Capítulo 2: Amor, amor, ¿amor?

338 26 1
                                    

La atracción y el amor fueron temas muy presentes en mí, aunque nunca los he podido entender o manejar hasta ahora y no me refiero al amor familiar o a la amistad, me refiero a la atracción por una presona del sexo opuesto con la cual posiblemente formes una familia o simplemente unas tu vida con la de esa persona hasta el final, algo así. 

"¿Y qué tiene que ver esto con mi primer año de secundaria?" Bueno, resulta que mis padres pagaban a una señora que ofrecía el servicio de movilidad escolar  para que me transportara hasta mi centro de estudios. Yo iba  diariamente de mi hogar hasta el edificio y de regreso. Ahí conocí a un grupo de chicas: Tres de mi edad y una mayor. Con tres de ellas (la mayor y dos más) no me llevaba bien a causa de que me veían raro, lo cual les incomodaba. Con la otra conversaba en ambos trayectos a tal punto que nos fastidiaran con la idea de ser una pareja sentimental. Sin embargo, nunca se nos ha pasado por la mente tal idea y hasta el momento seguimos siendo solo amigos.

Lamentablemente para sus amigas, una de las chicas de la cual yo no era su amigo (O al menos eso parecía en el vehículo) empezó a movilizarse mediante el transporte público. Pensé que ya no la iba a ver y, extranamente, sentí que la extrañaría. Lo que quizá fue bueno lo vi después: Ella subió a mi salón y, debido a eso, empezamos a compartir más tiempo en un mismo espacio. Eso generó en mí una serie de sentimientos mezclados que podrían haber sido atracción o parecerlo. No sé como habrá sido eso, pero de lo que sí estoy seguro es que se convirtió en lo que tal vez sea lo más cercano al amor para alguien que nunca entendió lo totalmente su significado o el sentir de uno correspondido.

Empezó todo con conversaciones, luego empezé a darle regalos pequeños pero, a fin de cuentas, regalos, pero no me atrevía a decirle nada: Los recuerdos de la última vez que me declaré no me dejaban. Tenía miedo a perder a una amiga por intentar algo más, aunque ese temor sea injustificado realmente. No tenía pruebas de eso. Un grave error es generalizar un caso en las siguientes situaciones; uno pierde oportunidades por calcar en la suposición un resultado que puede como no aparecer en la segunda situación.

Pasaron los días y cada vez agarraba confianza para decirle, para expresar lo que sentía, para dar un paso adelante, si a eso se le puede llamar paso. Así fue hasta que una tarde me atreví a decirle por el único medio en el cual los nervios son mínimos para mí: El escrito (Para ser más exactos, el chat)

Seguro ahora pareceré un cobarde por no poder afrontar las consecuencias en la cara y por eso me refugié en una pantalla quemándose pero a la vez fría. Lo que sucede es que, a diferencia de los neurotípicos (de ahora en adelante, NTs),  los aspergianos nos expresamos de mejor manera de manera escrita porque podemos tomarnos el tiempo de escoger las palabras exactas y entender mejor a la persona a la cual nos dirigimos al no haber gestos que no entendemos. Pues, abrí la ventana de chat y...

-Hola... Lo que quise decir hoy

- ¿Qué?¿Qué cosa?

-es... (No quiero arruinar tu vida)

-¿Qué te gusto? ¿sí o no? Si yo te gusto... bueno, eso era más que obvio.

- Doy verguenza como el Atlético Unión y sus 110 años de fracasos

-Este... no te lo creo, pero: ¿Te gusto?

-Me has dejado sin palabra alguna.

.-Disculpa, pero el sentimiento tuyo no es correspondido. Tú estás enterado que ya estoy en una relación con otra persona.

-Ya lo sabía. Por ese motivo, quisiera poder alejarme de ti.

-Ah... Pero igual podemos seguir siendo amigos, ¿ok?

-Ok, solo quería decir esta verdad.

-Ok.

-No puedo seguir viviendo así...

-No tienes por qué preocuparte. Comprendo tu situación.

-(Si esto se puede considerar vivir)

-¡Ah! Por eso te molestaste con tu amigo la última vez.

-Pero te puedes quedar con el lapicero.

-Gracias *risas*. Bueno, al menos tuviste el valor de decírmelo... aunque yo ya los sabía. Se notaba a leguas. Olvidémonos del tema y sigamos siendo amigos, ¿qué dices?

-¿Realmente era evidente?

-Sí. Adiós, me tengo que ir.


Unos cuantos días después, en semana de exámenes, fui a ver al segundo grupo de exámenes ya que era el último día. Lo hice porque mis amigos estaban ahí, pero sobre todo por esa chica, por ella. La busqué por todos lados, pero no la encontré. Al llegar a mi casa, revisé las publicaciones de los demás y me enteré que se incomodó de mi visita al enterarse de la misma. 

Como yo no podía quedarme de brazos cruzados, volvía a recurrir al chat para solucionar este problema causado por mí (Mas adelante, esta tradición de saludar al segundo grupo el último día empezó a ser parte de mí)

-¡Rechazo los cargos!¡Soy INOCENTE!

-¿Qué cosa?¿De qué me estás hablando?

-Yo me acerqué al segundo grupo, pero no fui a buscarte. Quería encontrarme con mis amigos.

-Sigo sin entender a qué te refieres.

-Hablo del día final de los exámenes del último mes.

(Al día siguiente)

-¡ah ya! Sí, ya sabía que fuiste ¿Qué tiene eso de malo?

-Pero fue por el resto.

-Bien por ti. No me interesa.

-Creo haber arruinado un día.

-No te preocupes, ya no importa. Entiendo que fue por los otros compañeros.

-Gracias por entenderme (¡Soy INOCENTE!)

-Ok. Me voy, adiós.


Luego de estos dos incidentes, volvimos a hablar con tranquilidad sobre vacaciones, Navidad y Año Nuevo interrumpidos por el reloj o por actividades vitales. Era su amigo y ella era mi amiga. Así terminó un año donde conocí cosas nuevas, gente nueva, experiencias nuevas y otras no tanto aunque con finales distintos y una cara feliz por primera vez al recordar lo sucedido en ese año de transición. 

"¿Quién no se ha equivocado? ¿Quién no ha fallado? Es algo normal. Sin embargo, uno debe entender que los errores no son todo negativo; se puede aprender algo de estos. Quien lo hace está aprovechando la hoja de papel usada en una parte"

¿Y si miraras las cosas desde mi perspectiva?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora