Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—¡Bienvenidos! —saludaba Lex a cada invitado que entraba por la puerta de su gran mansión—. Bruce llegará pronto, cariño —te susurró y tú rodaste los ojos.
Te habías puesto un bonito vestido negro el cual tenía un pequeño corte que te dejaba lucir tus largas piernas. Tu pelo iba recogido en un moño muy trabajado y te habías puesto un tipo de antifaz negro que cubría tu cara.
De repente notaste como todos los invitados se revolucionaron al ver la persona que justamente estaba acercándose a vosotros. Y no era nada más ni nada menos que Batman.
—¡Bruce! ¡Has venido, qué alegría! —exclamó tu hermano dándole un golpecito en la espalda.
—Sí —no te dejó de mirar—. Me habían comentado que iban a poner comida muy buena hoy —sonrió y tú bajaste la mirada sonriendo de lado.
—¡Qué gracioso! —río Lex y os dió un empujoncito—. Ya es hora de bailar, ¡animaos venga!
Hiciste una mueca sabiendo las intenciones de Lex y él te guiño un ojo. Bruce te ofreció su mano, y con mucho gusto la aceptaste mientras te guiaba a la pista de baile.
Un bonito vals comenzó a sonar haciendo que Bruce colocara su mano izquierda en tu cintura y su otra mano agarrando una de las tuyas, mientras tu mano que sobraba se encontraba en su cuello.
—No sé si soy yo, pero... creo que tu hermano nos intenta emparejar, ¿no crees? —sonrió.
—Lo sé, y no estoy en contra.
—Ni yo —te miró a los ojos fijamente.
No pudiste esperar más y te acercaste rápidamente hacia él y lo besaste como nunca habías besado a nadie.
Introdujiste tu lengua en su boca explorando cada rincón de ella, mientras Bruce hacía lo mismo con la suya. Os separásteis rápidamente y os observásteis mudos.
—Esto no acabará así —apostilló Bruce.
Tú sonreíste pícara y le cogiste de la mano guiándolo hacia tu habitación. Ya dentro, estampaste a Bruce contra la pared y lo besaste. Él se separó sonriendo pero tú cogiste el cuello de su chaqueta, y empezaste a pasar tus manos por su cuello.
A medida que tus caricias aumentaban, su expresión sonriente iba creciendo cada vez más a una placentera. Tenías que aprovechar esta noche, estabas segura de ello. Hoy era la noche. La noche en la que disfrutarías. La noche en la que por fin podrías expresar lo que sentías por el hombre murciélago. Algo que te costaba admitir, pero sabías que lo podías demostrar. Tenías miedo de que él no sintiera lo mismo que tú. Ya que es Batman, y todos dicen que no tiene sentimientos, pero te gusta el riesgo.
Lo atrajiste a ti fuertemente, y lo tiraste encima de tu cama. A continuación te pusiste encima de él y te quitaste tu moño.
—¿Quieres bajarme tú la cremallera? —propusiste.
Sin siquiera responder, posó sus manos frías en tu espalda bajando la cremallera de tu vestido, poco a poco dejándote en sujetador.
—¿Te gusta lo que ves?
Él cogió tu cara entre sus manos. Pasando sus ojos por todos los rasgos de tu rostro.
—Me gusta absolutamente todo de ti —te besó apasionadamente y juntásteis vuestras frentes—. Estoy enamorado de ti, (T/N).
Te quedaste helada.
-Yo también, Bruce. Te quiero —dijiste lo más sincera posible mientras te recostabas encima de él acariciando su abdomen aún no descubierto—. Pero sigamos, no dejemos esto así —sonreíste y él te apretó hacia él.
Y pensar que te habías enamorado del caballero oscuro.