¿Desde cuándo...? (Scomirstie)

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- ¿Desde cuándo yo...?

- ¡Scott!- gritó una rubia desde la cocina-¡Ven, deprisa!

- Ya voy...

Me levanté de la cama para dirigirme al lugar del cual provenía la voz de la dulce chica, cuando llegué la vi poniéndose de puntitas para alcanzar la caja de cereal que se encontraba en la alacena, me detuve a observarla un poco, llevaba una camisa mía y no le sentaba nada mal.

- ¿Qué esperas?- mi dio una mirada acusadora- Ayúdame, no alcanzo.

Reí un poco, aunque pare de inmediato cuando ella bufó y comenzó a fruncir el ceño. Me acerqué lentamente hasta posicionarme detrás de ella. Mis largos brazos rodearon su delicada cintura, tuve que agacharme un poco para llegar a su oído:

- Buenos días, princesa.- sentí como se esforzó por no soltar ningún sonido.

- Buenos días, tonto.

Estiré mi brazo hacia la alacena y saqué la caja de cereal.

- Aquí tienes, gruñona.

Se llevó la caja consigo para servirse, me ignoró por completo.

- De nada.

Volvió a ignorarme.

- ¿Y ahora qué hice?

Hubo un corto silencio.

- Tienes que irte hoy.

Bajé la cabeza hasta mirar el suelo.

- Lo sé...

- Él volverá hoy y tú no debes estar aquí.

A pasos lentos salí de la cocina y subí las escaleras hasta la habitación en la que había dormido con ella anoche. Recogí algunas de mis cosas, eran pocas. Venía a su casa regularmente, cuando él se iba de a visitar a su familia. Lo cual era últimamente muy frecuente, ya que, su padre se había enfermado y debía cuidarlo, se turnaba con su hermana para ello.

En una mochila guardé mis cosas, sólo faltaba mi camisa, la que ella usaba en ese mismo instante. Me traté de animar un poco, sabía que debía irme. Estaríamos en problemas ambos si es que descubrían...lo nuestro.

- Kirst, me iré, pero antes necesito mi camisa.

- ¿No te quedarás a desayunar?

- ¿Bromeas?- levanté un poco mi mano antes de explicar lo obvio- En cualquier momento vendrá Mitch.

- Uh, qué aburrido...

- ¡¿Disculpa?!- expresé un poco de enojo en mi voz.

- ¿La quieres?- levantó un poco la camisa por los hombros con sus dedos.

- Sí. Ahora.

Quedé anonadado cuando me entregó la camisa, tragué saliva... ¡YO NO SABÍA QUE NO TRAÍA NADA PUESTO DEBAJO! ¡¿CÓMO SE QUITÓ LA CAMISA TAN FÁCILMENTE?!

Traté de evitar babear, cerré los ojos, me di media vuelta y me fui tan rápido como pude. Tenía todas mis cosas en orden, ahora sólo debía esperar su próxima llamada.

Así eran las cosas, Mitch se iba, Kirstie me llamaba y pasábamos mucho tiempo juntos. Creo que debería arrepentirme, ¿no? Después de todo estoy traicionando a mi mejor amigo.

- Maldición...- susurré al llegar a casa, estaba algo agitado- ¿Qué es lo que quiere de mí?

Yo vivía en un cómodo departamento, mientras que Mitch y Kirstie vivían en una agradable casa. Aunque durante un tiempo los tres vivimos juntos aquí.

Lovenix or Pentatonix?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora