Los sentimientos de ira me carcomen por dentro.
¿Qué otra cosa debería sentir al ver a la mujer que amas con un chico que claramente no le corresponde y la ve como un trofeo?
Me cambia por ese chico con risa encantadora, cuerpo de Adonis y palabras dulces sin sentimiento verdadero.
Yo le he dado todo lo que deseaba de ese nuevo chico: cariño, dulces palabras llenas de amor, salidas a donde ella quería... y así me lo paga.
Pero no mi amada, esto no se va a quedar así.
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Termino de atar sus manos a la parte de atrás de la silla cuando ella comienza a moverse levemente. El efecto de la anestesia se ha ido de su cuerpo.
Te descuidas tanto, cariño mío. Sigues teniendo la misma rutina: trotar, universidad, casa, trabajo.
― Mi cabeza ―se queja y trata de llevarse una de sus manos a su cabeza, pero las ataduras a la silla la detienen― ¿Qué demonios? ―comienza a sacudirse y yo poso mis manos en sus hombros desnudos.
― Hola querida ―susurro en su oído y le doy un beso en su mejilla.
Me pongo delante de ella y se ve tan hermosa atada y solamente con su ropa interior negra.
― ¿Adrián? ¿Tú me has hecho esto? ¡Ya desátame! ―comienza a sacudir sus manos para zafarse de las ataduras que realicé, pero eso es totalmente
― Imposible, Lucy ―me río de una manera muy macabra, me desconcierta por un momento, y ella deja de sacudirse. Me acerco a ella y rozo sus labios con mi pulgar― Si tú no eres mía, no serás de nadie, mi pequeña y hermosa Lucy.
Acerco mis labios a lo suyos y la obligo a que me bese, sosteniendo su cara a la fuerza.
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― Hoy hice una deliciosa comida ―me digo a mi mismo mientras bajo las escaleras del sótano de mi casa― espero que me elogie.
La escucho sorber su nariz entre la oscuridad. Prendo la luz para verla sentada cabizbaja pero encadenada en una esquina del sótano, de una mano y de un pie, encima de unas colchas que improvisan su cama.
Ah~ Tan bella e indefensa.
― Lucy~ ―me acerco a ella con la bandeja de comida― Te he traído tu comida favorita~.
― Por favor, ya déjame ir. Tu egoísmo ya estuvo bueno, ¿no? ―sorbe la nariz― Podemos vol-volver a salir de nuevo pero ―levanta su rostro mostrando lo demacrado que está por el llanto que se tiró toda una semana.
Yo solamente le sonrío, eso es a lo que quería llegar.
― ¿Quieres que te deje ir? ―ella asiente vigorosamente haciendo que suenen un poco sus cadenas― Entonces tendrás que casarte y vivir juntos por el resto de nuestras vidas, mi amor ―le agarro su mano que no está encadenada y la dirijo a mi mejilla― ¿Estás de acuerdo?
Ella se deshace de mi agarre y me escupe en toda la cara.
― ¿Vivir toda mi vida contigo, con un maldito psicópata y egoísta que no me supera? ―se ríe socarronamente y me mira con un desprecio inigualable― No gracias.
Se pone en una posición desafiante, sacando pecho y mirándome directo a los ojos.
¿Quieres pelea? Pues la tendrás, maldita malagradecida.
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Por el deseo de tenerla para mi, por el egoísmo que me carcomía al verla con otro u otra, la maté.
No lo toleraba y es por eso que le hice eso, pero muy tarde me dí cuenta que la necesitaba para completar mi vida. Su existencia era necesaria para seguir adelante, como si ella fuera el oxígeno que necesito para vivir mi día a día.
Así que las cortinas de esta obra se cierran completamente con mi muerte, todo por querer seguir vigilando a mi amada.
Siendo consumido por el egoísmo, realicé todo esto por mi amada. Espero que en nuestra otra vida, ella sepa elegir bien y estar conmigo.
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Random Stories
RandomEste será como un libro para mí para poner historias que se me ocurren de la nada. Si tu nombre está aquí, es casualidad... pero si tu personalidad tambien está... tambien es casualidad. Historias que se me ocurren de la nada o por inspiración de ac...