Capitulo 38

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Luego de comprobar el estado de Bel y Diego y hablar un rato entre chicas, decidimos dejarles un tiempo a los flamantes padres para disfrutar de su niño. Pero sobre todo disfrutar del repentino amor de mi amiga. Creo que David estaba tan sorprendido como yo y seguramente su inmensa sonrisa, que prácticamente se le salía de la cara, es más que nada por la sorpresa de ese "te amo" que salió de los labios de Bel.

-Tu y yo tenemos mucho de qué hablar. - Me susurra Sarah cuando nos despedimos en el estacionamiento.

-Lo sé. -

-Si vas a tu apartamento, te acompaño. -

-No, vamos a mi casa. - Le dice Luca a su hermana.

-Oye, no quieras acaparar a mi amiga. Tenemos cosas de chicas de las que hablar. - Dice mientras le da un empujón juguetón en el hombro. -Aparte no olvides que en dos semanas es mi boda. -

-Cariño. Ellos necesitan su tiempo, recuerdas. Ya tendrás tiempo de hacer tus amados aquelarres. - Le dice Marco abrazando por la cintura a su prometida.

-Pero amor...- Intenta quejarse Sarah, pero es interrumpida nuevamente por Luca.

-Todo dicho, hermana. Nos vemos luego. Adiós. - Le da un beso en la mejilla y tira de mí, que intento despedirme.

-Podrías haberme permitido despedirme como corresponde. - Me quejo cuando ya estamos es su coche.

-Te quiero solo para mí. - Me dice y se pone en marcha.

No puedo evitar pensar en que yo también lo quiero solo para mí, pero que eso ya no será posible. Voy a tener que compartirlo con su futuro hijo. Sé que es egoísta pensarlo, pero no quiero. Sé que compartirlo con su hijo significa compartirlo de algún modo con Madison y eso me enferma. Me enferma saber que tendremos que tener relación toda la vida con la mujer que lo drogo para acostarse con él. Quién sabe si no intentara hacerlo otra vez. Como podemos confiarnos de ella.

Esta repentina tranquilidad no es lo que me esperaba. Si bien hubo quejas de su parte, no ha hecho más que pedirle a Luca que piense las cosas y manifestar su arrepentimiento.

También le pidió a Luca hablar conmigo para pedirme disculpas, algo a lo que me negué rotundamente. Por más educada que sea, no pienso permitir que me eche en cara que logro pasar una noche con él. No tengo nada que hablar, ya que no la voy a perdonar.

Lo que Madison ha hecho no tiene ningún perdón. He sentido tanta rabia que por momentos he agradecido que este embarazada, porque de no ser así le abría arrancado pelo por pelo de su cabeza. Ese es el nivel de mi furia durante estos días.

También he llorado en soledad, no quiero agobiar a Luca. Pero, aunque llore intentado él sabe que m estado no es el mejor, sabe que no estoy nada bien.

Lo que no ha cambiado es la pasión entre nosotros. Creo que estoy más lujuriosa que nunca. No lo dejo en paz, necesito tener mis manos sobre el todo el tiempo posible.

Llegamos a su apartamento e inmediatamente me fijo que entre una cosa y otra ya son las cuatro de la madrugada. Camino directamente hasta el dormitorio de Luca y dejo mis cosas en el sofá que esta frente a su cama. Sin fijarme en nada me dirijo al baño, necesito una ducha para relajarme y poder dormir.

Abro el grifo y controlo la temperatura del agua. Cuando la tengo justo como a mí me gusta me quito la ropa y me meto bajo el agua. No pasan ni diez segundos cuando siento los brazos de Luca rodearme completamente. ME giro en mi sitio sin que me suelte y le doy un beso en los labios.

-Hola. - Le susurro.

-Hola. - Me susurra el de vuelta.

-Oh, y hola a ti también. - Digo bajando la mirada y dándole la bienvenida a su gran erección.

Te esperaré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora