La Niñera De Los Monstruitos

10- Mario Minnelli

Mario Minnelli

Estoy dando vueltas en mi oficina, parezco un león enjaulado. Mi cabello esta como si una bandada de pájaros hubiera jugado con el.

No sé que hacer, estoy desesperado.

Mi tia, Anastasia Minnelli ha estado más insoportable que antes, con eso de que consiga una esposa. No quiero una esposa, mis hijos y yo estamos bien asi, se que no paso mucho tiempo con ellos pero igual los amo, si no fuera por la odiosa de mi tia, esto no estuviera pasando.

No quiero comprometerme con nadie pero ella siempre usa la misma escusa a la que no me puedo negar: "No creo que quieras arruinar el sueño de tu madre, de verte feliz con una familia, eso incluye a tu esposa, imagino a mi hermana mirándote desde donde quiera que esté, decepcionada al saber que sus nietos no tiene el amor y el cariño de una madre." Y ahí es cuando toca mi punto débil.

Mi madre Murió hace muchos años ya, dejandone a cargo de su hermana, la tia Anastasia, una mujer pretenciosa, y con complejo de reina, en fin, no se porqué ella quiere que me case, se que esa señora oculta algo.

Lo único que se es que como yo era muy pequeño cuando mi madre, Amalia, murió le dejó todo a mi tia, con la condición de que cuando yo estuviera lo suficientemente capacitado todo lo que una vez fue de mi madre, sería mio. Soy uno de los Arquitectos más famosos de todo Nueva York, tengo suficiente dinero para mantener a mis hijos, he creado mi propio imperio, y ella no siente que yo estoy preparado ¿Que quiere esta vie...

El sonido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos, era Peter, mi secretario, si ya se que es raro que tenga un secretario y no una secretaria, pero Peter es el hermano menor de mi mejor amigo Bruce, llevo conociendo a Peter desde que tiene pañales considerando que solo tiene 19 años y está estudiando arquitectura en una de las mejores universidades del estado, está lo suficientemente capacitado para el trabajo y con eso me conformo.

-Señor, la señorita Amanda ha llegado- Habló, pero solo asenti y le dije que la dejara pasar, en estos momentos no tengo muchas ganas de hablar con Amanda, pero como es mi "Prometida" tengo que escucharla.

Pues si, mi tia se las ingenio para que ahora este comprometido con Amanda Stone, la verdad no me siento atraído a ella en lo absoluto, solo salí un par se veces con ella a algún bar y luego la llevaba a su casa e iba a la mia, nada nunca pasó, pero desde que mi tia empezó con esto del matrimonio, era o ella o cualquier mujer que eligiera ella y no quiero saber que loca hubiera elegido, la conozco lo suficiente como para saber que hubiera elegido una mujer exactamente igual a ella.

Por algo se quedó soltera toda su vida.

Escuché el ruido de los tacones de Amanda contra el piso, para luego sentir como me abrazaba por la espalda chillando mi nombre.

-Amanda, ¿Que haces por aqui?- dije quitando sus brazos de mi cintura, fui directo a mi silla.

-Amor, ¡que alegría verte! Solo pasé por acá a saludarte, y a recordarte que hoy es el gran día. Voy a conocer a tus hijos, y seguro me amaran, porque....

Deje de escucharla y me concentre en unos planos que tenía en mi escritorio, asentia como si la estuviera escuchando y al parecer funciona porque sigue hablando como una cotorra, después de unos pocos minutos, escuché como me llamaba.

-Amanda, estoy un poco ocupado nos vemos en el almuerzo ¿Si?

-Bueno está bien, no vemos- besó mis labios pero no le devolví el beso, la verdad solo quería que se fuera de mi oficina para poder trabajar en paz.

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Estoy abriendo la puerta de la casa para buscar a los mellizos y a Irina, que por mucho que no lo quiera admitir, ella es muy linda. Tiene ese acento ruso marcado que le queda tan bien, no se porque los niños le han tomado tanta confianza, si la conocen de días aunque hay que admitir que parece buena en lo que hace, no me reprimo por mis pensamientos, pero si me ordeno en dajar esos pensamientos hacia la niñera de mis hijos.