Narrador Omnisciente:
Wanda se levantó pasadas las once de la mañana, se higienizó, como de costumbre, ni sabía porque lo hacía, ya que desde que había llegado a la base, después de la muerte de su hermano, no tenía ganas ni de vivir.
Se sentó en el pequeño sofá que había llevado Steve, y se puso a leer, el que aún no sabía si era su libro favorito. Leyó hasta quedarse dormida con el libro en la mano.
Las horas pasaron, ella se levantó a los manotasos, eran pasadas las diez, la habitación ya estaba oscura.
Se cambió a su ropa de entrenamiento y sabiendo que todos ya dormían, fue hasta el gimnasio para comenzar con su entrenamiento nocturno, previamente pactado con el ex-soldado.
Al llegar al gimnasio, comenzó a entrenar dando golpes al saco de box en lo que esperaba al Capitán.
El héroe americano llegó y se quedó recargado en el marco de la puerta observando lo mucho que había mejorado desde que comenzó a entrenarla.-Capitán, siento su presencia, ¿sabe?- dijo sin dejar de golpear aquel saco.
-Lo siento, Wanda- sonrió- ¿Cuantas veces debo decirte que puedes llamarme Steve?-murmuró mirandola.
-Deje de mirarme - gruñó fastidiada.
- Wow, tranquila -se río creyendo que bromeaba.
-Dejeme sola - gritó, ya enojada, dejando de golpear el saco de Boxeo.
El capitán se fue, pero se quedó detrás de la puerta aguardando por si la dudas la muchacha se descontrolara. Dicho y echo, Wanda se descontroló destrozando todo el gimnasio.
Rápidamente, volvió a entrar tratando de contenerla. Al no poder con ella, llamó por el comunicador, al miembro provisorio del equipo.
-Hijo, ven rápido al Gym, necesito tu ayuda - dijo el capitán tratando de contener a Wanda.
Sin poder creerlo, el "nuevo" llegó corriendo a los tropezones ya que aun seguía algo dormido, a donde se encontraban los posiblemente, únicos despiertos en la base.-¿Que hago? - dijo Nova corriendo hacia él
-Solo ayudame a contenerla - gritó el ojiazul haciendo lo posible por frenarla.
-¿Como?- preguntó sin saber si acercase o no a la mujer que emanaba humo escarlata.
-Noqueala - gritó de manera imponente el rubio.
- No lo hare, mi mamá decía que golpear a las mujeres está mal - el moreno sonrió con autosuficiencia.
-Sólo Hazlo, hijo-le impuso Steve.
- Ya,ok- vaciló un segundo-"como lo siento"-pensó cargandose de culpanoqueó a la mujer sintiendo cierto grado de culpabilidad.
Steve cargó a Wanda inconsciente y la llevó a su habitación seguido de Sam.
- Quedate aqui - le ordenó al pelinegro antes de entrar a la habitación de la chica.
Dejó a Wanda en su cama, la arropó y volvio a salir al pasillo, no sin antes cerrar la puerta.
Ya en el pasillo, tomó a Sam por los hombros mientras lo escoltaba en silencio hasta la habitación de este.
-Dime Hijo...¿Fury ya te ha dicho cual es tu misión?- pregunto el rubio parando en la puerta de la habitación de Sam.
-Don parche? no me lo ha dicho- hizo una mueca mirando su puerta.
- Bueno......-dijo buscando las palabras con las cuales explicarlo - ¿Recuerdas la chica que te pedí que noquearas?- el plinegro asintió - Bueno, tu misión es cuidar de ella por los próximos días hasta que seas relevado de ese cargo- dijo como si fuera lo más preciado para él, aunque así era. Cada miembro de su equipo era preciado para él.
- ¿Ella...ella es...es.. Mi...mi.. Mi misión?- tartamudeo incrédulo, ya que había pensado que sería algo más emocionante y asombroso como combatir Chitauris o luchar contra el Imperio Kree, pero al parecer, no lo era.
-Claro - confirmó el soldado.
- ¿Sere... Algo así...como su guardaespaldas?- intentó bromear Nova.
-Exactamente - confirmó nuevamente el Capitán América y caminó por el pasillo rumbo a su habitación...
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I Love My Mission
CasualeCuando dos personas de diferentes mundos y especies se encuentran en una noche de pesadillas, nace un amor incondicional que podrá más allá de todo... -Vamos?- pregunto él -Vamos- respondió ella