•Capítulo 21•

42 6 0
                                    

Viernes. Sonrío. Fiesta.
Es lo único que se me pasa por la cabeza.
Salgo de mi habitación ya vestida para ir a clase, y veo a mi madre sentada en la cocina leyendo el periódico.
-Buenos días mamá.
Baja el periódico y me mira sorprendida pero aun así me sonríe.
-Buenos días cariño.
Hacía mucho tiempo que no me decía "cariño" como de pequeña solía hacer.
-Veo que hoy alguien se ha despertado contenta - añade.
Si ella supiera que por mi mente han pasado mil maneras de asesinar a esa chica que decía ser mi amiga, y a ese chico que decía que me esperaría... Pero no les voy a dar importancia a dos personas que no la tienen, importancia digo.
-Si bueno - desayuno - ¿te he dicho que hoy me voy de fiesta?
-Algo me suena - y sigue con lo suyo.
Hay algunas cosas que nunca cambian y es que mi madre anteponga sus cosas antes que las mías.
La observo, y me viene a la cabeza que no hace mucho le hable fatal, es más, he estado tratándola mal desde hace mucho tiempo. Pero no estoy preparada para disculparme, no todavía.
Miro el reloj y veo que me tengo que dar prisa si quiero llegar a clase. Me despido de ella y cojo el autobús.

Al llegar a clase me encuentro a un montón de gente alrededor de alguien o de algo, y me acerco a ellos para ver qué pasa. Pero no es nada del otro mundo, un chico que quiere batir un reto en no sé qué tontería.
Cuando llega George todo el mundo se sienta. Al verlo me recuerda a alguien precisamente, y entonces... ¡joder! Ayer no fui, después de haber repasado la tarde que tuve con Erik una y otra vez, voy yo y se me olvida ir ayer por la tarde. Aunque tengo una excusa, mi  ex amiga  es una idiota - por no decir nada más fuerte- aunque dudo que le importe algo mis problemas.

Me paso las clases haciendo lo mismo que siempre, pensando. A primera hora he pensado que iré a la cafetería para que Erik sepa porque no fui. A segunda hora he decidido que ropa me pondré esta noche.
Y ahora es la hora del patio, así que hago lo que he decidido, y es ir a la cafetería.

No me lo esperabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora