Capítulo 6: ...Sabiendo que no se consigue nada

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Ese día no fue solo uno realmente, sino que fueron una serie de hechos y conversaciones que me hicieron tomar una decisión sobre el rumbo que tomaría. Era un ahora o nunca: Tenía que decidir qué iba a hacer al darme cuenta que todo las acciones que realizaba no tenían valor real y solo me estaba haciendo daño con una ilusión tan fuerte como la de un hincha de fútbol esperando que su selección clasifique a una Copa del Mundo después de 30 años sabiendo que sus jugadores no rinden lo suficiente. "¡Pero una decisión no se toma con solo una idea!" diría cualquiera que esté leyendo esto y, por eso, llegó el momento de explicar todo.

Bueno, resulta que después de ser rechazado y confirmar que estaría en la friendzone por más tiempo me enteré que ella empezó a salir con otro chico. Él es una buena persona, amable y es confiable. Por esos motivos, se suponía que yo debería estar feliz: Después de todo, mi filosofía era "Si ella es feliz, yo también debo serlo". Desafortunadamente, yo no podía sonreír mucho por más que lo intentaba. Dolía saber que di todo lo que pude y no convencí. Eso afectó mis descansos diarios. No sabía que hacer.

Todo esto me llevó a sentarme en algún rincón del patio a meditar o lamentar, dependiendo del día, sobre la situación. Pensaba en qué me faltaba, qué me sobraba (además de unos kiogramos de masa extra), en qué fallé y qué podía hacer. También recurrí a la ayuda de mis amigos para preguntarles qué me sugerían. Sus respuestas no me convencían y cada vez todo se hacía peor.

Era ya junio y no encontraba una solución desde Abril. Seguíamos siendo amigos, pero los sentimientos me decían que lo más saludable era tomarme un tiempo sin acercarme a ella para poder pensarlo. Mi sentido común decía que eso no tenía lógica porque no pasó nada. Habían ideas que luchaban en mi mente que querían salir. Quizá haya sido un golpe seco, pero algo sucedió luego que me hizo pensar en mí y luego en ella.

Estaba yo sentado en la cafetería junto a mis amigos hablando sobre mis planes para tratar de agradarle como más que un amigo mientras ellos me preguntaban qué le veía, aunque ellos me entendía. Les decía muchas cosas que pensaba de ella. Silencio total por unos minutos, Ellos me comentaron algo impactante:

-"¿Crees tú que no fuma ni toma? Ella para de fiesta en fiesta, de botella en botella y de cigarro en cigarro. Toda las personas de su entorno son así. No creas que es diferente al resto.

Me quitaron la venda que tenía pegada con un pegamento más fuerte que el africano. Quedé sorpredido porque la imagen que tenía yo de ella y lo que ellos me contaban eran muy diferentes. No pude creerlo.

En efecto, al inicio pensé que era una trampa para quitarme de la mente a esa chica, pero luego me insistieron que era la verdad y que nunca me mentirían. Les creí y decidí olvidarme de ella y empezar a enfocarme más en los estudios. Quizás tardaría mucho, pensaba yo, pero valdrá la pena. Era lo mejor que habría que hacer. Después de todo, ella no era totalmente cómo me imaginaba.

"Nunca te crees expectativas por lo que ves en un ambiente limitado. Recién asegura algo al verlo donde las reglas no llegan"

Ya había llegado julio cuando la decisión estaba hecha y seguía un viaje fuera del continente por asuntos familiares aunque también turísticos. Era el momento perfecto para distraerme. Paralelo a eso, me había cambiado de sitio en el salón para estar más cerca de mis amigos cercanos. Pero lo que más recuerdo es que, en ese sitio, sucedió algo de lo que ahora dudo que haya sido bueno para mí: Empezé a interactuar más de lo habitual con una compañera. No era cualquier compañera; era la que lideraba la tabla de notas. Era aquella de la que poco hablé antes.

Desde ese entonces, mi centro de atención mental había cambiado no sé si para bien o no tan bien...¿Vale la pena?

¿Y si miraras las cosas desde mi perspectiva?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora