Sea como fuere

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Siempre he sentido fascinación por las cosas rotas.
Quizá me recuerden a mí.
Y cuando te conocí
eras un reflejo del reflejo carmesí que una noche me sonrió.

Me propuse arreglarte.
Te prometí -nos prometí- que lo haría.
Puede que, en aquel entonces
pensara que si lograba salvar a alguien aprendería cómo salvarme.

O puede
que sólo buscara motivos para odiarme un poco menos
y por eso me sentía tan extraña
cada vez que me dabas las gracias por hacerte feliz.

Sea como fuere
poco a poco
te instalaste en mi corazón sin pagar el alquiler
plantaste una bandera en mi sonrisa
y dijiste que allí querías quedarte.

Supongo que te ayudé a encontrarte.
Pero como de costumbre
olvidé leer la letra pequeña
del contrato de soñador,
y alargué la mano para tocarte
y nos perdí a los dos.

versos y nebulosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora