Deux✿

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El viento que poco a poco tomaba más fuerza golpeaba contra mi rostro y mi cabello, creando de éste un torbellino en el, dejándome greñuda a cada volteo que daba. Me encontraba en ese patio cerca de la playa, escuchando como el agua golpeaba contra la arena, y como mojaba mis pequeños pies al paso en que yo buscaba pequeñas conchas de mar para un collar. Pronto sería día de las madres, y necesitaría buscar para crear uno y dárselo de regalo a mamá. A lo lejos escucho un grito, uno fuerte que solo puedo reconocer, por lo que levanto mi cabeza. Lo veo a lo lejos, quieto en una posición recta, cuando lo veo venir hacía a mí corriendo. Trato de huir de sus brazos, con una risa estruendosa creando eco al alrededor, pero es imposible. Pronto me encuentro volando en aire, creyéndome Wonder Woman, con el cabello permitiéndome ver hacía el sol a pesar de que me encandilo. El suelo vuelve a ser mi imán y de vuelta subo, pero ahora a su pecho, en el que lleva algún dibujo raro en su lado izquierdo.

"Mi muñequita" me llama, y yo miro a sus profundos ojos que el cielo busca imitar su color. A los cuales los mares les tienen envidia por ser más azules que cualquier otro. Lo tomó del cuello y me abraza y no puedo evitar sentirme más protegida que nunca.

"Mi pequeña muñeca" vuelve a decir, y yo me despierto...

Son las 7:43 am. Debí no haber quitado la alarma ayer en la noche, por lo que mi humor es algo disparejo. Recuerdo ese día en el que Norman y mi mamá habían decidido pasar un fin de semana en Malibu y me llevaron a mi. Recuerdo todo ese fin de semana ya que ese sábado por la mañana habíamos llegado primero a Anaheim, y la foto que tengo como Mickey y Minnie y mis "padres" se encuentra retratada en el marco que estaba encima de mi mesa de noche.

Tardó un poco en despabilarme y quitar toda pizca de sueño en mi. No quería levantarme temprano, pero mi celular no ha dejado de sonar con mensajes desde la noche, y aparte, he prometido cumplir a mi misma lo que a mi mamá le dije no haría: Ir a visitar a mi padrastro.

Me levantó y mientras dejo que el agua llené la tina, busco que algún conjunto de ropa que ponerme. El día está asoleado, fresco y con algunas nubes rodeándole al sol, pero aún así el día es maravilloso, como si estuviera a la espera de algo asombroso por ocurrir. Aunque lo dudo, me mantengo al margen de que cualquier cosa puede ocurrir.

Tomo el teléfono de nuevo. Lo dejo a un lado de porcelana y espero a que suene, y en efecto, ocurre, de nuevo.

-Buenos días cielo.

-Buenos días mamá, ¿Cómo te encuentras?

-Muy bien hija. ¡De maravilla! Es por eso que quiero pasar el día con la abuela, y contigo. Ir de compras, pasear por L.A, salir a un lugar en la noche.-Le escucho la alegría en su voz y cancelarle me duele. Esta juventud que ha adquirido con el divorcio la hace feliz, y considero erróneo buscar las respuesta de esto. Lo mejor sería solo dejarlo por la paz.

-¿Ahora?

Por un momento me debato en aceptar.

-¿Ya tienes algún otro plan?-Pero al final decido que es mejor ir a ver a Norman. En todo caso, solo lo veré una vez, y ya.

-Hmm...si! Acepté ir con Kellen a desayunar, ya desde hace una semana, y sabes cómo se pone si le cancelo de último momento. Espero que no te moleste.

Silencio.

-No te preocupes hija, yo lo entiendo. Hablamos más tarde y cuando lo veas, salúdamelo.

Ella es la que cuelga y yo me quedo con el teléfono en la mano. Quisiera poder decir que no se enojo, pero al parecer si ocurrió y ahora es un problema más del cual preocuparme.

Cierro las llaves de la tina y me introduzco en ella, en la que mi baño se torna a ser rápido por el tiempo. Tomo el champú, el jabón de cuerpo, y el acondicionador, y en menos de una hora ya estoy lista para irme.

Emprendo marcha hacia la vieja casa en la que vivía, en la cual recuerdo muy bien el camino. Miro hacia la derecha y veo el parque en el que aprendí a andar en bicicleta al lado de Norman. Al mismo parque que me llevaba cada tarde a jugar, o ese lugar en el que siendo una adolescente de trece años le conté sobre el chico que me gustaba.

Unos metros más y me encuentro en esa entrada tan familiar, en la que Norman me dejó para que Harry me recogiera, y al regresar, yo tuviera mi primer beso.

Es tan raro y tan...igual al mismo tiempo; regresar a esa vez en la que me fui.

Me siento extraña. Es como si ya no fuera mi casa, que técnicamente ya no es, aunque él dirá "Siempre será tu casa"

Me tomo la descarada libertad de abrir la puertita del jardín a mis anchas, sin tocar el timbre, aunque al llegar a la puerta de la casa ahí si guardó el debido respeto y tocó dos veces. Pasan varios minutos, pero el silencio permanece ahí. De nuevo toco y sucede lo mismo: nadie contesta. Parece ser que nadie se encuentra dentro de ella, por lo que buscó esa llave de repuesto por si a alguien se le llegará a olvidar la original. Tratar de abrir la puerta es más difícil que antes, pero una vez que logro abrirla, el desastre dentro de la casa me sorprende.

El jarrón preferido de mi madre se encuentra roto a unos metros en el piso. Un cuadro de una fotografía de ella se encuentra deshecho a su lado. La sala se encuentra casi destruida, y solo atino a suponer el cuanto le afectó esto a Norman.

En mi defensa puedo decir que fue la universidad y sus estúpidos últimos proyectos, pero la verdad no quisiera darle una excusa a mi tardanza. De verdad lo siento, ya que esta fic que apenas comienza de verdad me importa

Traté de hacerles esto algo largo, debido a la tardanza que me tomé en actualizar, pero ese final se me hizo perfecto para terminarlo. Espero no les moleste.

Blink-182 vendrá a la ciudad donde vive mi novio y probablemente iremos juntos. Lloraré😭😭

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Baby Doll // N. Reedus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora