Capítulo IX: Sin censura

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AQUÍ HAY GATO ENCERRADO

SIN CENSURA

"No pensé que llegaría odiar tanto a Kuro. Ahora tan solo me gustaría desaparecer".

Kuroo se encontraba sentado al lado de Kenma. A menos de medio metro de distancia. Ambos escuchaban las palabras de un viejo que les hablaba acerca de la maldición. En tanto, los gatos aparecían de todos los rincones. Algunos paseaban levantando su cola, otros se acomodaban sobre el suelo y unos pocos jugaban muy animados. La habitación era cálida, había té y una estufa encendida. Por la ventana se veían las hojas amarillas y secas que caían con la fuerza del viento. De pronto, el anciano interrumpió su relato al escuchar el sonido del teléfono. Se puso de pie, y salió con prisa. Allí habían quedado los jugadores de Nekoma. Uno al lado del otro. En una habitación repleta de gatos.

Dos días antes, ambos jugadores se encontraban solos a media noche. La maldición del gato había afectado también a Kuroo, la cual le otorgaba las mismas características físicas que a Kenma. Y no solo eso, sino que ambos se encontraban en época de celo.

Kozume Kenma permanecía recostado sobre la cama observando a su novio quien lo acababa de arrojar contra el colchón. Ahora se mordía los labios sin despegar los ojos de Kuroo.

―En mi casa no había nadie, si tan solo me hubieses avisado que querías esto...― dijo Tetsurou acercando su boca detrás de la oreja del rubio y lamiéndola con delicadeza.

Kenma empezó a suspirar y de apoco él mismo se fue bajando los pantalones junto a su ropa interior.

―Shhh...― susurró en seguida Kuroo al escuchar las reacciones de su novio. Había posado su dedo índice sobre la boca de su novio. Kenma movió sus orejas de gato y cambió su semblante. Parecía afligido por tener que callar esos suspiros. ―  ¿Acaso quieres que te escuchen cómo te hago el amor?― le preguntó al oído.

Kozume sintió que la temperatura de todo su cuerpo subió súbitamente al escuchar esa pregunta. Simultáneamente las lágrimas se acumularon en sus ojos.

Tetsuruo sonrió satisfecho al haber conseguido esa respuesta y le dio un corto besos en los labios.

―Mírame, Kenma...― ordenó el moreno acariciando el cálido rostro del armador.

Luego metió sus largos dedos entre la cabellera teñida y tocó las orejas de gato que nacían en la parte superior de su cabeza.

Kozume levantó la vista avergonzado y abrazó con fuerza al mayor para arrastrarlo con él hacia la cama. Quería sentir el peso del cuerpo de Kuroo sobre el suyo. Su ronroneo no iba a detenerse, y el de Tetsurou tampoco. Movió sus colmillos hasta el hombro del moreno y los acomodó suavemente sobre su playera. Luego frotó su entrepierna expuesta contra el cuerpo de su novio. Un leve gemido se le escapó mientras hacía esto y tan pronto como sintió que se liberarían de su boca más de estas reacciones, mordió con fuerza la piel de Kuroo, ocasionando un quejido de dolor en el capitán de Nekoma.

― Tú también debes guardar silencio...― se quejó Kenma con una mirada desafiante.

―Podrías morder la almohada.― contestó Kuroo con una expresión de dolor y enfado.

Hubo un silencio por parte de los dos y de forma sincronizada, ambos se acercaron para besarse con desesperación. Kozume pasaba sus manos por el cabello de Tetsurou y le masajeaba las orejas de gato, en tanto, Kuroo, se concentraba en la cálida espalda de su armador. De pronto, Kenma bajó una mano hasta su pantalón y deslizó la prenda junto a su ropa interior quedando desnudo desde la cadera hasta los pies con el fin de liberar su cola de gato que tanto le molestaba.  Kuroo quien seguía encima, aprovechó esa pausa para sacarse su playera. 

Aquí Hay Gato Encerrado (KuroKen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora