~True love isn't easy~

"Las peores pesadillas se viven con los ojos abiertos"

Una semana después

A las noches Hanna tenía todo tipo de sueños; ella divirtiéndose con sus cuatro mejores amigas, citas muy románticas a la luz de la luna con Caleb...
Pero había un sueño que se repetía noche tras noche. Se trataba de ella en un quirófano, rodeada de médicos. Hanna intentaba gritar, pero nunca lo conseguía. En aquel instante se daba cuenta de que le habían cosido la boca como a uno de aquellos payasos diabólicos. Siempre le practicaban la misma operación, pero la rubia no estaba segura de cual era exactamente. Lo único que sabía era que se trataba de una operación de pecho para abajo. ¿Una extirpación de ovarios? ¿Una abdominoplastia? ¿Un transplante de médula ósea? Existían todo tipo de intervenciones, nunca adivinaría cual de todas le estarían practicando.
-¡Buenos días, princesa!- Le dijo Jordan, a la vez que entraba por la puerta de "su nueva habitación".
En sus manos, traía una bandeja compuesta por un zumo y cinco galletas.
Hanna se limitó a observarlo y a coger la bandeja, ya que el día anterior no había comido a causa de su mal comportamiento.
Engulló el escaso desayuno y sin pensarlo dos veces le arrebató la bandeja a Jordan.
-¿Qué piensas hacer con eso zorrita?- Le dijo Jordan con descaro.
Hanna le pegó un golpe en la cabeza de su ex prometido, creándole una leve hemorragia. Jordan se retorció en el suelo, maldiciéndo a la rubia.
La rubia le robó las llaves de uno de los bolsillos de su chaqueta y se desencadenó. Corrió hasta la puerta, pero cuando se disponía a cruzarla Jordan sacó una pistola de uno de sus bolsillos traseros.
-¿A dónde te crees que vas?- Dijo mientras le apuntaba con la pistola.
Hanna se quedó congelada, y retrocedió hasta su colchón.
-Buena elección- Dijo Jordan satisfecho.
En el momento en el que Jordan le volvió a colocar las cadenas en sus magulladas manos, Hanna se dio cuenta de que no saldría de allí en su vida.
-Nos vemos mañana, James Bond-Le dijo Jordan irónico a la vez que salía del habitáculo.
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Hanna se pasó todo la noche siguiente con mareos y náuseas, juraría que iba a morirse del dolor. ¿Qué le estaría sucediendo? Tenía que aguantar,ni loca le pediría ayuda a ese hijo de puta.
Algo se le pasó por la cabeza ¿Y si los sueños eran reales? A saber que le hacía Jordan en mitad de la noche...
Hanna decidió que la siguiente noche la pasaría en vela, en busca de una respuesta.