9- El Almuerzo

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Silencio, eso es todo, ninguno de los mellizos habla, ambos miran sus manos mientras juegan con sus dedos, me agacho al frente de ellos.

-¿Saben que me pueden contar cualquier cosa verdad? No soy como las otras niñeras.

-Ya lo sabemos - responde Bruno, aun sin levantar la mirada - Pero es que, prometimos no decirle a nadie - esta vez si me mira.

- ¿Eso les dijo su padre? - asienten - pero yo puedo guardar el secreto, me lo cuentan a mi y nadie sabrá, solo quiero saber, para tratar de evitar que pase lo mismo en menos de - miro el reloj de la pared - dos horas

- Bueno - esta vez fue Bianca quien habló - ¡Pero no le digas a nadie! Pinky Promise - Levantó su dedo meñique, hice lo mismo y enredó su dedo en el mio - Creo que te dijimos que Susan quería mandarnos a un internado en Italia.

Asentí. Lo hicieron.

- Bueno cuando hizo eso, sin querer, ella ... mmh se tropezó ... y calló junto a un florero y ... se hizo unos cortes en su mano... ¡PERO NO FUE NUESTRA CULPA!

-¿Pero por que se tropezó? - pregunté colocándome de pie, esto de estar agachada mucho tiempo cansa, me senté al lado de runo, pero mirándolos a ambos. Bruno es quien contesta.

-Bueno, ella estaba hablando con papá sobre el internado y nosotros estábamos escondidos escuchando, cuando papá estuvo a unos segundos de aceptar, Bianca y yo gritamos ¡NO! y salimos de donde estábamos.

Por unos segundos bruno se queda callado y habla Bianca.

- Susan se asustó tanto, que se calló y con ella el florero que estaba a su lado, creo que antes de caer lo golpeó, ciertos pedazos cayeron en su mano, y salió mucha sangre.

-Y nos culpó a nosotros, y estuvimos castigados dos semanas.

-En parte tienen la culpa, no debían haber escuchado una conversación de adultos, y tampoco debían de haber gritado de esa forma. Lo saben ¿cierto? - Hablé luego de escuchar la historia de los niños, no puedo creer que casi los manden a un internado, por muy revoltosos que sean, un internado nunca es la mejor solución.

Lo digo por experiencia, luego de la muerte de mi madre, mi padre me envió a un intercambio por cinco años, al volver me propuse que nadie que yo conociera, iría a un intercambio. Por muy bueno o muy recomendado, los niños merecen una infancia mejor que estar en un internado.

- Lo sabemos, pero estábamos muy asustados, en un intercambio nos separarían, ya no seríamos Bruno y Bianca, seriamos Bruno - Bianca hizo una pausa un poco larga - Bianca.

-Bueno ya, cambiemos el tema ¿saben que se van a poner para el almuerzo?

-¿En serio tenemos que ir? - preguntaron al mismo tiempo.

-Si, andando - subimos las escaleras cada niño se dirigió a su habitación, seguí a Bruno, empecemos por el creo que será más rápido que Bianca.

Efectivamente luego de 15 minutos ya teníamos su atuendo.

Pero con Bianca fue muy diferente, han pasado 25 minutos y no se ha decidido.

-¿Porque no te pones este vestido rojo? - pregunté, el vestido es muy lindo - y estas medias largas negras y estos zapatos negros. Te verás muy linda.

-¿Seguro? - preguntó observando los zapatos.

-Si ven, vamos a vestirte.

Faltando 10 minutos para que llegara el señor Minnelli, los niños se veían así:

Faltando 10 minutos para que llegara el señor Minnelli, los niños se veían así:

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La Niñera De Los MonstruitosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora