Capítulo 24.

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Capítulo XXIV.

.2 semanas y media después.

-_____, nuestro vuelo sale en menos de dos horas, necesito que te levantes ¡ya!

Ella pudo escuchar levemente la voz de su hermano, pero aun así decidió ignorarlo, tenía mucho sueño y nada de ánimos de subir a un avión.

-_____ ¿Estás bien? ¿Te has sentido enferma?

Negó con la cabeza. -Solo tengo sueño, déjame dormir -se quejó.

-Esto no es normal, _____. Estás durmiendo más de 11 horas por día y aún así te vez exhausta.

-No, no es normal -murmuró ella mientras empezaba a despertar.

-Deja darme un baño rápido y nos vamos.

-Te prepararé un té para tu fobia -ella asintió y se dirigió hacía el cuarto de baño.

Empezó a ver su reflejo en el espejo; estaba demasiado delgada, quizás era porque la semana pasada había vomitado mucho, casi cada mañana. Tal vez por eso se debía su cansancio, porque estaba recuperándose de la enfermedad...

Abrió el chorro caliente y empezó a frotar la esponja contra su cuerpo, mientras un hermoso rostro empezaba a tomar posesión de sus pensamientos.

Vernon.

La última vez que lo había visto él... él estaba besando a Olive, y ella había salido de ahí, huyendo como la cobarde que era; trágandose todas las palabras que quería decirle, guardándose para ella misma el verdadero regalo de cumpleaños que le habia comprado y que planeaba entregarle al día siguiente: una guitarra, pero entonces había quitado la verdadera tarjeta en donde pedía verse en una cita la siguiente tarde, y solo había dejado el frío papel donde le deseaba feliz cumpleaños.

¿Qué estaría haciendo él ahora? ¿Estaría con ella? ¿Con Olive? Probablemente sí.

Tal vez debería denunciarlo, ¿preferiría verlo tras las rejas que con Olive? No, preferiría verlo junto a ella, a su lado, abrazándola, poder despertar y ver sus ojos mieles brillosos, y poder acariciar sus tatuaje, y besarlo... como añoraba un beso de Vernon.

Lo amaba y lo extrañaba.
Lamentablemente él no sentía lo mismo. Todo había sido por dinero. Por el estúpido dinero.

Contuvo un pequeño sollozo y esparció el shampoo por su cabello con un leve masaje, ya se estaba haciendo tarde y ella solo malgastaba su tiempo pensando en gente que no pensaba en ella, salió poco después de la ducha, encontrándose con una taza de té, y una pastilla en su mesita de noche.
Empezó a dar pequeños sorbos, recordando el fino dedo de Vernon, rojizo y levemente hinchado después de que se lo hubiera quemado con el té que traía para ella, en su viaje de luna de miel y cómo ella le había reprochado haber comprado boletos de avión.

<<-No creo que ni mil pastillas puedan dormirme, Joshua. Estoy queriendo vomitar. No sé cómo pudiste hacer esto.
-No fui yo -susurró >>

Claro que no había sido él... ahora eran tan claras las cosas. Bueno... no todas, aún había sombras oscuras que aclarar, necesitaba saber que había hecho en los días en que había regresado a California, aunque sería raro que ella se lo preguntase, de todas maneras no lo volvería a ver hasta unas semanas más... cuando firmaran el divorcio en Nueva York.

Ya le había enviado el documento, más bien John lo había hecho.

Todavía no estaba segura si se estaba divorciando de Vernon o de Joshua, pero creía hasta ahora que era de Chwe Joshua, habían falsificado hasta su firma en los papeles. Además medicamente Chwe Vernon estaba en coma.

el farsante ; vernon {seventeen}.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora