Fear Yourself [Bleach Yaoi • HichiIchi]

Capítulo III: Orden

Ichigo temblaba desde su posición...tenía miedo, mucho miedo.

Las bestias lo veían apetitoso, siendo rodeado en cuestión de segundos. Su mente no le permitía contar cuantas de esas cosas lo estaban haciendo sentir asfixiado, pero reconoció al más grande como el "líder". Justamente, dicho ser se pudo dar cuenta de que su "presa" los estaba observando.

- Interesante, humano. Puedes vernos, a cada uno de nosotros. Esto no había sucedido antes -Cesó el silencio amenazante que se había creado para reírse. Ichigo dejó caer su mandíbula temblante, ¿ese monstruo le estaba hablando? Y peor fue su rostro cuando continuó- No te dejaremos escapar.

El pequeño no se había movido de su lugar, su cuerpo no daba respuestas y sus ojos gritaban de terror. Vio que las criaturas se movieron hacia él y su cuerpo dio un pequeño impulso para retroceder, pero no más, cerró los ojos con fuerza cuando los vio abalanzarse hacia él.

Esperó ser atrapado, mordido, sentir dolor o algo...pero nada de eso, lo que le hizo abrir sus ojos y encontrarse con algo que lo sorprendió. Uno de los atacantes se partía en dos ante la mirada atónita de sus compañeros, y frente a él se encontraba cierto animal...

Cuando abrió los ojos, aquel ser tan espeluznante estaba desapareciendo. No podía entender que ocurría, y mucho menos por qué todos habían desviado su vista de él para dirigirse al supuesto responsable. El shock pronto se marcó en su rostro.

- ¿S-Shiro...? -Apenas un hilo de voz surgió de su garganta. El animal no volteó ante su nombre, haciendo un tipo de gruñido en advertencia.

- ¡¿Que mierda...?! -Exclamó el que había hablado primero. Ichigo podía ver su sorpresa, que se incrementó cuando un remolino de aire surgió, como epicentro estaba el animal que hizo una mueca de sonrisa...

Ichigo sólo pudo sentir cansancio repentino ante eso, pero no podía apartar la mirada de la situación. De pronto un aura negra con rojo rodeó al neko, pareció desaparecer, pero del piso surgió la misma energía mientras armaba algo...o alguien.

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Se sentía mejor. Esa era la mejor descripción. De alguna forma, hacerle saber a su madre de su reciente situación le hizo quitar un peso de sus hombros, ahora estaba seguro de que quería conocer la verdad.

No supo cuánto rato estuvo allí, pero era el momento de volver. Sus piernas estaban adormecidas por estar arrodillado, lo único que le dio a entender que no habían sido pocos minutos. Su padre estaba esperando, a lo que imaginó que se había dado cuenta en parte de su estado psicológico, pero ya fuese una visión lastimera o no, las palabras nunca surgieron.

Empezó a ir sendero arriba, sus pasos lentos pero seguros. Seguramente sus hermanas ya habían preparado todo para comer, así que esperarían al Kurosaki mayor para compartir en familia. No obstante, todo movimiento fue paralizado cuando un sonido proveniente del bosque le llamó la atención, y una enorme sombra se movió colina arriba. Sus ojos se abrieron más, ¿había sido una persona o un animal?

No, no era nada de eso. Esa fuerte presión en el alrededor...

- ¡Mierda! -Ichigo lo supo, su instinto se lo dijo. Corrió con todo lo que tenía al darse cuenta de su dirección, y al llegar, sus movimientos volvieron a paralizarse y su mirada se volvió atónita.

Como si un carro hubiese chocado contra el concreto: ese fue el sonido que en su mente resonó. Un ser se alzaba, más grande que una casa, con una apariencia que desencadenó ese sentido de familiaridad tan desagradable. Su cuerpo en su mayoría grisáceo, sus manos eran en forma de tenazas y su cabeza pequeña pero puntiaguda con una máscara sonriente.