《Capítulo 4》

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Un golpe...

Dos golpes...

Tres golpes...

¡PAF!

La pared de su cuarto se había derribado por completo.
No pasó mucho tiempo para que los 12 llegaran alarmados al cuarto, que ahora no tenía pared frontal.

-¿¡Señor!?- la voz alarmada de Jacob resonó por todo el lugar.

Una figura se elevó entre todo el polvo. La capa blanca ondeaba entre las ruínas. Los ojos escarlata parecían dos bombillas que iluminaban todo a su alrededor.

-Ya se enojó...-susurró August con una gota resbalándole por la sién.

-¡ETHERIAS NATSU DRAGNEEL DE LA SANTA MARÍA!-rugió furioso Zeref, y todo el castillo pareció temblar.

-N-Nombre completo...-susurró esta vez Wahl asustado.

La figura de Zeref ya era claramente visible entre todo aquél desorden. Los 12 sintieron como sus caras palidecían. Zeref estaba realmente enojado, y lamentablemente, ellos sabían por qué.

-¿¡Cómo demonios se ha enterado!?-susurró nerviosa Dimaría en el oído de August, el cual usaba de escudo contra el furioso mago oscuro.

-¡Juro qué yo no he sido!-Jacob levantó las manos excusándose, pero el pobre no vió como Zeref llegaba caminando hasta quedar frente a él.

-¿Qué no has sido tú, Jacob?-su voz más masculina y peligrosa que de costumbre le heló la sangre. El cuerpo le temblaba y sudaba a mares.-Responde, Jacob. Te estoy haciendo una pregunta...-se crujió los dedos, listo para saltar en ataque contra el mago de espacio.

Los 11 Springgan restantes se hicieron a un lado, admirando el parecido en los momento de ira como esos con su hermano Natsu.

-Su lado Dragneel ya salió a la luz...Estamos todos muertos...-la voz temblorosa de God Serena parecía quebrarse en cualquier momento.

Observaron como Zeref acorralaba a Jacob contra una parez y se despojaba de se túnica, dejándolo únicamente con sus botas y pantalones puestos.

Hizo aparecer una gran bola negra en la palma de su mano, y todos juraron ver el alma de Jacob abandonar su cuerpo por el miedo.

-Jacob, Jacob, Jacob...¿Núnca te enseñaron a no abrir la boca en algunos momentos?- la sonrisa maniática (más propia de Natsu enfadado que de él mismo) que adornaba su rostro sería capaz de atemorizar al más valiente.

-Ya nos valió...-susurró Invel al ver a Zeref estampar la cabeza de Jacob repetidas veces contra un fragmento de pared derruída.

•••••

-¿Estás diciendo que Álvarez está destruído?-Levy aún no salía de su asombro. Warren había sonado demasiado convencido, cosa que les pareció sumamente raro.

-¡Eso es imposible!- dijo Gajeel apareciendo en la barra.

En una esquina del gremio, Natsu y Mavis sonreían maliciosos. Ellos sabían muy bien el por qué de todo aquello.

-¿Qué te parece una última ronda de preguntas?-habló el Dragon Slayer sacando su lácrima del bolsillo.

-¡Ese es mi segundo Dragneel favorito!- Natsu la miró extrañado.

-¿Segundo?

-Lo siento Natsu, pero Zeref es sagrado- se defendió la Vermillion.

-Pero...

-SAGRADO.

¡Hey!
Ya el siguiente será el último capítulo.
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Okay...:'v

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