GRUMPY
❀Llena de ira, te dirigías hacia la empresa del periódico Daily Planet con la intención de quejarte por lo que había escrito en uno de sus artículos un tal Clark Kent sobre tu hermano. No tenía derecho a criticarle sin ni siquiera conocerlo.
'Ese Clark se va a arrepentir mucho de haber escrito eso sobre Bruce. ¡Estoy convencida de que no llega ni a la suela de los zapatos de mi hermano!' —pensaste indignada.
El ruido que hacían tus tacones al caminar rápidamente hacia el vestíbulo de la gran empresa era lo único que se oía en aquel momento.
—¡Exijo hablar con Clark Kent! —le ordenaste a la recepcionista incomodándola.
—¿Ha pedido cita, señorita? —te preguntó con educación.
—No la necesito —le contestaste intentando no perder la paciencia. Esta mujer te estaba haciendo perder el tiempo, y no te sobraba mucho que se pudiera decir.
—No puede venir aquí sin cita previa... —te informó mientras se hundía un poco en su silla escondiéndose un detrás de recepción poco.
—¡¿Pero tú sabes quién soy?! —exclamaste perdiendo la paciencia.
—N-no lo siento... —te respondió mirando hacia el suelo.
—¡Soy (T/N) Wayne! ¡Así que dime en este mismo momento dónde se encuentra el maldito Clark Kent! —le exigiste llena de enfado dándole un golpe a la mesa en la que se encontraba detrás la recepcionista.
—L-lo siento, Srta. Wayne, n-no me había dado cuenta. El Sr. Kent se encuentra en la duodécima planta, pregunte por él a... —le dejaste con la palabra en la boca y saliste corriendo directa al ascensor.
Pulsaste el número 12 y comenzaste a ascender. La gente entraba y salía del ascensor, comentando cosas sobre ti.
'¿Esa no es (T/N) Wayne?' '¡Sí!'
'Qué honor tener a alguien tan importante aquí.'
'La gente dice que es una maleducada y una sinvergüenza.' 'Lo habrá sacado de su hermano.'
'Creo que le voy a pedir su número... y el de Bruce Wayne.'
De eso trataban los comentarios que hacía la gente al verte. Estabas acostumbrada, no te importaba lo que opinara la sociedad de ti. Pero con tu hermano nadie se metía, o tú ibas a tener que coger las riendas del asunto, como lo ibas a hacer con lo que publicó Clark Kent en un artículo del periódico de esta semana.
Por fin llegaste a la planta 12, y cansada de esperar gritaste a los cuatro vientos: '¡¿Dónde cojones se encuentra Clark Kent?!'
Algunas personas te miraron extrañadas y otras asombradas. Pero una en concreto se te acercó.
—Hola, Srta. Wayne. Mi nombre es Cat Grant, soy la reportera de sociedad por excelencia aquí, en el Daily Planet y es un gran... —no la dejaste terminar.
—Lo repetiré por última vez —dijiste sonriendo falsamente poniéndote un mechón de pelo detrás de la oreja.— Dónde, está, ¡CLARK KENT!
La mujer se asustó y te hizo un gesto con la mano.
—S-sígame —y tú orgullosa caminaste a su lado.
Cat te guió hacia una pequeña oficina en el medio de la planta y dió unos golpecitos en la pared.
—Clark, tienes visita —habló ella de mala manera mientras se apartaba dejándote ver al tan esperado Clark Kent, por el que tuviste que cancelar dos reuniones de trabajo muy importantes.
Entraste a la oficina y viste a aquel hombre sentado y concentrado en la pantalla de su ordenador. No le podías ver la cara, hasta que llamaste su atención con un carraspeo. Sorprendido, quitó su cabeza de en frente de la pantalla y te miró con el ceño fruncido de arriba a abajo. Cómo si haciendo eso supiera quien eras.
No era para nada como te lo imaginabas, tenía el pelo negro y engominado, unos ojos azules cristalinos que estaban cubiertos por unas gafas de botella. Era apuesto, lo admitías. Pero sólo era una cara bonita más en el universo.
—Hola, soy Clark Kent, ¿qué le trae por aquí Srta...? —te preguntó sonriendo.
—Wayne, (T/N) Wayne —respondiste poniéndote seria.
Instantáneamente, al escuchar tu apellido, Clark se tensó, aún así sin perder la compostura.
—Gracias, Cat. Puedes retirarte —le indicó, y esta sin rechistar se fue.— ¿Qué la trae a las oficinas del Daily Planet, Srta. Wayne? En concreto, ¿a mi oficina? —te preguntó sentándose en su silla.
—Principalmente, no me llames Srta. Wayne. Yo a ti te trato como Clark asi que tú trátame a mí como (T/N), nunca me gustó que me trataran de usted. Y posteriormente, he venido aquí a que me des una explicación sobre esto —empezaste a buscar en tu bolso el periódico que habías traído—. ¿A qué viene que hables tan mal de mi hermano en este artículo, Clark? —le señalaste el apartado que él mismo había escrito.
—Ah, eso. Sólo escribí la verdad —una leve sonrisa sarcástica apareció ante ti lo que hizo que te enfadaras más.
—¡¿Tú acaso conoces a mi hermano?! ¡No puedes opinar de él sin conocerlo! ¡Todo el mundo lo hace con la gente famosa y rica, y no deberían tener derecho a ello! ¡Parecerá un imbécil al que sólo le gustan las fiestas, pero no es así! —te calmaste y respiraste indo para darte cuenta de que todo lo que habías hecho para borrar la horrible reputación de tu hermano había sido en vano. Toda la gente a la que habías amenazado, todas las broncas. Pero nada iba a cambiar y Bruce debería empezar a preocuparse él solito y no tenerte a ti como guardaespaldas. Miraste a Clark a los ojos y él sólo te miraba con curiosidad—. ¿Sabes qué? Ya me cansé. No te voy a dar más excusas. Sólo quiero que no vuelvas a escribir nada más sobre mi hermano. Y si lo haces, no me esperes, no vendré a quejarme —dispuesta a salir de la oficina, te encaminsate hacia la salida pero la voz de Clark te paró.
—Qué pena, y mira que yo me estaba divirtiendo —añadió. Te diste la vuelta y lo miraste asombrada por lo que acababa de decir. Desde que viste a Clark por primera vez, te recordaba a alguien pero no sabías a quién. —Sobre lo de tu hermano, de acuerdo, no escribiré nada más de él. Pero y de ti, ¿puedo escribir sobre ti?
—Sí, no me importará en absoluto lo que digas de mí, nunca me ha importado —contestaste sin mayor importancia.
—Entonces... —prosiguió mientras avanzaba hacia ti a pasos lentos—. Podré decir que eres una chica quejica, perfeccionista, mimada, maleducada, responsable, protectora con su hermano y sobre todo, muy atractiva —finalizó quedando en frente de ti.
Te sonrojaste rápidamente por lo que dijo al final de la frase. Pero volviste a tu estado normal en cuestión de segundos.
—¿Eso es lo único que piensas de mí? —le respondiste levantando una ceja mientras sonreías de lado.
Él se acercó a tu rostro hasta que quedásteis a milímetros el uno del otro, y te susurró al oído:
—Se me olvidaba. También eres una chica muy, muy gruñona.
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❀dc comics one shots!❀ (en edición)
Fanfictionone shots de todos los personajes y actores de dc comics!