Los besos del mañana...

El ascensor del colegio.

Narra (jonathan).

Junto con los chicos evitamos a Marcos todo un mes, sin que se diera cuenta, igual yo no le tenía miedo, pero ellos me querían proteger, eso es lo bueno de tener amigos verdaderos. Estábamos en clases de literatura jugando a un juego en el celular mientras todos leían un libro (pulsaciones) los últimos capítulos, la verdad solo había leído la introducción ya que había tenido una semana bastante ocupada y en ese momento jugar con el celular me relajaba, Jackson tenia un juego de motos con el cual nos la pasábamos compitiendo, la que tenia el puntaje más alto era Emily. Estábamos muy concentrados, cuando la profesora hizo callar a todos, y quedamos hablando nosotros tres.

_ ¿A que vienen a mi clase?. Dijo la profesora seria.

_ Perdón es que últimamente estamos un poco perdidos. Dijo Emily.

_Entiendo, aveces mi clase puede ser un poco aburrida... Jonathan me imagino que tú si leíste el libró. Dijo la profesora.

_si. Le dije asustado,no sabia nada.

_Jonathan a ver, ¿Qué harías si te olvidarás tres días, en los cuales conociste al amor de tú vida?. Me pregunto eso como si nada.

_ Trataría de pedirle ayuda a mis amigos, para poder volver mis pasos hacia atrás._ La verdad era mentira, no haría nada, seria algo bueno si me pasara eso.

_Muy buena respuesta, ven levantate necesito que les lleves unos papeles a el director, ya que tú leíste el libro, no como los demás._ Tenia una sonrisa en su cara y la verdad era que yo estaba mintiendo. 

Me dirigí  al ascensor ya que estaba en la planta alta del edificio de la escuela, estaba pensando en la fiesta de egresados, lo genial que será. Y cuando apretó el botón se mete alguien con mucho apuró, quien era y que quería, no me importaba, era Marcos, llevaba una nota de la profesora, por lo que alcance a leer tenia un acta hecha por ella. El ascensor se paro de golpe, fue tan fuerte el impacto  que cuando quise acordar tenia sangre en mi frente.

_¿Te encuentras bien?. Me preguntó Marcos.

_ ¡No te importa!. Odie tanto que me preguntará eso.

_¿Quien te contó?. Me pregunto con seriedad.

_ ¡No te importa!. No tenía porque darle explicaciones a él.

_ Vete a la mierda. Me lo dijo con tanta repulsión en su rostro.

 _ Tengo miedo. Le dije eso porqué era verdad.

_ ¿A qué?. 

_ A vos._Yo y mi gran bocota.

_Sonrio y su cara de asco desapareció_ Yo también me tengo miedo.

Seguí mirando el piso sin responderle, y el silencio invadía el ascensor, no arrancaba, era como si el destino estuviera conspirando para qué nos encontráramos. Baje mi mirada hacia el suelo y él la siguio hasta que se cruzaron, él  volvió a sonreir. Su apuesta la tenia ganada, porqué por más que no admitiera que estaba enomarado de él, lo decía con mi mirada, lo gritaba muy dentro mio.

_ Sabes cuándo yo tenía miedo a la oscuridad  agarraba fuertemente la mano de mi padre, eso me hacía sentir seguro._ Lo dijo de la nada y yo lo mire, sentí que se quería desahogar.

_Yo no le tengo miedo a la oscuridad. Le dije.

_ Como tú digas. A ver dejame ayudarte con tu herida._ Rompió su remera y me la dio, para que la pusiera sobre mi cabeza.

_ ¿Por qué haces esto?.¿Es la apuesta no?.

_No, pensé que iba solucionar las cosas que te dije._ yo la verdad no creía nada de lo que decía Marcos, o no sabía si creerle.

_ Mirame te digo la verdad. Me dijo con los ojos cristalinos.

_No, no te creó, siempre fui invisible y ahora te venís a preocupar por mí, vos y los plásticos de tus amigos nos hicieron la vida imposible.

El silencio que había de nuevo era más incómodo que la charla, no sabia que hacer, en ese momento me hubiese gustado abrazarlo, pero él me ganaría, me aguante y espere a que el ascensor volviera a funcionar, estaba tan cansado que me dormí. Cuando me levante seguíamos atrapados ahí, él me seguía observando.

_ Sabes, nunca me interesaste, hasta que me hablaste mal. Ahi pense, guaw ese chico si que tiene coraje. ¿Qué pensas sobre mí?. Me pregunto un poco triste.

_Egoista, superficial, que se encuentra sólo. Y tal vez lindo. _Le dije la verdad y eso era lo que él quería escuchar.

_ ¿Te parezco lindo?. Dijo Marcos.

_ Escuchas lo que te conviene. Solo eres un diseño de la sociedad. Un maniquí para ser exactos.

Él agachó la cabeza. Se quedó pensando .

_¿Qué te importa lo que yo piense de vos?. Le dije un poco curioso.

No respondió, el ascensor empezó a funcionar, salí lo más rápido que pude.