Capítulo 12.

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Malditas preguntas.

~Brian~

Últimamente no sé qué diablos me ha estado pasando. Hace un tiempo solo pensaba en follarme a cualquier chica, beber y tener a todos en la palma de mi mano. Y ahora...Ella...Maddie Sanders...No se que carajos está haciendo conmigo, pero no puedo parar de pensar en ella. Me está volviendo completamente loco, cada segundo que pasa me gusta más...Maldición es tan hermosa. Su piel tan blanca y delicada, sus piercings, su hermosa sonrisa, su forma de ser, sus pecas, su preciosos ojos verdes, y sus labios ¡Demonios! Sus jodidos labios, es tan sexy, ruda y tierna a la vez que me asusta. ¿Cómo alguien puede ser tan perfecto? No lo sé, pero ella sencillamente lo es.

Simplemente vale la pena, vamos...¿Brian Haner con ramo de rosas? ¿Brian Haner en un cita? Por supuesto que no. Solo ella ha podido lograr que eso pase. Espero no arruinar esto con mis malditas estupideces.

*Vaya....¿Estas enamorado Haner...?* No, por supuesto que no. O...Bueno no lo sé.

Me levante de la cama dejando a un lado mis pensamientos, excepto a ella porque era realmente imposible. Me di una ducha, cepille mis dientes, me vestí y baje por el desayuno. Margarett se encontraba de espaldas preparando la comida y sonreí. Margarett es como mi madre, trabajaba en la casa de mi tía Anne cuando era más pequeño, siempre me ha cuidado y en cuanto me mudé la traje conmigo.

-.Buenos días Margo.-Besé su mejilla y me senté en uno de los taburetes frente a la mesa, entonces recordé ese día en el que ella durmió aquí, estaba sentada justo en esta silla, inconscientemente sonreí.

-.Buenos días mi niño, ¿Cómo amaneces?.-Preguntó alegre como siempre mientras cocinaba-.Muy bien por lo que veo, estás bastante feliz hoy, ¿Se puede saber por qué?.- Me sonrió mientras ponía un plato con el desayuno frente a mi.

-.En realidad...No lo sé ¿Sabes? Solo lo estoy.- Sonreí aún más y me encogí de hombros.

-.Uhm....¿Se trata de una chica?, quiero la verdad, sabes que no puedes mentirme.-exigió tierna y se sentó frente a mí del otro lado de la mesa.

Baje la mirada a mi comida y negué-.No, solo lo estoy, en serio.-La miré y le sonreí para tratar de que me creyera.

Estoy seguro de que sonriendo así, parezco un marica, pero no puedo decirle a Margarett. ¿Para qué divulgar que me gusta alguien?

-.Espero que valga la pena y no sea como todas esas idiotas que traes Brian Haner.-Insistió y me miró algo molesta mientras se levantaba pero luego sonrió-.Y quiero conocerla pronto.-Me señaló y comenzó a lavar los platos.

-.No se trata de una chica.-Reí un poco-.Esta bien, alguna vez te la presentaré, cuando la encuentre y me parece que no será pronto.- Me miró feo sabiendo a lo que me refería, tener sexo con tantas mujeres.

Miré la hora en mi reloj y abrí los ojos como platos, me quedaban exactamente 7 minutos para llegar a el instituto.

Comí todo en segundos y me despedí de Margarett con un beso en su mejilla. Fui a la cochera y subí a mi auto, conduje rápido y al llegar estacioné en el puesto de siempre, nadie estacionaba ahí, todos sabían que era mi puesto y el que lo hacía se metía en grandes problemas, si, así de imbécil soy. Entre y caminé por los pasillos, los chicos del equipo de fútbol me saludaron y algunas personas más que ni siquiera conocía.

So Alike & so Different. «Synyster Gates»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora