Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
— ¡¿Dónde estoy?! —gritaste enfadada atada en una silla de las manos a los pies en una habitación oscura en la que no había nadie—. ¡¿Dónde coño estoy?!
De repente una puerta se abrió dejándote ver a una figura masculina que iba vestida con un traje morado. Pero no le podías ver la cara.
— ¿Tú eres el hijo de puta que me ha encerrado aquí? —reíste sin gracia falsamente—. ¿No tienes cojones para mostrarme quién eres? ¿Eh, cobarde? Dime donde mierda estoy o te juro que te arrancaré la cara y después te la volveré a poner.
Y al terminar de decir eso, una escandalosa y terrorífica risa sonó en tus oídos. Por un momento tuviste miedo, pero eras fuerte y la valentía volvió.
— Bueno... ya he pasado por eso una vez, fue por mi querida ayudante. Una chica llamada Harley. Una vez pensó que estaba muerto y arrancó mi cara para poder quedarse con algo de mí antes de que se llevasen mi cuerpo —miraste a aquel hombre asqueada—. Pero después de un tiempo, ella se dió cuenta de que yo en realidad estaba vivo, me encontró, y me grapé la cara —rió y dió un paso adelante dejando que vieras su rostro—. ¡Y aquí estoy!
Rápidamente, tus ganas de matarlo se hicieron mayores y te moviste de una manera brusca en tu silla intentando soltarte de las cuerdas. Paraste al ver que era imposible.
— ¡Eres tú! —gritaste enfadada—. ¡Tú lo mataste! ¡Tú mataste a Jason! —seguiste gritándole con lágrimas en los ojos recordando a tu ya fallecido novio.
— Y bien que disfruté matándolo, cariño —te agarró del mentón y tú le escupiste en la cara.
— ¡Hijo de puta! —empezaste a llorar sin poder parar.
— Ey, tranquila. No llores. No me gusta ver a la hermanita de mi queridísimo amigo Bruce llorando. Él me mataría —pensó—. Aunque ya lo ha intentado varias veces —rió y te miró con una mirada psicópata en su rostro—. ¿Por qué tan seria?