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Debajo de la Cama

  Muchas niñas debajo de la cama siempre tienen sus zapatos o juguetes.

  Para Erika no es así.

  A Erika le atormenta un monstruo todas las noches desde que volvió del campo.

  Antes, el monstruo solo hacía gruñidos. Ahora, se puede escuchar sus garras arañando la madera y aveces hasta el colchón.

  Erika siempre llora cuando el monstruo hace ese tipo de cosas. Pero esta noche es totalmente diferente.

👹🕵👹🕵👹🕵

  Otra vez suenan en la habitación esos rasguños y gruñidos, pero ahora se añade una respiración profunda, obligando a Erika que se levante en esa fría noche.

  La supuesta luz lunar no hacía presencia en esa habitación, haciendola mucha más tenebrosa.

  Erika tantea a su lado, buscando su pato de peluche. Al encontrarlo, lo apreta con fueza contra su pecho.

  "Cuack, cuack, cuack, cuack, cuack" suena la bocina del pato, pero aún se puede escuchar esa respiración del monstruo debajo de la cama, tan profunda y sobrenatural.

  Ese monstruo nunca se ha dejado ver, pero Erika supone que deber ser horrible y malo ya que por culpa de este, ella se duerme en clases.

  Los rasguños se intensifican y Erika comienza a llorar y abre su boca para llamar a su madre.

  Nada sale, parece que habla, pero su voz no se escucha en esa habitación.

  Su llanto se intensifica y trata de seguir llamando a su madre. Nada, solo se escuchan los raguños y la respiración de ese monstruo.

  'Debe ser obra de ese monstruo' piensa Erika al sentir ardor y la sensación de un nudo en la garganta.

  Con desespero, Erika se tapa por completo con las sábana.

  'Es mi manto sagrado, ESE monstruo no puede tocarme aquí adentro'

  El monstruo, astuto, saca su brazo de debajo de la cama y jala la sábana que se encontraba en el piso de un tirón. Erika queda destapada, todavía llorando y gritando nada.

  El monstruo sale del lugar que le gusta artomentar, mostrando su horrosa figura según Erika.

  Un ser totalmente negro y alto, muy delgado.

  'Tal vez viene a comerme' piensa 'Tiene hambre de niños, y yo soy una niña'.

  Se escucha en la habitación un pitido continuo bastante fuerte.

  'Es la voz de ese monstruo, lleno de hambre de niños'.

  La mano de ese vil monstruo se acerca a la cabeza de una llorosa Erika. Ella coloca su pato de peluche, tratando de protegerse y que ese monstruo no le toque.

  El monstruo agarra el peluche y se lo quita. Erika se coloco en posición fetal en su cama, llorando sin cesar.

  "No llores" el monstruo ha hablado con una voz de ultratumba pero amable.

  La mano del monstruo toca la cabeza de la Erika y esta deja de llorar. La cara de la niña mostraba sorpresa y susto por el acto que hizo ese ser.

  "Necesito que me acompañes" la mano delgada del monstruo limpia las lágrimas del rostro de Erika.

  La niña niega con la cabeza. "Mamá. Quiero ver a mi mamá". Ella se sorprende al poder hablar ahora, tembloroso y agudo, pero pudo hablar.

  "Ya no puedes verla" el tono de voz del monstruo sonaba triste "pero podrás verla muy pronto, te lo prometo" el monstruo se aleja de la cama de la niña y abre la puerta de la habitación.

  ¿Un monstruo? Erika pensó que ese ser que la agobiaba todo este tiempo era un monstruo pero es un hermoso joven con ropas negras elegantes. Este joven le tiende su mano a Erika, invitándo a la niña que la acompañe.

  Erika sale de su cama sin pensarlo, agarrando la mano de "ese monstruo debajo de su cama".

  "Lo siento mucho, señora López" habla el doctor a cargo de la habitación mientras una de las enfermeras tapa con la sábana blanca el cuerpo de una niña "la pelea ha sido dura para nosotros y para ella, pero no hemos salido victoriosos."

  Ambos agentes médicos salen de la habitación, dejando a la señora llorando, gimiendo un nombre de mujer y abrazando un pato de peluche.

  "Erika".