•Capítulo 28•

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La semana se hace interminable, y las pesadillas aún más.
Pero lo peor, lo peor peor, es ver a Lauren como un zombi por los pasillos.
No puedo más.
Y hoy me salto clase, ya ves que por un viernes no va a pasar nada.
Mi madre no se ha opuesto, me ha oído más de una noche gritar. Pero sí que me ha pedido que vaya a un sitio hacer un recado, que ella va a aprovechar para hacer unas cosas.
No tenía nada mejor así que he aceptado.
Busco la calle que me ha indicado, me cuesta muchísimo ya que no conozco nada. Pero logró encontrarla y cuando levantó la cabeza me topo con una casa enorme, y elegante.
¿Qué querrá mi madre que haga aquí?
Me acercó lentamente, y pico al timbre igual de despacio.
Tres minutos y medio tardan en abrir y me quedo boquiabierta.
-¿Profesor? - mi asombro no se puede hacer más notable, ya que tanto él como yo tendríamos que estar en la escuela, y ninguno lo está.
-¿Amy? - él también está sorprendido - ¿qué haces aquí?
Me pongo recta, tengo que dar buena impresión.
-Mi madre me ha mandado hacer un recado.
Entorna los ojos, cosa que lo hace irresistiblemente guapo.
-¿Tú madre? ¿Quién es tu madre?
Aix mamá, ¿dónde me has metido?
-Mi madre es Saray Cult Born.
Sonríe ampliamente y me lo contagia.
-Vale, ahora lo entiendo - asiente como si hubiera adivinado un acertijo - pasa por favor.
-Gracias prof... - si le sigo llamando profesor va a quedar un poco raro.
-Amy, sabes como me llamo, no hace falta que te lo diga.
Que tonta soy.
Al entrar me quedo flipando; todo esta perfectamente limpio, impecable.
Me guía hasta un salón, igual de limpio y me invita a sentarme, todo muy amablemente.
-Dentro de un rato bajará.
Frunzo el ceño, ¿qué dice?
-¿Bajará quien? - preguntó desconcertada.
-Mi hermano- me quedo igual que antes - tú madre me dijo que esto le iría bien para relacionarse, al principio me pareció extraño pero luego accedí. Necesito que cambie, porque es que no se puede vivir de esta manera, es insoportable.
No sé qué decir, así que acudo a los monosílabos.
-Ajá...
-Él no sabe nada - prosigue - porque si lo supiera se pondría en totalmente en contra, y me la liaría, más que de costumbre.
Un ruido llama mi atención, suena como si alguien estuviera bajando las escaleras, que nervios.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer?
-Hazle ver el lado bueno de la vida.

No me lo esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora