Capítulo 7

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Salimos del bar y nos sentamos en la acera de la calle. Miro hacia arriba y puedo contemplar las brillantes y preciosas estrellas, también una luna llena. Hace viento y Gus me ofrece su chaqueta, pero le digo que no con la mano, entonces me dispongo a hablar.

- ¿Sabes cuando tienes confianza, mucha confianza, tanta confianza con alguien que te da exactamente igual lo que opine? ¿Que puedas decir algo con toda la sinceridad y que no te juzgue? Que diga las mismas tonterías que tú y que os riais por ello. Alguien con el que crees ser tú misma. Con el que eres tu verdadero Yo.

- Sí

- Pues eso era lo que eras, y eres, para mí. Una persona con la que me puedo reír y puedo hablar de cualquier cosa. Y... puede que haya confundido mis sentimientos, pero, no sé. Puede que sólo estuviera a gusto contigo. Pero cuando llegó Alex todo cambio, mi punto de vista, él revolucionó mi cabeza, sentimientos. Todo. Ahí me di cuenta de que lo nuestro es sólo una amistad, una fuerte amistad, y, que por mucho que digan yo siempre te veré así. Como mi mejor amigo. Sólo fue esa etapa de mi vida en la que dudaba por todo, y siempre me apoyaste, a lo mejor te vi con otros ojos. –hago una pausa. - Pero no te alarmes por ello, no quiero que esto que te acabo de contar influya en nuestra amistad, ¿vale? Y puede que mañana no me acuerde de nada de lo que te acabo de contar, o puede que sí, pero, no quiero que me veas como si no fuera la de siempre.

Me quedo callada un momento y cojo aire. Menuda bomba le acabo de soltar. Me encuentro mucho mejor y de repente se me ha quitado el frío. Miro los ojos de Gus. Tiene la mirada perdida y parece muy incómodo, no me contesta. Nos quedamos callados pensando en lo que acaba de ocurrir hasta que después de un par de minutos, Gus abre la boca.

- Emm. Creo que nos tenemos que ir. Son las dos y cinco y tu toque de queda son las dos.

Bien. Pensaba que iba a decir algo más coherente, más respecto al tema, pero parece que no va a opinar ni comentar nada. Estupendo. Acabo de quedar como una borracha patética. Me siento fatal, siento un pinchazo en el corazón. ¿Ni siquiera va a tener las agallas de comentar nada? ¿Es tan gilipollas en serio? Menuda decepción. Dudo si lo hace por vergüenza o porque no le da importancia, pero intuyo que lo primero. Qué nenaza. Pensaba que para estos temas era más sensible y abierto de lo que ha demostrado hoy.

Me despido de Gus con la mano y subo a mi coche. De pronto mi móvil suena y al encontrarlo en la guantera del coche veo que es un mensaje. De Gus.


ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora