Capítulo I- El regreso

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Había muchas personas en la ciudad, pero sólo las justas y necesarias. Cada uno cumplía su función, la mayoría eran miembros activos de la Academia, ya sea como trabajadores a su orden, miembros de instituciones dependientes, instructores, etc. También había minorías de degradados, y gente que nunca había conocido, ni ingresado a la academia. Todos los ciudadanos de Narr tenían una tarjeta identificativa que era personal única e intransferible. Cuando se hallaba dentro de la zona de la Academia, se activaba reportando a una computadora maestra. El sistema fue diseñado luego del incendio de la academia por parte de un alumno brillante, Ralph Yashima. Habían pasado 18 años desde aquel incidente y nunca se volvió a repetir. Pero este día particularmente estaban atentos debido al regreso de dicho alumno a Narr.

Todo parecía estar tranquilo. Hasta que el cielo se oscureció, no fue por causa del clima, el edificio más alto de la ciudad, el edificio S&K propiedad de Gordon Yashima, estaba ennegrecido por una nube oscura. Se estaba incendiando el último piso, en el que se hallaba el dueño del edificio. Y la fuerza de seguridad, encabezada por Samuel Yashima, estaba ingresando con bomberos y médicos. Pero no estaban solos. También habían acudido los superiores de la Academia, a los que Samuel menospreciaba abiertamente, comandados por Samsara Wadjt (Delta-Alfa), quien se acercó rápidamente a interferir en sus órdenes.

-¡alto!- les dijo a los oficiales.

-¡continúen, yo soy su jefe!- gritó Samuel.

- sabes que no te corresponde. Este edificio es mi jurisprudencia, y soy tu superior aunque te pese.

- ok, ¿y que harás al respeto? Ya estamos perdiendo tiempo en una discusión vana, y ahí arriba se están asfixiando.

-no hace falta que ingrese nadie más, tengo a mi mejor agente en el último piso ahora mismo.

-...- ofuscado Samuel- ¿de quién hablas?

-¿hace falta que te explique? ¿Sabes qué día es hoy?... Si leíste las noticias internas, deberías estar tranquilo.

- hasta que no lo vea no lo creeré...- giró su vista al edificio- quietos muchachos... Confiaré en un fantasma.

Mientras arriba, alguien avanzaba lentamente, la nube era densa, oscura, pero permitía respirar. Era una nube especialmente diseñada para herir la consciencia de Alfa hasta Gamma, pero no Delta. Por encima de los muebles y las plantas había llamas azules, que estaban encendidas pero no quemaban nada, sólo despedían el humo especial. La puerta de la oficina central estaba abierta de par en par, y una persona hurgaba los cajones. Estaba tan campante que no se percató de la presencia de Ralph. Cuando él se acercó hasta un metro, un dispositivo que el ladrón tenía en la muñeca comenzó a sonar e inmediatamente cruzó su mirada con Ralph.

-estas en peligro- le dijo a Ralph y se esfumó sin poder llevarse nada.

-... Gracias, ya lo sabía - dijo bajando su mano, pues había invocado un poder ancestral, para desaparecer espectros (así llamados por ser emanaciones inexistentes). El fuego azul se desvaneció de inmediato y el humo también. Ralph miró la habitación más claramente, y notó a Gordon sentado y dormido en su escritorio. Y vio a Esmeralda tendida en el suelo. La tomó entre sus brazos, le corrió el cabello para ver su rostro. Seguía tan hermosa como la última vez que recordaba. Quiso besarla, pero justo ingresaron los agentes policiales junto a Samuel.

-permíteme- le dijo Samuel extendiendo sus brazos para cargar a Esmeralda.

Ella entreabrió los ojos y pudo ver a Ralph, pero le pareció un sueño y al ver a Samuel se volvió a desmayar. Ralph se la entregó.

-era un espectro.

-bienvenido a Narr hermanito, hace tres meses que aparecen espectros, casualmente el mismo tiempo que llevas libre.

Código DeltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora