Emilia Vega es una chica de 20 años con grandes aspiraciones en la vida. Ella cree en el amor pero no en el príncipe azul. Su gran sueño es ser pediatra y triunfar en la medicina.
Luca Morales es un chico de 15 años. Que a su corta edad, no solo cr...
Me giro y vuelvo a mirar los movimientos de Luca. Se ve muy nervioso, no para de tamborilear con sus dedos en el volante del coche.
Estamos en viaje a la chacra donde será la boda de Adán y desde que llego a buscarme lo he notado muy nervioso, desconcentrado en lo que le he hablado. Esta como en otro mundo.
Me preocupa su actitud, cada día que pasa es peor, pero eso no es lo peor, sino que hoy me ha dicho que quiere hablar conmigo. Eso no puede ser bueno, nunca lo es. Y si a eso le sumamos su actitud, sé que es algo malo. Me ha pedido que disfrutemos de la fiesta y que mañana ya habrá tiempo para aclarar algunas cosas que han estado sucediendo y que espera que lo entienda.
-Llegamos. - Me dice y baja del coche para luego abrirme la puerta y ayudarme a bajar.
Está muy guapo, como siempre. Lleva un traje a medida negro con una camisa negra, que le queda estupendo y resalta cada musculo de su cuero y también su espectacular figura, y corbata gris plata. Se ha cortado el cabello y lo lleva, como siempre, algo despeinado, pero de un modo que lo hace lucir muy sexy.
Yo me he decidió a último momento por un vestido blanco ajustado al cuerpo y que llega justo sobre mis rodillas. Tiene escote en V delante y detrás, dejando ver de este modo gran parte de mi espalda, y tiene en mi cintura una especie de cinturón de plata que consiste en tres cadenas. Es precioso y elegante. Y llevo unos zapatos taco aguja altísimos, color plata a juego con mi cartera de mano. Mi cabello suelto con algunos bucles en las puntas. y un maquillaje muy sutil en el que lo único que resalta son mis labios en color rojo.
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Salgo del coche con su ayuda y él me da un tierno beso en los labios. Rodea mi cintura con su brazo y me incita a caminar hacia la pequeña carpa que se forma en el gran jardín de la chacra. Sus manos juegan con el cinturón de mi vestido de manera nerviosa. Yo apoyo mi mano sobre la suya y le doy un ligero apretón demostrándole mi apoyo en lo que sea que le está pasando.
No aguanto mas, la verdad es que cada día me vuelve más loca su actitud. Me enferma que no confíe en mí, y eso hace que yo confíe menos en él. Quiero apoyarlo, quiero ser quien esté ahí para él, de eso se supone que se trata una relación. Pero él me aparta de sus problemas, y aunque se resguarde en mi de un modo cariñoso y trate de olvidar todo perdiéndose en mí, no me deja ser partícipe de su "problema". Siento que de a poco me va haciendo a un lado de un modo muy sutil y eso me asusta.
Cuando al fin me siento segura con mis sentimientos, cuando me siento preparada para declarar mi amor por el a los gritos si es necesario, él se comporta de este modo y hace que surjan todas mis inseguridades. Quizás se ha dado cuenta de que no soy lo que el necesita, o que seguramente la diferencia de edad le incomode.
No lo sé, solo sé que no quiero más esto y si en la charla que tendremos mañana no me lo cuenta por el mismo le pondré un ultimátum. O me cuenta lo que sucede o terminamos. No quiero vivir así, es algo muy frustrante. Es un tema de nunca acabar y yo estoy pasando muy mal las noches esta última semana pensando en todo lo que sucede.
