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—No te atreverías —le retó tu mejor amigo Clark.
—Claro que me atrevo —contestó Lex Luthor—. Y por eso mismo tengo una propuesta para ti —le señaló divertido a Superman—. Yo no le haré nada a tu querida amiga (T/N), pero a cambio —hizo una pausa—, tú tendrás que matar a Batman y traerme su cabeza como prueba de que has hecho bien tu trabajo.
Superman bajó la cabeza en señal de rendición para después levantarla poco a poco con el ceño fruncido y una mirada furiosa, llena de ira, pero sobre todo con miedo. Con miedo a perderte. A perder a la única amiga que le ha podido apoyar sabiendo quién era en realidad. Que le ha querido como una hermana, que se ha preocupado por él. Superman, sin otra opción, asintió confirmando que iba a matar al hombre murciélago.
—Y otra cosa más —le paró Lex antes de que se fuera volando—. Sólo tienes 5 horas para poder acabar con Batman, o si no, me encargaré yo mismo de terminar con la vida de tu preciada (T/N) —apostilló sonriendo y Clark apretó su mandíbula y salió de allí rápidamente.
Contento, Lex soltó una carcajada y se encaminó al cuarto en el que te tenían encerrada.
❀
Unos cinco hombres te rodeaban sin despegarte la vista de encima. Cada uno de ellos tenían un arma por si algo inusual pasaba. Pero por ahora todo estaba tranquilo.
Tú te encontrabas atada a una silla de pies a manos con un paño en la boca que no te dejaba hablar coherentemente. Estabas asustada, sabías que en cualquier momento alguien te mataría. ¿Sino porque estarías allí? ¿Por ser la amiga de Superman? Puede ser, y por eso mismo pensabas que te iban a asesinar. Sumida en tus pensamientos intentaste pensar en cualquier forma para salir de este horrible sitio, pero de repente la puerta de la habitación se abrió de golpe.
Todos los hombres que te vigilaban apuntaron hacia la puerta, pero bajaron aus armas cuando vieron quién era el sujeto que caminaba lentamente hacia a ti.
—Vaya, vaya. Así que tú eres la famosa (T/N) Brown, ¿eh? —te habló el chico pelirrojo levantando una ceja—. Eres muy... curiosa y peculiar —dijo abriendo los ojos mientras tocaba tu pelo, pero tú moviste la cabeza bruscamente haciéndole retirar su mano—. Tal vez te diseccione e investigue científicamente como hice con el antiguo enemigo de tu querido Clark, el General Zod, para así saber que es lo que me sorprende de ti —finalizó de hablar observándote con admiración.
Tú hiciste una mueca de asco mirándolo sorprendida. Y mientras, Lex te miraba minuciosamente quitándote la venda que se encontraba tapando tu boca impidiéndote hablar.
—¡Eres un psicópata! —exclamaste mientras le escupías con asco.
—Palabra de cuatro sílabas, para cualquier persona, demasiado grande para pequeñas mentes —te tocó delicadamente la frente.
—¡¿Estás loco, o qué?! ¡Tenerme aquí encerrada no te va a servir de nada! —gritaste furiosa.
—Claro que me va a servir de algo, ¿en todo este tiempo no has supuesto nada? —negaste con la cabeza agachada—. Clark, alias Superman, sabe que eres mi prisionera y que si en... —miró su reloj de pulsera—, aproximadamente 3 horas y media no me ha traído la cabeza de Batman, te mataré.
Al escuchar la palabra matar, tu rostro palideció y te quedaste muda. No querías morir, no de esta manera. Tus ojos se aguaron advirtiendo que pronto las lágrimas iban a salir rápidamente de ellos. Agachaste la cabeza para que Lex no te viera llorar pero él lo notó igual.
—Dejádme a solas con ella —ordenó a los hombres para que salieran de la habitación dejándoos solos—. No llores por favor. Vas a desperdiciar algo que no tiene mérito que pierdas. Si tú no quieres no te mataré. Creo que el mundo te necesita —te miró a los ojos—. Probablemente yo sea la persona más inteligente del mundo, y pienso que eres admirable. Eres admirable —comentó con esa mirada de loco que tenía, pero que por tu parte, a ti te gustaba—. Así que podemos fingir tu muerte, pero en realidad solamente pasarás el resto de tu vida conmigo, escondida, sin que la gente sepa que estás viva. Nos conoceremos mejor, seremos más cercanos el uno del otro. De verdad que me interesa saber que tienes que me sorprende tanto, di que sí.
—¡No! ¡Estás mal de la cabeza!
—Los dos sabemos que tú nunca pensaste eso de mí. (T/N), te he investigado y por eso te he capturado a ti. Por que me admiras y tal vez podría convencerte de que te unieras a mí. Sino fuera por eso hubiera capturado a Martha o a Lois —te confirmó bebiendo de un vaso que había al lado de donde estabas atada.
—Pe-pero...
—Sé que no quieres morir, tienes una larga vida por delante y yo te estoy dando una oportunidad para triunfar. Confía en mí —levantó tu cabeza con su dedo índice obligándote a mirarle—. Tendrás todo lo que desees si te quedas a mi lado.
—Lo sé, pero mis amigos, mi familia, mi trabajo, mi hogar... mi vida —sollozaste sin saber qué decisión tomar. Él tenía razón, no podías morir, y la única forma de no hacerlo era yendo con él.
—Reharás tu vida —se acercó a ti peligrosamente con su mano aún sujetando tu barbilla quedando a centímetros el uno del otro.
Y la distancia que quedaba entre vosotros se esfumó cuando Lex junto sus labios con los tuyos repentinamente haciendo que tú te sorprendieras. La persona que habías admirado durante años te estaba besando. Sabías que seguramente era para que te decidieras y dijeras que sí a su propuesta, ya que él sabe que es tu modelo a seguir desde hace mucho tiempo. No muy segura de lo que hacías, besaste a Lex pero tuvisteis que separaros instantáneamente al escuchar disparos y gritos. Los dos os aferrasteis rápidamente él uno al otro como pudisteis. De un momento a otro la puerta de la sala salió disparada dejándoos ver a Batman.
—¡Suéltala! —le gritó a Lex que te cogía de la mano que tenías atada a la espalda. Bruce corrió hacia ti tirando a Lex al suelo y desatándote—. Soy amigo de Clark —te informó para tranquilizarte mientras te cargaba en brazos.
Tú asentiste mientras él sonreía y los dos saliestéis de allí. Estabas feliz de poder haber sobrevivido a esto pero varias cosas iban a cambiar ahora.
