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"Solo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar"

El despertó y lo único que encontró fue un sueño, un momento tan especial que solo fue una mentira.
Le lastimo el hecho de que estaba perdiendo tanto por un chico, tanto por una persona que prometió quedarse y que no lo estaba haciendo, lo estaba dejando caer por un hueco obscuro, sin color donde todo era lágrimas y terror.

-Miro las paredes como mi propio escondite, solo aquí puedo ocultar mi dolor-Pensó Jos por enésima vez.

El estaba cansado de imaginar que estaba con Alonso, no quería pensar mas en el hecho de que estarían juntos mientras todo fuera un sueño, eso se convertía en un profundo subterráneo del que el jamás podría salir.

Tomó su edredón y lo tiro al suelo, mientras continuaba con su almohada y sabanas.

Se dejo caer en el suelo como una pluma; tan ligera que cae en una linda cadencia. Sus ojos ardían y el chico sabia que lloraría a continuación, sus ojos se encontraban inyectados en sangre, sus manos temblorosas y heladas.

En un intento por levantarse recordó la ultima vez que lloro; tan frío y desolado entre esas cuatro paredes. Decidió levantarse, tomo un buzo negro y salio de su pequeña casa sin dar aviso.

Las suelas de sus tenis chocando contra el suelo, mientras el aire erizaba su piel, sus ojos inyectados en sangre y sus labios temblorosos.

Llego a un lugar que le resulto tan familiar, su propio instinto lo había llevado hasta allí.

Alonso se encontraba ayudando a su padre a reparar un automóvil, mientras el continuaba su trabajo su padre golpeo el capote de el mismo auto.

-¿He hecho algo mal?-Pregunto Alonso y su voz se quebró como un cristal.

-No quiero verlo aquí-Farfulló su padre molesto y soltó bruscamente un trapo que yacía en su mano.

Alonso tardó en comprender de que trataba su padre, pero por inercia volteo hacia donde se encontraba un chico, el chico que siempre había querido que fuera parte de su vida. Su refugio.

Una parte de el gritaba que no lo necesitaba, no obstante el trato de calmar a su padre y se dirigió hacia el chico de ojos color miel, hacia Jos.

-¿Te encuentras bien?-Preguntó el chico moreno y frotó su nuca.

-Tienes que irte-Susurró Alonso temeroso.

-Aguarda, necesito hablar contigo-Hablo Jos frenéticamente, realmente no quería perderlo.

-¡Tienes que irte!-Grito Alonso y empujo a Jos.

-Yo lo siento, pero no tienes que...

-Cállate y vete-Los labios de Alonso temblaban, su semblante estaba serio y sus ojos amenazaban con derramar lágrimas.

-Esta bien, pero no olvides que no te voy a dejar. Esta vez.-Confeso el moreno y de sus ojos corrieron lágrimas por sus mejillas.

Jos se alejo de aquel lugar en el que solo había conseguido insultos y gritos. Alonso regreso a donde su padre se encontraba, su padre lo tomo bruscamente de la chaqueta e inmediatamente Alonso cerro los ojos con temor.

-Bien hecho-Escucho las palabras de su padre y observó una sonrisa proveniente de el.

Alonso se percató de que le gustaba ver a su padre sonreír después de hace mucho tiempo que el no lo hacia.

Ese día el se procuro intentar cambiar su orientación sexual, no le importaba fingir con la finalidad de ver a su padre sonreír. Para terminar con su tortura, para dejar de ser infeliz.

Jos se encontraba sentado en una banca, ahora no le importaba sentir el frío, ni que su piel se erizara a causa del mismo y mucho menos que sus labios temblaran del frío que sentía su cuerpo.

Nunca desistas de alguien, eso te puede lastimar.

Era demasiado tarde. A veces el se preguntaba y no encontraba la razón por la que el padre de Alonso les tuviera tanto rencor.

Tampoco sabia como iba a continuar sin el pequeño Alonso y sin él Alonso de ahora que lo mantuvo de pie en todo momento.

Una perfecta noche en la que Alonso y Jos se encontraban bajo el cielo bañado en luminosas estrellas, donde los padres se encontraban viendo la televisión.

Una noche de abril del 2003, los pequeños se encontraban en una pequeña casa de campaña, esa noche donde Jos se dio cuenta que no quería apartarse jamás de ese pequeño niño.

Ese día Alonso tomo las manos diminutas de Jos y le hizo una de tantas promesas que el solía hacer.

-Jamás te abandonaré-Seguido de ello se recostó en el hombro de Jos, cerró suavemente sus ojos y se quedó dormido.

Jos se levantó de aquella banca, ya estaba oscuro y el frío aumentaba. Esa noche en se dio cuenta de que el ya no era mas que una persona, que solo viviría de recuerdos de una persona que marcó su infancia y su vida entera, alguien que jamás en la vida igualaría.

Pero estaba listo para soltarlo, para dejarlo ir. Para que Alonso fuera feliz con la decisión que el mismo tomó.

Hola baes <3

Se que no les agrada que no estén juntos, pero se que les gustará. Es mi idea ahr dejenme.

Espero que realmente les guste, que voten y comenten lo que les gusta y lo que no ¿por que no?, muchas gracias en verdad.

Las quiere

-Wen

WILD« jalonsoWhere stories live. Discover now