dime que sabes de mí, sobre lo que soy – cuestionó divertido, siguiendo el paso de su compañero

− Eso es fácil, eres uno de los últimos Nefilim – sincera, rápida una respuesta correcta pero que tentó a la curiosidad del niño.

− ¿Había otros como yo? −

− Y aun los quedan, sin embargo, están demasiado lejos ahora como para pedir ayuda... Los Nefilim eran los hijos de ángeles y demonios, nacidos bajo el pecado de la traición formaron una tercera y única raza, llegaron a controlar el poder de arcángeles y demonios.

Los dos reinos, el de luz y oscuridad sabían que serían un problema, a diferencia de ellos podían cruzar las barreras de los mundos fácilmente, y bajo el mandato del rey de la luz y el de la oscuridad fueron perseguidos y cazados uno a uno para darles muerte... un desperdicio total. – culminó, devolviendo una suave sonrisa melancólica.